Perú

Aunque es legal, el aborto
terapéutico no se practica

 

Al negarse a elaborar el protocolo médico correspondiente, el Estado peruano continúa violando el derecho legal que tienen las mujeres a interrumpir su embarazo cuando éste pone en riesgo su vida.

 

Así lo denunció el pasado 9 de julio Human Rights Watch durante la presentación de su informe, en el que señala que las autoridades peruanas deliberadamente se niegan a aprobar las directrices médicas para el aborto legal. Angela Heimburger, investigadora de la organización, sostuvo que en el país existe tal desinformación sobre el aborto que muchos sectores piensan que éste es ilegal en todas sus formas, lo que no corresponde a la verdad. "El Código Penal de 1924 estipula, muy específicamente, que procede el aborto cuando la vida de la mujer esté en peligro o amenaza su salud", señaló la investigadora.

 

Pese a ello, a las mujeres que, amparadas en este derecho, acuden a los hospitales públicos en busca de ayuda se las reprime y se las estigmatiza, subrayó. Y relató el caso de una mujer en Arequipa (al sur del país) que hace dos meses acudió al hospital a que le practicaran un aborto porque sufría problemas cardíacos, pero los médicos se negaron a ello por no existir un protocolo oficializado por el Ministerio. La mujer murió poco después.

 

Arequipa es una de las regiones que se opone más tenazmente a oficializar un protocolo médico para el aborto terapéutico. El obispo católico de esa ciudad ha amenazado con la excomunión a los médicos que lo practiquen. "El Estado está en la obligación de informar a los proveedores de servicios de salud que el aborto terapéutico está autorizado por la ley", añadió Heimburger, pero también reconoció que las autoridades se sienten presionadas por las jerarquías eclesiásticas y sectores conservadores de la sociedad civil.

Existe tal desinformación sobre el aborto que muchos sectores piensan que éste es ilegal en todas sus formas, lo que no corresponde a la verdad

 

Las discusiones para elaborar el protocolo datan de varios años. Incluso, durante el pasado gobierno del ex presidente Toledo se llegó a tener un protocolo elaborado por los médicos de la Maternidad de Lima, pero tuvo que ser dejado sin efecto por una directiva del Ministerio de Salud. Se conformó, entonces, una comisión multisectorial, con participación de representantes del Estado peruano, del colegio médico y del de obstetrices, pero también de la jerarquía católica, que no aportó ninguna solución. Heimburguer informó que el Ministerio de Salud le comunicó a Human Rights Watch, poco antes de dar a conocer su informe, que el problema (de elaboración del protocolo) "está en revisión". Por su parte, corresponsales de diversos medios de comunicación internacionales, entre ellos SEMlac, después de conocido el informe de HRW trataron infructuosamente de que alguna autoridad de Salud se pronunciara al respecto, pero fue inútil.

 

Se estima que en Perú se practican más de 400 mil abortos clandestinos al año y está considerado como la tercera causa de muerte materna en el país. Según el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, una de cada siete mujeres que se somete a abortos clandestinos tiene que ser internada de urgencia en hospitales públicos o clínicas particulares, por complicaciones que ponen en riesgo su vida. Asimismo, por cada mujer que muere al someterse a un aborto clandestino, otras 50 ó 60 terminan incapacitadas sexualmente para el resto de su vida, declaró al diario La República el doctor Luis Távara, presidente de la Confederación de Derechos Humanos y Reproductivos de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología.

 

Para Human Rights Watch, detrás de la alta tasa de abortos clandestinos se esconde también un problema de desigualdad social, porque son las mujeres más pobres las que recurren a estas prácticas en las peores condiciones. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en América Latina y el Caribe se realizan anualmente alrededor de 3,7 millones de abortos ilegales. Aproximadamente el 10 por ciento de ellos termina con la muerte de la mujer que se somete a esta práctica. Por cada mil mujeres en edad reproductiva, se presentan 29 abortos no seguros, y por cada 100 mil nacimientos se producen 30 muertes por abortos inseguros, informa la organización.

 

Zoraida Portillo

SEMlac

15 de julio de 2008

 

 

 

 

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