| 
                    
                      
                    
                    Colombia  
  
  
    
      | 
            
            Del 60 
            al 70 por ciento de mujeres son víctimas de violencia 
             |  
                    Entre 
                    el 60 y el 70 por ciento de las mujeres colombianas han sido 
                    en algún momento víctimas de distintas formas de violencia, 
                    afirmó Amnistía Internacional (AI) en un informe dado a 
                    conocer el pasado 13 de octubre en Suiza. 
                    
                      
                    
                    Los abusos sexuales constituyen la práctica más generalizada 
                    en medio de un conflicto que devasta el país, señala la ONG, 
                    que critica a la vez al Gobierno colombiano por no tomar las 
                    "medidas adecuadas para poner fin a esa violencia y luchar 
                    contra la impunidad". 
                    
                      
                    
                    Se considera que en cuarenta años de conflicto interno todos 
                    los grupos armados -desde los grupos guerrilleros y los 
                    paramilitares hasta las fuerzas de seguridad- "han abusado o 
                    explotado sexualmente a las mujeres, tanto civiles como a 
                    sus propias combatientes, tratando de controlar las esferas 
                    más íntimas de sus vidas". 
                    
                      
                    
                    A la violencia doméstica y aquella ejercida por la comunidad 
                    se suma la perpetrada por los grupos armados que suelen ver 
                    a las mujeres como "trofeos de guerra", sea para vengarse 
                    del adversario o para utilizarlas como esclavas sexuales. 
                    
                      
                    
                    Las más expuestas son las afrocolombianas, las indígenas, 
                    las campesinas, las que habitan en sectores 
                    urbano-marginales y las desplazadas en el interior de 
                    Colombia, recalca el informe, que consta de 60 páginas. 
                    
                      
                    
                    AI denuncia como uno de los hechos más graves que los 
                    guerrilleros abusen sexualmente de mujeres y niñas que han 
                    reclutado o secuestrado, las fuercen a utilizar métodos 
                    anticonceptivos y a abortar en caso de embarazo. 
                    
                      
                    
                    La organización humanitaria señala en una sección de su 
                    informe que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia 
                    (FARC) "han perseguido y matado por razones de orientación 
                    sexual, han obligado a sus víctimas a someterse a pruebas 
                    para detectar el virus del sida y han asesinado a 
                    seropositivos y a trabajadoras sexuales". 
                    
                      
                    
                    Para Amnistía Internacional el que los casos de violencia 
                    sexual se investiguen dentro del sistema de justicia 
                    militar, facilita el encubrimiento de casos y considera que 
                    la actual política de "seguridad democrática" ha aumentado 
                    los peligros. 
                    
                      
                    
                    Asimismo, considera que el estado colombiano "ha hecho muy 
                    pocos esfuerzos por poner los servicios básicos y los 
                    procedimientos de urgencia al alcance de quienes sobreviven 
                    a la violencia sexual", mientras que el tratamiento 
                    profiláctico ante un posible contagio de sida es 
                    "prácticamente inexistente". 
                    
                      
                    
                    Precisa que los principales proveedores de esos servicios 
                    son actualmente las organizaciones no gubernamentales y 
                    privadas que trabajan con las víctimas de la violencia en 
                    Colombia. 
                    
                      
                    
                    Aunque admite que algunas instancias del Gobierno impulsan 
                    programas contra la violencia sexual, "tales esfuerzos no 
                    forman parte de una política integral del Estado". 
                    
                      
                    
                    Frente a este diagnóstico, AI pide al Gobierno del 
                    presidente Álvaro Uribe que garantice que todos los miembros 
                    de las fuerzas de seguridad implicados en violaciones de 
                    derechos humanos, solos o en complicidad con paramilitares, 
                    sean suspendidos del servicio hasta que se determine su 
                    responsabilidad o inocencia. 
                    
                      
                    
                    Asimismo, plantea que se excluya el delito de violación de 
                    la jurisdicción de la justicia militar y que se revoquen 
                    todas las medidas que agravan la impunidad en Colombia, 
                    "como las que otorgan facultades de policía judicial al 
                    ejército y amnistías de hecho" a paramilitares. 
                    
                      
                    
                    En relación con los activistas de los derechos humanos, la 
                    organización internacional reclama que se asegure que éstos 
                    "puedan llevar a cabo su labor sin temor a represalias", y 
                    para las víctimas de las violaciones pide protección de modo 
                    que puedan denunciar a los responsables. 
                    
                      
                    
                    AI reclama igualmente a los grupos guerrilleros que se 
                    comprometan a dejar de reclutar menores de 18 años e 
                    instruir a sus combatientes para que no cometan ningún tipo 
                    de violencia sexual, sea contra mujeres de sus filas, 
                    civiles o del bando enemigo.  
                    
                      
                    
                    EFE 
                    
                    15 de octubre de 2004 
                      |