Colombia

 

Ecos de Vietnam

por Rachel Massey*

En julio de este año, el Presidente Clinton firmó una ley de ayuda de 1,3 mil millones de dólares para intensificar la "guerra a las drogas" en Colombia y en los países vecinos de Suramérica. De esta suma, 860 millones de dólares están designados para la propia Colombia, principalmente como ayuda para el ejército 1. Colombia ha sido desgarrada por la guerra civil durante tres décadas y el ejército colombiano tiene un historial bien documentado de abusos a los derechos humanos, incluyendo desapariciones, detenciones arbitrarias, secuestros y tortura de civiles 2. El Congreso de los E.U.A. hizo que su ayuda al ejército colombiano para la "guerra a las drogas" dependiera de que el gobierno de Colombia mejorara su perfil de derechos humanos; pero en agosto el Presidente Clinton dejó de exigir este requerimiento para que los fondos pudieran comenzar a ir hacia el sur. Este mes, Clinton nuevamente pudiera dejar de exigir este requerimiento de los derechos humanos para que pueda emitirse una segunda cuota de ayuda.

Durante varios años los E.U.A. han financiado el rociamiento de herbicidas en Colombia, con la intención de frenar las drogas ilegales en su mismo lugar de producción. Comenzando en enero del 2001 y bajo la supervisión de los E.U.A., el gobierno colombiano aumentará las actividades de "erradicación de cultivos", en las cuales se emplean aviones para rociar herbicidas que contienen glifosato para acabar con las plantas de amapola y de coca. El glifosato es el ingrediente activo del conocido herbicida llamado "Roundup". La amapola y la coca son la materia prima para la producción de heroína y cocaína.

Representantes de comunidades indígenas colombianas viajaron recientemente a Washington, D.C. para explicar de qué manera sus comunidades han resultado afectadas por el rociamiento. El glifosato, dijeron, mata otras cosas aparte de los cultivos de drogas -también mata cultivos de alimentos de los que dependen muchas poblaciones rurales para sobrevivir. En algunos sitios, el rociamiento ha matado los peces y el ganado y ha contaminado los reservorios de agua. Una fotografía de un área rociada muestra un grupo de plantas de banana muertas por herbicidas; cerca de allí un terreno con plantas de coca está intacto 3. A veces el rociado también cae en los patios de las escuelas o en las casas de la gente. Muchos colombianos dicen que se han enfermado como resultado de esto 4.

Según el diario NEW YORK TIMES, en un caso varias víctimas del rociamiento viajaron 55 millas en autobús para ir al hospital. El doctor que las trató dijo que los síntomas incluían mareos, náuseas, dolor en los músculos y en las articulaciones, y sarpullidos. "Aquí no tenemos los medios científicos para probar que estas personas sufrieron envenenamiento con pesticidas, pero los síntomas que mostraron definitivamente fueron consistentes con esa condición", dijo. Una ayudante de enfermera en esa clínica local dijo que había recibido instrucciones de "no hablar con nadie acerca de lo que sucedió aquí" 4.

El Departamento de Estado de los E.U.A. niega que el rociamiento de glifosato sobre el campo colombiano tenga efecto sobre la salud humana. Un oficial de la embajada de los E.U.A. en Colombia le dijo al NEW YORK TIMES que el glifosato es "menos tóxico que la sal de mesa o la aspirina" y dijo que la versión de las víctimas sobre los efectos adversos del rociamiento era "científicamente imposible" 4. Una hoja informativa con preguntas y respuestas publicada por el Departamento de Estado dice que el glifosato no "perjudica al ganado, a las aves de corral ni a los otros animales de granja", que no es "dañino para los seres humanos" y que no contamina el agua. La hoja informativa pregunta: "Si el glifosato es tan benigno, ¿por qué hay quejas de daños por su uso en Colombia?" y responde: "En gran parte, estos reportes han estado basados en informaciones no verificadas proporcionadas por agricultores cuyos cultivos ilícitos han sido rociados. En vista de que su modo ilegal de ganarse la vida ha resultado afectado por el rociamiento, estas personas no ofrecen información objetiva acerca del programa..." 5

Pero los reportes médicos relacionan la exposición a los herbicidas de glifosato con síntomas a corto plazo que incluyen la visión borrosa, los problemas de la piel, las palpitaciones y las náuseas. Los estudios también encontraron relación con un aumento en el riesgo de abortos espontáneos, partos prematuros y linfomas no Hodgkin. Las fórmulas en las cuales el glifosato está combinado con otros ingredientes pueden ser mucho más tóxicas que el glifosato solo 6Monsanto, uno de los principales productores de herbicidas con base de glifosato, fue cuestionado por el Fiscal General del Estado de Nueva York por hacer declaraciones parecidas a las que hoy repite el Departamento de Estado de los E.U.A. En un arreglo fuera de la corte en 1996,  Monsanto accedió dejar de hacerle publicidad al producto como "seguro, no tóxico, inofensivo o libre de riesgo" 4, 6.

