CAMPAÑAS        Mc Donald´s

 

 

Intento de sindicalización en Mc Donald's

Motín a bordo

La gigantesca empresa de comida rápida llama a sus empleados "crew" ("tripulación"). Felices navegantes o galeotes: las opiniones difieren. En pocos lugares del mundo han logrado formar un sindicato como el que quieren los empleados uruguayos.

Marcelo Pereira 

 

 

 

Han aparecido volantes, mensajes de correo electrónico, carteles, pintadas y hasta una pancarta en el desfile de Carnaval por 18 de Julio con la firma del Movimiento de Trabajadores (Crew) de Mc Donald's en Uruguay, en los cuales se reclama que esa firma reconozca el derecho de sus empleados a formar un sindicato, cambie sus actuales formas de relación con ellos, les pague por horario nocturno a partir de las 22 horas y por tareas insalubres, les asegure un horario mínimo y estable de 30 horas semanales, y les permita recibir propinas. Es posible que no parezca gran cosa, pero hay que tener en cuenta que hay en el mundo más de 28 mil locales de Mc Donald's, con alrededor de un millón y medio de empleados y en unos 120 países, y BRECHA sólo registró noticias de la existencia de sindicatos de sus trabajadores en Suecia y en la ciudad irlandesa de Dublín.  

BRECHA buscó contactar a los integrantes del movimiento, quienes mantienen por ahora el anonimato ante sus patrones, verificó que se trata de empleados de la empresa, y logró una entrevista con algunos de ellos a fines de enero. Luego solicitó y obtuvo con rapidez una entrevista con el director de Mc Donald's en Uruguay, Rodolfo Oppenheimer, quien durante casi una hora expresó su opinión acerca de los planteos del movimiento, adelantó algunas respuestas a los mismos, aseguró que siempre está dispuesto al diálogo y -por último pero de gran importancia- enfatizó que sindicalizarse "es un derecho", y que quienes desean hacerlo en Mc Donald's no tienen motivo para ocultarse o temer represalias.  

Otras piezas del rompecabezas recogidas por BRECHA son testimonios de exempleados de la firma, y el mensaje que dirigió al movimiento, por correo electrónico, quien se identificó como un trabajador discrepante con sus planteos . Ese contrapunto pinta un cuadro poco conocido por el público que asiste a los 34 locales de Mc Donald's en nuestro país, en los cuales trabajan unas 1.500 personas, la mayoría de ellas jóvenes y muy jóvenes. Y quizás -el tiempo dirá- sea el preludio del ingreso de Uruguay al pequeño grupo de países con sindicato de trabajadores de la empresa.

Mc Donald's se ha convertido en un símbolo de las grandes trasnacionales con sede en Estados Unidos y de la propia cultura estadounidense. Eso concentra, como es lógico, amores y odios. Algunos piensan que los locales de la firma son grandes "cajitas felices", y otros que se trata de máquinas para la transformación de los trabajadores en carne picada. Mientras la empresa realiza en todo el mundo obras de filantropía, se precia de brindar oportunidades laborales formativas a quienes más las necesitan y destaca que ofrece higiene, calidad y un óptimo servicio; grupos internacionales de activistas la acusan de incontables villanías. Entre ellas, alienar a los niños, explotar mano de obra desvalida, perjudicar la salud de millones con "comida chatarra", devastar el ambiente o simplemente matar animales para vender su carne. La intención de este artículo no es abarcar el vasto terreno de esas polémicas, sino concentrarse en la cuestión de las relaciones laborales en el caso uruguayo, para cuya comprensión es necesario conocer algunas particularidades de Mc Donald's.

Las reglas a bordo

Crew significa en inglés "tripulación". En la jerga interna de Mc Donald's, llena de términos incomprensibles para los ajenos a la firma, la palabra designa a "la gente encargada de preparar nuestra comida, servir a nuestros clientes y realizar aquellas tareas necesarias para el eficiente funcionamiento de nuestros restaurantes, incluyendo el mantenimiento de nuestro alto estándar de limpieza", según el Manual del Crew de la firma Gauchito de Oro sa, concesionaria de Mc Donald's en Uruguay. En nuestro país se usa como sustantivo masculino, y tanto en plural como en singular: crew es el conjunto mencionado de trabajadores, y cada uno de ellos "es crew".  

