Uno de cada cuatro inmigrantes hace un trabajo inferior a su formación

 

 

Los inmigrantes no logran converger con los españoles en el mercado laboral. Según un estudio de Fedea, tras cinco años de residencia en España los trabajadores inmigrantes siguen teniendo el doble de temporalidad que los españoles y uno de cada cuatro se emplea en puestos que exigen menor formación que la que tienen.

 

 

 

La convergencia laboral entre inmigrantes y españoles no se está produciendo, ni siquiera a medida que pasan los años y los extranjeros consolidan su residencia en el país. Así lo demuestra un estudio de la Federación de Estudios de la Economía Aplicada (Fedea) que ha analizado la evolución laboral de inmigrantes que han residido en España durante al menos cinco años.

 

Transcurrido ese tiempo, los trabajadores inmigrantes sí encuentran empleo con cierta facilidad e incluso reducen sus tasas de paro a niveles inferiores a las de los españoles, pero la calidad de sus empleos no mejora. En materia de calidad, el estudio se ha fijado en dos variables de los inmigrantes cuando llegaron y durante los cinco años siguientes: la temporalidad y la sobreeducación (relación entre la formación del trabajador y el empleo que encuentra).

 

En ambas, los trabajadores inmigrantes no sólo salen perdiendo respecto a los españoles sino que, además, no registran mejoras en su situación con el paso del tiempo. El estudio demuestra así que los inmigrantes, después de cinco años de residir en España siguen teniendo una tasa media de temporalidad (del 75%) que, como mínimo, duplica la de los españoles. El volumen de temporalidad en el caso de las inmigrantes de fuera de la UE llega al 90% al cabo de cinco años de residencia, casi veinte puntos más que cuando llegan a España.

 

Sólo las mujeres africanas y los hombres latinoamericanos tienden a converger con las tasas de temporalidad españolas a partir del quinto año de residencia, pero aún a una distancia considerable. Aunque, sin duda, donde se dan mayores divergencias es a la hora de ocupar  empleos que requieren una formación inferior a la que posee el trabajador. Sólo el 5% de los hombres españoles asegura tener una formación superior a la que exige su empleo, mientras que en el caso de los inmigrantes varones esto ocurre en el 20% de los casos, cuando llegan a España, y esta situación empeora hasta el 25% (uno de cada cuatro) tras cinco años de residencia.

 

Esta brecha se amplía a 23 puntos en mujeres. La situación se agrava si se trata, por ejemplo, de mujeres de países de la Europa del Este. Una de las responsables de una asociación de trabajadores polacos en España asegura a Cinco Días que 'alrededor del 80% de las mujeres polacas trabajan en puestos para los que su formación es muy superior a la exigida'.

 

El motivo no es sólo el tipo de oferta sino una cuestión salarial. 'Conozco varias polacas economistas que aseguran ganar 1.400 euros limpiando casas y sólo 700 euros como comerciales en una entidad bancaria', indica esta responsable. El fracaso en la convergencia laboral de los inmigrantes no ha sido total, ya que en algunos indicadores el comportamiento del inmigrante es mejor que el del español.

 

Es el caso de la tasa de actividad de las mujeres inmigrantes, que cuando llegan es cercana al 55% (similar a la de las españolas). Cinco años después se eleva hasta casi el 70%, con lo que superan sustancialmente a las trabajadoras del país. Inmigrantes más activos Esta mejora depende mucho de la nacionalidad del inmigrante.

 

Las mujeres africanas, aunque elevan su tasa de actividad con el tiempo, al cabo de cinco años apenas logran equiparar la tasa de las españolas. Por el contrario, las mujeres latinoamericanas superan con creces a las españolas y al cabo de esos cinco años llegan a lograr tasas de actividad del 80%.

 

Aunque en estos casos siempre hay excepciones. Katy, es ecuatoriana y lleva más de cinco años en España trabajando como asistenta de hogar, ante la pregunta de si le es más fácil encontrar trabajo ahora que cuando llegó, la respuesta es un 'no' rotundo. 'Ahora soy legal y muchos empresarios lo que quieren precisamente es no pagarte la Seguridad Social, por lo que ahora me cuesta incluso más encontrar empleo'.La tasa de desempleo desciende con el tiempo

 

La calidad del empleo de los inmigrantes no mejora sustancialmente con el tiempo, según el estudio de Fedea. Sin embargo, con la tasa de paro ocurre todo lo contrario: los hombres inmigrantes con menos de un año de residencia tienen una tasa de desempleo del 17%, y desciende al 10% al cabo de cinco años de vivir en España. Esta reducción es algo inferior en las mujeres que pasan del 15% al 9% en este mismo periodo.

 

Lo que ocurre con el desempleo depende también mucho de la nacionalidad del inmigrante. Así la disminución es más intensa entre los hombres africanos, que pasan del 20% al 10% en cinco años; o los latinoamericanos, que la reducen del 17% al 4%.

 

En el caso de los hombres provenientes del Este de Europa, una vez transcurridos cinco años, el paro es prácticamente inexistente. 'Tras ese tiempo, casi no hay ninguno que trabaje como asalariado, sino que todos trabajan por cuenta propia', aseguran otras fuentes.

 

Comfia

1 de agosto de 2006

 

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