Noruega

Mujeres: el poder que llega del frío

Desde el lunes 2 de enero, las empresas noruegas están obligadas a reservar un 40% de puestos en el consejo a mujeres. La medida, muy contestada por la patronal del país, puede actuar de precedente para el resto de Europa. El año empieza radical en términos de paridad y como siempre Escandinavia marca el camino

 

Deberíamos tener más mujeres en los puestos de dirección de la compañía... porque las mujeres lo deciden casi todo en casa. Es estúpido, entonces, que no tengamos más mujeres con poder para decidir", se quejaba el martes a una cadena de televisión Ingvar Kamprad, fundador y presidente del grupo sueco Ikea. Son mujeres dos de los once miembros del consejo de la empresa, el 20% de los cargos de la alta dirección y una tercera parte de los directores de centros en todo el mundo. En Suecia, las cosas están incluso mejor y el número de mujeres que ocupa altos cargos asciende al 60%. Aun así, Kamprad pide más, prueba del creciente poder de las mujeres en el mundo de los negocios nórdicos.

Kamprad, como otros empresarios suecos, se previene ante la posibilidad de que su Gobierno regule mediante cuotas el acceso de mujeres a los consejos de administración, como acaba de ocurrir en Noruega. Desde el lunes, las empresas noruegas de nueva creación están obligadas a reservar un 40% de los puestos en el consejo a mujeres si quieren inscribirse en el registro mercantil como sociedades anónimas. La ley es de diciembre del 2003, y desde enero pasado es de obligado cumplimiento para el sector público. Ahora le toca el turno al sector privado. Las empresas que ya están operativas tienen dos años para cumplir con la norma. En caso contrario, se enfrentan a sanciones que pueden llegar hasta el desmantelamiento de la empresa.

En España, el panorama es desolador. En el 2004, sólo un 4% de los consejeros de las 119 empresas cotizadas en bolsa eran mujeres, esto es, 53 de los 1.311 consejeros. En las cajas de ahorros las cosas estaban algo mejor y el porcentaje se elevaba al 15%.



Según Pascale Vielle, directora del Instituto para la Igualdad de Mujeres y Hombres, con sede en Bruselas, "existe una gran desigualdad a la hora de acceder a los puestos de dirección en las empresas, pero hay dos que son relevantes. Una es la enorme cooptación masculina en los círculos dirigentes; otra, el reparto desigual de las tareas domésticas en familia". Para esta mujer, "lo que va a ocurrir en Noruega es una aventura fascinante. Es una ley fuerte, que se apoya en el ejemplo que da el sector público. La única salvedad es que es una legislación poco realista. ¿Realmente se puede pensar en que alguien vaya a desmantelar un gran grupo empresarial por esta cuestión?".

La presencia de mujeres en los consejos de administración decrece radicalmente a medida que uno se desplaza de norte a sur en el continente. Según un estudio de la European Professional Women's Network (EPWN), asociación paneuropea de mujeres profesionales, ese porcentaje alcanza su máximo en:

 

- Noruega (22%)

- Suecia (20%)

- Finlandia (14%)

- Alemania y el Reino Unido (10%)

- Holanda y Francia (7%)

 

El informe recoge un cuadro de honor para las empresas cumplidoras: Statoil (44%), Norsk Hydro (33%), Astrazeneca (28%), Deutsche Bank (30%)...

En España, el panorama es desolador, según un estudio presentado en noviembre por la Fundación de Estudios Financieros. En el 2004, sólo un 4% de los consejeros de las 119 empresas cotizadas en bolsa eran mujeres, esto es, 53 de los 1.311 consejeros. En las cajas de ahorros las cosas estaban algo mejor y el porcentaje se elevaba al 15%.

Un estudio comunitario revela que la diversidad (de sexo, étnica, generacional) en la cumbre de las empresas es rentable en sí misma sin recurrir a razonamientos éticos. "Es más fácil encontrar mano de obra cualificada en un mercado envejecido como el europeo; son más innovadoras y, no hay que sorprenderse, ganan en imagen corporativa", asegura el informe.

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"Por principio, a mí lo de imponer cuotas no me gusta. Puede ser políticamente correcto, pero no creo que una cosa de este tipo se pueda regular", señala Miguel Trias Sagnier, catedrático de Derecho Mercantil por Esade. "Lo importante en una empresa es que manden los más eficientes, y que las mujeres tengan la facilidad máxima de acceso a los consejos y a los puestos de alta dirección, lo que ocurre cada vez más. Pero la cuestión es cómo atajar el problema desde abajo, desde la escuela".

Los políticos noruegos ven las cosas de otra manera. "Las cuotas son necesarias para que los empresarios entiendan el gran potencial de contratación entre las mujeres", ha explicado a la prensa la inspiradora de la ley, la democristiana Laila Daloy. ¿Será la experiencia noruega determinante para Europa? La respuesta está en los medios empresariales. Algunas empresas ya han manifestado que prefieren asumir las multas que modificar sus consejos. Sin embargo, la amenaza ya ha dado frutos: en julio del 2003 el porcentaje de mujeres en los consejos era del 7,3%. Hoy constituyen ya el 22%.
 

Ramón Aymerich

Publicado en La Vanguardia

9 de enero de 2006

 

 

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