Suiza

Una oportunidad para reevaluar
el papel económico de la mujer

 

Barbro Budin, responsable de "Género, igualdad y desarrollo sindical” de la UITA, dialogó con Sirel para brindar su aporte en el Día Internacional de la Mujer

 

 

-¿Cuáles son los problemas cardinales que enfrentan las mujeres trabajadoras?

-Las principales amenazas planteadas para las trabajadoras en los sectores de la UITA se refieren a la precariedad en el empleo, las condiciones de trabajo y la falta de cobertura de seguridad social. La casi total ausencia de seguridad laboral hace que las mujeres sean particularmente vulnerables. En muchos casos no se atreven siquiera a quejarse ni a denunciar las violaciones a sus derechos básicos, por ejemplo cuando se las discrimina por su condición de madres o sus responsabilidades familiares, o cuando son víctimas de acoso sexual, violencia de género, condiciones precarias de salud y seguridad, discriminación en materia salarial, etc.

 

El VIH/SIDA sigue constituyendo una enorme amenaza para muchas de nuestras integrantes. Refleja desigualdades de género que están profundamente arraigadas en la sociedad y que impiden que las mujeres ejerzan el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos y vidas.

 

El  aumento sin precedentes que se produjo en los precios de los alimentos a principios del año pasado afectó a millones de trabajadoras pobres del sector agrícola y de la industria de alimentos, empeorando drásticamente su situación y la de sus familias. Mientras que las grandes transnacionales de granos y alimentos obtenían réditos considerables especulando en el mercado, la hambruna y la malnutrición se extendieron entre quienes producen los alimentos.

Según la OIT, en 2009 la crisis económica dejaría sin empleo a 22 millones de mujeres en todo el mundo

 

En muchos países y sectores se profundizó la brecha salarial entre los géneros. El informe “(Des) Igualdad de género en el mercado laboral: Visión general de las tendencias y progresos mundiales”, publicado por la Confederación Sindical Internacional (CSI), revela que actualmente la brecha salarial promedio se ubica en el 22,4 por ciento en detrimento de las mujeres. El informe también señala que la afiliación sindical influye en forma positiva en la equiparación de salarios.

 

-¿Cuáles son los principales desafíos ante la nueva coyuntura internacional?

-Según la OIT, en 2009 la crisis económica dejaría sin empleo a 22 millones de mujeres en todo el mundo. Considerando que las mujeres tienen una participación fundamental en múltiples ámbitos de la vida, se prevén consecuencias severas para la estabilidad general de las sociedades.

 

Pero la crisis también podría ser una oportunidad para reevaluar el papel económico de las mujeres y para desarrollar las infraestructuras sociales y servicios públicos necesarios para que las mujeres puedan acceder a trabajos más productivos.

Es importante que las mujeres que trabajamos en los sectores agrícola, alimentario, hotelero y gastronómico nos demos cuenta de que juntas podemos lograr un cambio si reclamamos y luchamos por nuestros derechos

 

En 2008 la UITA tuvo una participación clave en las deliberaciones de la OIT sobre la promoción del trabajo rural como forma de reducir la pobreza. Estas deliberaciones culminaron en una serie de propuestas concretas tendientes a lograr una mejoría en las condiciones de trabajo rurales, en materia de infraestructura, servicios, protección social, salud y seguridad, acceso a microcréditos, cooperativas, etc.

 

Es un hecho comprobado que las políticas neoliberales impulsadas por el Banco Mundial y otras instituciones financieras y comerciales internacionales, incluida la Organización Mundial del Comercio (OMC) han agudizado la pobreza y la desigualdad. Los países más pobres del Sur han pagado un precio demasiado alto a causa de estas políticas, y han sacrificando demasiadas vidas.

 

Ahora el movimiento sindical, y en particular las trabajadoras, tienen la oportunidad de impulsar y poner en práctica políticas basadas en la igualdad y la equidad.  Las mujeres de los sectores de la UITA son vitales para la alimentación mundial. El pago que reciben por su dura labor es pura explotación. Por lo tanto, es importante que las mujeres que trabajamos en los sectores agrícola, alimentario, hotelero y gastronómico nos demos cuenta de que juntas podemos lograr un cambio si reclamamos y luchamos por nuestros derechos.

 

Rel-UITA

                10 de marzo de 2009

 

 

 

Fotos: Rel-UITA

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