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                  Una necesidad urgente: 
                  
                  
                  cambiar a McDonald’s |    
            
            Karen Scwarcfiter, 
            gerente de Marketing de MacDonald’s Uruguay, acaba de anunciar que 
            “la compañía hablará otro idioma a partir de octubre”. Sin duda esto 
            significa cambios, los que a la luz de los magros resultados de la 
            transnacional en los últimos tiempos, parecen necesarios. Pero que 
            los cambios se produzcan en lo que realmente importa, es tan difícil 
            como pronunciar el apellido de la señora gerente.   |      
      Las cosas 
      no marchan bien para el gigante de las hamburguesas. El pasado diciembre 
      frente a una caída de 60% de sus acciones en tres años, McDonald’s 
      despidió a su principal ejecutivo, Jack Greenberg. Greenberg había 
      introducido 40 nuevas variantes en el menú (ninguna de las cuales tuvo 
      gran suceso) y adquirido algunas cadenas de restaurantes no especializados 
      en hamburguesas, que tampoco arrojaron grandes resultados. Para intentar 
      solucionar las cosas, la compañía recontrató a James Cantalupo, ex 
      vicepresidente ya jubilado y responsable del crecimiento de la cadena 
      durante los años 80 y 90. Siete semanas después, la compañía anunció 
      pérdidas por primera vez en 47 años. Cantalupo y  sus principales 
      ejecutivos (el australiano Charles Bell y el sueco Mats Lederhausen) 
      pretenden revertir la situación con el programa 
      “mejore o salga”, destinado 
      a eliminar las franquicias con bajo desempeño, 175 restaurantes en 10 
      países ya fueron cerrados. 
        
      Pero los 
      contratiempos no hacen más que aumentar. Como consecuencia del mal de la 
      “vaca loca” la venta de hamburguesas disminuyó considerablemente en 
      Europa. Un escándalo se desató en Argentina debido a la contaminación con 
      la bacteria E. Coli en sus hamburguesas de pollo1. 
      Centenares de franqueados le han iniciado juicio por condiciones abusivas 
      en Brasil. Se descubrió que los juguetes contenidos en la “cajita feliz” 
      eran fabricados en Asia con mano de obra infantil. 
        
      
      La 
      penetración cultural del Sur 
        
      Además 
      existe otro problema. La compañía cuenta con 30 mil restaurantes en todo 
      el mundo, de ellos 13.000 se encuentran en EE.UU. y el gusto de los 
      consumidores en este país está variando. Los responsables son -una vez 
      más- los inmigrantes que popularizaron sus comidas nativas. Por ejemplo, 
      platos como sushi, o los burritos y tacos mexicanos, están ganando la 
      preferencia de los consumidores estadounidenses, que reconocen las 
      bondades de estos platillos frente a las hamburguesas gringas con sabor a 
      plástico. 
        
      
      El idioma 
      que McDonald’s debe cambiar 
        
      Más 
      importante que cambiar los nombres en su menú o rebajar los precios, para 
      que los consumidores reconozcan a McDonald’s como una empresa seria y 
      responsable, lo que debe cambiar urgentemente son sus políticas laborales, 
      de respeto al consumidor y de cuidado del medio ambiente.  
        
        Más 
      allá que nos gusten o no las hamburguesas, los consumidores aceptaremos a 
      la transnacional a partir del momento en que reconozca el derecho 
      constitucional que tienen sus trabajadores y trabajadoras a organizarse 
      sindicalmente. La existencia de un sindicato no solamente nos garantizaría 
      que se están cumpliendo las leyes del país y poniendo fin a una 
      intolerable explotación, sino que además contribuiría a garantizar la 
      calidad del producto que estamos consumiendo, por ejemplo, impidiendo la 
      polifuncionalidad mediante la cual un mismo trabajador limpia los baños y 
      manipula alimentos. 
        Los 
      consumidores merecen conocer la calidad de los ingredientes con los cuales 
      se confeccionan sus productos. ¿Por qué razón las cocinas de McDonald’s no 
      son visibles desde el salón comedor? 
        Como 
      consumidores y contribuyentes tenemos derecho a que McDonald’s se haga 
      responsable por la contaminación ambiental que genera. Toneladas de papel, 
      plástico y residuos de alimentos salen por la parte de atrás de sus 
      locales y su  traslado y posteriores consecuencias las pagamos todos, 
      comamos o no sus hamburguesas. 
        
      Mientras 
      eso no suceda, para miles de uruguayos, el idioma de McDonald’s continuará 
      siendo el de la injusticia, la inseguridad alimentaria y la prepotencia.
       
        
        
      
      Enildo Iglesias 
       Convenio 
      Siete sobre siete – Rel-UITA 
      
      1º de octubre de 2003  
        
        
        
      
      1 
      Algunos especialistas atribuyen la contaminación a que, según la 
      “Guía del Empleado” de 
      McDonald’s, el personal, además de manipular alimentos debe ocuparse de 
      mantener limpio el piso y realizar la limpieza externa e interna del 
      local, que incluye los sanitarios. 
      Más sobre el particular    
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