Corresponde realizar aquí una aclaración. El manual incluye una lista no exhaustiva de casos de "mala conducta intencional" que pueden dar lugar al despido inmediato "sin notificación previa o pago alguno". Entre ellos está "hacer declaraciones o revelar a cualquier persona, incluyendo la prensa, radio, televisión o cualquier medio de información, cualquier información (…) confidencial, incluyendo los detalles de este manual". Para evitar que los empleados que tratan de formar un sindicato se hicieran pasibles de la máxima sanción, BRECHA pidió a Oppenheimer un ejemplar del manual, y el director alegó que no podía darlo a conocer porque "es algo interno", que contiene "parte de la tecnología" de la firma, y por lo tanto sería riesgoso que "la competencia" lo conociera. Este periodista pudo acceder a parte del texto del folleto en cuestión (por medio de un exempleado que conservaba fotocopias) y cree de buena fe que las frases citadas son relevantes para comprender la situación pero no afectan a la competitividad de la firma.  

Hecha la aclaración, es preciso comprender tres datos básicos.  

1. Flexibilidad. Todo el sistema está organizado para pagar sólo las horas de trabajo que se consideren realmente necesarias. Mucho antes de que las compañías japonesas establecieran la novedad de la producción a demanda, sin acumular estoc, Mc Donald's se guiaba por el principio de no acumular un estoc ocioso de mano de obra.  

Por eso la mayoría de los empleados no tiene horario fijo. Cuando cada uno firma su contrato de trabajo, tras varias entrevistas de evaluación, indica qué días y a qué horas estará disponible (un sistema obviamente atractivo para quienes, por estudio u otras razones, no podrían cumplir turnos fijos todos los días). La empresa estudia en detalle el flujo habitual de clientes de cada local, y prevé la dotación de trabajadores necesaria en cada momento, en función de lo cual comunica a cierto número de empleados, con cierta anticipación, qué día deberán presentarse en los locales y para cumplir qué horarios. Mc Donald's sólo garantiza que su demanda se ubicará entre un mínimo y un máximo (un mínimo de un turno de cuatro horas cada semana, y un máximo de cinco turnos de ocho horas por semana).

 

En circunstancias imprevistas, la firma puede requerir al empleado que exceda el horario para el cual lo llamó (las horas adicionales se pagan, pero se intenta evitar que sean horas extra con remuneración extraordinaria), o darle autorización para retirarse si el movimiento de clientes es inferior al supuesto. También puede pedir a un trabajador que se presente fuera de su tiempo disponible habitual, pero acceder a esa solicitud es opcional. En cambio, cumplir turnos en horarios que se indicaron como disponibles es obligatorio, y cualquier atraso o ausencia debe notificarse con ocho horas de anticipación (si es por enfermedad, con certificado médico). La tardanza o las faltas sin notificación en ese horario pueden ser sancionadas, y de costumbre lo son. Marcar la tarjeta de otra persona es una de las faltas más combatidas.

 

Está previsto un período de descanso (pago) de media hora por cada cuatro.  

2. Rotación. Todas las tareas que se realizan en un local están estudiadas, cronometradas y programadas para que los empleados las cumplan con la mayor eficiencia posible, y cada empleado es entrenado (en tiempo pago) para que sea capaz de alternar el cumplimiento de cualquier tarea durante un turno de trabajo.

 

Esto es básico para una empresa que emplea ante todo (y por elección) a un numeroso elenco de jóvenes sin experiencia laboral previa, muchos de los cuales trabajan en Mc Donald's en forma transitoria, y que además desea disponer de ellos para cumplir cualquier labor que necesite en determinado momento.

 

El entrenamiento busca lograr una automatización de procedimientos, incluyendo la forma más eficiente de realizar cada movimiento. Algo similar a las técnicas fordistas en las fábricas que inmortalizó Chaplin en Tiempos modernos, pero con olor a frito. Existe un número sorprendente de protocolos y de planillas para controlar su cumplimiento, en las cuales pueden figurar, por ejemplo, decenas de instrucciones para hacer las famosas papas fritas de la empresa. El resultado en los casos exitosos es, de costumbre, un trabajador que ingresó sin experiencia ni calificación y a quien la empresa le ha enseñado todo lo que sabe; o dicho de otro modo, que sólo sabe lo que le ha enseñado la empresa.

 

El pago por hora no cambia en función de las tareas realizadas, sean cuales fueren: manejar la caja registradora, preparar alimentos, limpiar o cualquier otra de las que realizan "los crew".

 

3. Cultura. El intenso ritmo de realización de las rutinas, la falta de experiencia laboral previa de la mayoría de los trabajadores y la política de relaciones con el personal que aplica la firma se suman para implantar profundamente una cultura. Los planteos colectivos de los trabajadores no están prohibidos en ninguna parte, pero los numerosos procedimientos de comunicación interna disponibles -y sugeridos en forma expresa desde el primer día- no prevén que los empleados se reúnan por su cuenta para decidir qué quieren decirle a sus patrones. Por otra parte, las características del trabajo y de su supervisión casi no dejan tiempo o espacio para el intercambio horizontal lejos de los superiores.

