-¿Cómo evalúas
esta coordinación entre la UITA y Amnistía Internacional?
-Es muy
positiva. Nos permite dar visibilidad a
situaciones de abuso y de vulneración que sufren los
trabajadores y trabajadoras y que se dan más a menudo de lo que imaginamos, por
esa razón es tan importante dar continuidad a esta labor.
En el caso
Gertrude Hambira
se viene trabajando desde el 2009, los últimos datos que tenemos acerca de la
sindicalista es que permanece exiliada luego que fuera víctima de persecución y
hostigamiento en su país por desempeñarse como secretaria general del Sindicato
de Trabajadores Agrícolas y de Plantaciones de Zimbabwe (GAPWUZ).
Con este tipo de acciones estamos denunciando varias cosas.
No solo es la situación de una mujer sindicalista del sector de agrícola de un
país africano, sino que este caso pone en evidencia modelos de desarrollo y
sistemas de explotación que atacan directamente los derechos humanos.
-En América Latina se dan
muchos casos donde los sindicalistas ven vulnerados sus derechos, ¿cómo se
trabaja desde AIU esta realidad?
-Para nosotros es todo un desafío como sección del Sur y
América Latina comenzar a trabajar más desde una perspectiva regional, por eso
es tan importante la alianza con la Regional de la UITA.
Encontrar los temas que tenemos en común para concretar
acciones comunes, es un objetivo que pretendemos alcanzar en el corto plazo.
Este tipo de alianzas es fundamental a la hora de instrumentar políticas de
acción que nos permitan incidir y cambiar ciertas realidades.
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