Perú

Razones de un conflicto social

El campo es una olla a presión

  

El paro agrario es expresión del descontento de los sectores del campo porque no les llegan los beneficios del “boom” de la agricultura de exportación, y viven la desigualdad que implica esta situación, en especial las mujeres. Son muchas las razones para este paro y para otras protestas y malestares, que tienen por base la desigualdad en la distribución de la riqueza y la falta de voluntad política del gobierno para transformar esta situación con medidas concretas y oportunas, en diálogo permanente con la sociedad civil.

 

Instituciones de la sociedad civil, como el Centro Flora Tristán, tienen y tendrán un rol permanente de vigilancia para exigir que se modifiquen las condiciones de desigualdad y exclusión. Estamos frente a una crisis en el campo, a cuyos problemas hay que buscarle soluciones justas y democráticas, y un gobierno confrontacional sólo encenderá el campo con protestas mucho más radicales. Razones sobran, aquí enumeramos apenas algunas de ellas:

 

·       Los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales. Un ejemplo son las mujeres de la agroexportación.

 

·         La inestabilidad laboral y los despidos injustos por ejercer el derecho a la sindicalización.

 

·         Los bajos precios de los productos que reciben los agricultores por parte de los grupos exportadores, quienes sin embargo se benefician de los buenos precios internacionales.

 

·         La ausencia de políticas integrales orientadas a enfrentar la pobreza y la extrema pobreza en el campo, como el acceso al crédito, a tecnologías modernas de producción, a circuitos eficientes de comercialización, entre otras.

 

·         La ausencia de una Ley de Aguas, que asegure un uso democrático de este recurso y no favorezca sólo a las grandes empresas.

 

 ·         Las durísimas condiciones de vida en el campo, sin servicios adecuados de salud, agua y desagüe. Con una educación de mala calidad e índices elevados de analfabetismo, en especial de las mujeres, y con altas tasas de desnutrición.

 

·         La actitud del gobierno de apoyar a los grandes empresarios, olvidando que los pequeños propietarios del campo constituyen la mayoría en los sectores rurales, y que producen sobre todo para sostener la seguridad alimentaria nacional. Las mujeres tienen un rol fundamental en este tema, lo que hay que tener presente en las políticas orientadas a este sector.

 

·         El incumplimiento del gobierno de implementar medidas que permitan a las/os medianas/os y pequeñas/os empresarias/os afrontar el impacto del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Estos Tratados, tal como han sido acordados, como siempre solo beneficiarán a un pequeño sector de empresas y consorcios.

 

·         La falta de protección de los territorios de propiedad de las comunidades indígenas y de propuestas de normas, como la denominada Ley de la Selva, que significan un atentado contra sus derechos y una violación de Tratados y Convenios internacionales al respecto.

 

·         La criminalización de la protesta social que ha llevado a una respuesta violenta frente al paro, originando la muerte de varias personas. Ésta es una responsabilidad que debe asumir el Ministro del Interior, ¿o se ha olvidado el gobierno de que existe la responsabilidad política? El gobierno debe derogar los decretos legislativos 982 al 992 promulgados en julio de 2007 y la Ley 29.166 promulgada en diciembre de 2007 por ser inconstitucionales.

 

La muerte de estos cuatro campesinos es una herida que se abre en la sociedad frente al Estado, y tiene consecuencias que pueden originar una mayor violencia. El presidente Alan García y su gobierno deben liderar y administrar el Estado para todas/os las/os peruanas/os y no sólo para un sector.

 

 

En Lima, Centro Flora Tristán

10 de marzo de 2008

Suplemento:  Dia Internacional de la Mujer

 

 

 

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