El Senador Paul Wellstone de Minnesota, un crítico de la ayuda al ejército colombiano para la "guerra a las drogas", visitó Colombia la semana pasada. Durante su visita se le invitó a una demostración de la erradicación de los cultivos por vía aérea, en la cual sucedió que la Policía Nacional Colombiana lo roció con herbicidas. Según el diario STAR TRIBUNE, de Minneapolis, este accidente ocurrió poco después de que la Embajada de los E.U.A. en Colombia pusiera en circulación un material en el cual se explicaba que el rociamiento se regía por "coordenadas geográficas precisas" calculadas por computadora. La policía colombiana dijo que el accidente había ocurrido debido a que el viento sacó al herbicida de su curso 7.

Tanto el sentido común como los estudios científicos nos dicen que es de esperar que el viento saque de su curso a los químicos rociados desde el aire. Por ejemplo, en 1992, un estudio de Canadá calculó que se necesitaría una zona amortiguadora de 75 a 1200 metros (243 a 3900 pies) para proteger la vegetación a la que no va dirigido el herbicida durante el rociamiento aéreo 8. Y en 1985, un artículo sobre el glifosato dice: "los daños debidos a la corriente del aire probablemente son más comunes y más severos con el glifosato que con otros herbicidas" 9.

Los proponentes de la "guerra a las drogas" quisieran que pensáramos que a mayor cantidad de acres de campo suramericano que rociamos con herbicidas, menor cantidad de niños norteamericanos caerán presa de los camellos de la droga. Pero los estudios muestran que las campañas de rociamiento con herbicidas son ineficaces para detener el flujo de las drogas. Mientras haya demanda de drogas, alguien las suministrará. Por esto los programas de erradicación de cultivos sencillamente desperdician el dinero de los contribuyentes. Además, un reporte de 1999 de la Oficina General de Contaduría de los E.U.A. (General Accounting Office, GAO), una agencia federal, concluyó que hasta la fecha, los esfuerzos por erradicar los cultivos han fracasado 2, pág. 16. Según la GAO, el Departamento de Estado de los E.U.A. aumentó su ayuda para las campañas de rociamiento aéreo en 1996, y durante el lapso de 1997-98 fueron rociadas más de 100.000 hectáreas (254.000 acres) del campo colombiano. Pero durante este mismo lapso, el cultivo neto de la coca en Colombia aumentó 50 por ciento 2, págs. 16-18.

Por el otro lado, puede tenerse éxito atacando el problema de la droga dentro de los E.U.A. si se reduce su uso en este país. Un estudio realizado por la corporación RAND encontró que los programas de tratamiento por drogas para los consumidores de cocaína en los E.U.A. son 23 veces más efectivos respecto al costo que los esfuerzos por erradicar las drogas en su lugar de producción 10. Y aún así, según un reporte de 1999 del gobierno de los E.U.A., entre 1991 y 1996 la mayoría de los estadounidenses que necesitaban tratamiento por drogas no lo recibieron 11.

Si rociar el campo colombiano con herbicidas no es una manera efectiva de disminuir el problema de la droga en los E.U.A., vale la pena preguntar qué es lo que mueve el entusiasmo de nuestro gobierno por este enfoque costoso y destructivo. Una explicación es que la "guerra a las drogas" es un pretexto para las políticas que poco tienen que ver con las drogas. Varias industrias de los E.U.A. están en la situación de beneficiarse de la intervención de los E.U.A. en la guerra civil de Colombia. La Occidental Petroleum Corporation, por ejemplo, cabildeó intensamente por la ayuda al ejército colombiano para la "guerra a las drogas"; y las compañías estadounidenses que fabrican los helicópteros militares usados en Colombia fueron importantes partidarios de la mencionada ayuda 12.

Llevar a cabo una "guerra a las drogas" ineficaz en el exterior también ayuda a distraer la atención del papel de la política de la droga dentro de los E.U.A. Un reporte reciente de la organización Human Rights Watch, que observa y documenta los abusos a los derechos humanos en todo el mundo, dice que las políticas de control de la droga dentro de los E.U.A. han sido el motor principal de la crisis carcelaria del país, en la cual la población de las prisiones se ha cuadruplicado desde 1980. En este momento, los E.U.A. tienen más de 2 millones de ciudadanos tras las rejas. Las frecuencias de las condenas y los encarcelamientos por drogas son mucho mayores entre los criminales no violentos afroamericanos que entre sus equivalentes caucásicos 13. A trece por ciento de los hombres afroamericanos en los E.U.A. -más de uno en diez- no se les está permitido votar debido a que están en prisión o a que fueron condenados previamente por un delito grave 14.

Sin la retórica de la "lucha contra las drogas", los oficiales de los E.U.A. tendrían que admitir frente al público estadounidense que estamos interveniendo en la guerra civil de otro país -trayendo recuerdos de Vietnam y otros fracasos desastrosos de la política exterior de los E.U.A. Desafortunadamente, la analogía con Vietnam es apropiada a medida que se profundiza el involucramiento militar de los E.U.A. en Colombia. Durante la guerra de Vietnam, los E.U.A. desfoliaron y contaminaron los bosques de Vietnam con el Agente Naranja, un herbicida compuesto por los químicos 2,4-D y 2,4,5-T y usualmente contaminado con dioxina carcinógena. Los veteranos estadounidenses que estuvieron expuestos al Agente Naranja sufren una alta frecuencia de diabetes y ciertos cánceres, y los hijos de los veteranos tienen una alta frecuencia de padecer defectos de nacimiento importantes (ver REHW #212 y #250). En Colombia, bajo el estandarte de la "guerra a las drogas", una vez más estamos llevando a cabo una guerra tóxica contra los ecosistemas únicos de otro país y contra la salud de la población civil inocente.

 

Autora:

Rachel Massey

Asesora de la Fundación para Estudios Ambientales

(Environmental Research Foundation)

 

 


 

Bibliografía

[1] Ver http://www.ciponline.org/colombia/aid.

[2] U.S. General Accounting Office Report to Congressional Requesters, "Drug Control: Narcotics Threat from Colombia Continues to Grow. GAO/NSIAD-99-136 June 1999. Vaya a http://www.gao.gov y busque el reporte por el número.

[3] Ver http://www.usfumigation.org.

[4] Larry Rohter, "To Colombians, Drug War is Toxic Enemy," NEW YORK TIMES May 1, 2000, págs. A1, A10

[5] U.S. State Department, "The Aerial Eradication of Illicit Crops: Answer to Frequently Asked Questions," Hoja informativa emitida por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental (Bureau of Western Hemisphere Affairs), November 6, 2000, disponible en http://www.state.gov/www/regions/wha/colombia/fs_0011-6_faqs.html.

[6] Para ver una revisión meticulosa sobre los efectos adversos del glifosato, ver Caroline Cox, "Glyphosate (Roundup)" Herbicide fact sheet, JOURNAL OF PESTICIDE REFORM Vol 18, No. 3 (Fall 1998), actualizado en Octubre del 2000, disponible en http://www.pesticide.org o a través de Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides, Eugene, Or.; teléfono 541-344-5044.

[7] Rob Hotakainen, "Colombian Police Spray Herbicide on Coca, Wellstone," Minneapolis STAR TRIBUNE December 1, 2000.

[8] D. Atkinson, "Glyphosate damage symptoms and the effects of drift," in E. Grossbard y D. Atkinson, editores,THE HERBICIDE GLYPHOSATE (London: Butterworth Heinemann, 1985), págs. 455-458. ISBN 0408111534.

[9] Nicholas J. Payne, "Off-Target Glyphosate from Aerial Silvicultural Applications, and Buffer Zones Required around Sensitive Areas," PESTICIDE SCIENCE Vol. 34, 1992, págs. 1-8.

[10] C. Peter Rydell y Susan S. Everingham, CONTROLLING COCAINE: SUPPLY VERSUS DEMAND (Santa Monica, Calif.: RAND, 1994), ISBN 0-8330-1552-4, pág. xiii.

[11] Office of National Drug Control Policy, 1999 NATIONAL ANTI-DRUG STRATEGY, Tabla 27, pág. 130. Disponible en http://www.whitehousedrugpolicy.gov.

[12] Sam Loewenberg, "Well-financed U.S lobby seeks relief from Drug Wars," LEGAL TIMES February 21, 2000, disponible en http://www.forusa.org/panama/0300_columbianaid.html.

[13] Human Rights Watch, PUNISHMENT AND PREJUDICE: RACIAL DISPARITIES IN THE WAR ON DRUGS, March 1999, resumen disponible en http://www.hrw.org/hrw/reports/2000/usa/Rcedrg00-

 

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