 

Esos procedimientos de comunicación interna incluyen reuniones de equipo cuatrimes-trales con asistencia voluntaria, en las cuales cualquier empleado puede opinar sobre el desempeño de sus jefes, raps (charlas más informales) de los empleados con sus superiores, encuestas de opinión planteadas por la empresa, buzones para formular sugerencias o quejas y, en general, una "política de puertas abiertas" que permite a cualquier trabajador entrevistarse con cualquiera de sus jerarcas, incluyendo a Oppenheimer. Por otra parte, Mc Donald's otorga en forma cuatrimestral bonificaciones a sus empleados, quienes reciben dinero extra si se considera que su desempeño lo merece,* y la firma se precia de su política de ascensos (mediante evaluaciones que también son cuatrimestrales), por la cual gran parte de quienes ocupan cargos de responsabilidad comenzaron como crew.

 

El caso es que varios de los entrevistados por BRECHA dijeron que tarde o temprano habían llegado a la conclusión de que plantear críticas o reivindicaciones "no es bien visto" y conduce a la ausencia de bonificaciones y ascensos, o a que las convocatorias a quien se muestra "rebelde" escaseen, se concentren en los horarios de trabajo más intenso, y se acompañen de la asignación de las tareas menos agradables.

 

En cambio -añadieron- el sistema tiende a premiar a quienes asimilan la "cultura Mc Donald's", se esfuerzan por superarse a sí mismos y destacarse en relación con los demás, emplean las vías de comunicación interna para realizar lo que empresa considera "aportes constructivos", participan con entusiasmo en las actividades recreativas periódicas, y en general se muestran todo el tiempo felices y bien dispuestos.

 

Con la introducción de esta primera crítica de trabajadores al sistema, es preciso realizar una advertencia válida para todas las que vendrán después: cada local tiene sus particularidades, y es muy difícil determinar la frontera entre la política general de la firma para las relaciones laborales y las variantes que imprime cada uno de quienes tienen responsabilidad en alguno de los restaurantes.

 

Durante la entrevista con quienes forman un sindicato, ocurrió más de una vez que tras el relato de alguna experiencia personal desagradable por parte de uno de ellos, otro aclarara que en su local las cosas eran distintas. Eso significa que muchas denuncias de abuso (véase el recuadro titulado "Se dice de mí") podrían ser consideradas casos aislados, en violación de las normas generales vigentes para el trato con los empleados. 

Pero también puede considerarse un argumento a favor del intercambio horizontal entre los trabajadores, sin presencia de sus superiores. Mientras eso no ocurra, sólo la firma sabrá qué es habitual y qué es excepcional.

Persevera y triunfarás

En sitios de Internet de organizaciones internacionales anti Mc Donald's se asegura que la firma exige un mínimo de rentabilidad en todos sus locales, sean propios o (como en el 70 por ciento de los casos) a cargo de concesionarios individuales, y que la solución cuando los números no cierran es intensificar el trabajo. De hecho, los empleados uruguayos que forman un sindicato dijeron que el descenso en la concurrencia del público trajo recorte de horas y mayor exigencia, y señalan que ese cambio fue el disparador de sus intentos de sindicalización.

 

Héctor Masseillot, secretario general del Sindicato Unico de Gastronómicos del Uruguay (Sugu), dijo a BRECHA que es notoria la política antisindical de la firma en Uruguay y en el mundo, y que el estilo de relaciones laborales aplicado por Mc Donald's "oscila entre dos recursos que no compartimos: la 'filantropía salarial' (mediante bonificaciones) y la coacción". Las condiciones de trabajo en otras empresas que se dedican a la gastronomía "pueden ser peores en varios aspectos, pero en ningún otro lado se da que prohíban entrar a un local a entregar un volante sindical", y además "el sistema de 'empleos chatarra' y otras prácticas que consideramos muy negativas son un mal ejemplo para todo el sector, que algunos ya comienzan a imitar", subrayó.

 

En el Manual del Crew uruguayo se establece que "no estará permitido solicitar por parte de los empleados ni por extraños a la empresa dinero, firmas, o distribuir literatura de ningún tipo dentro o fuera del restaurante" y que todo empleado debe "informar inmediatamente" a su encargado de turno acerca de violaciones a esa norma, por parte de extraños o de sus compañeros. Entre las faltas a las cuales pueden corresponder sanciones están la "desobediencia deliberada y/o fracaso en el desempeño de tareas", así como el "desempeño o resultados que no concuerden con las metas trazadas o con las estipulaciones determinadas por Mc Donald's", y aun la "incompetencia o ineficiencia en el desempeño del trabajo", de lo cual puede deducirse que la adopción de medidas de lucha sindical implica riesgos.

 

En opinión de Masseillot, experiencias anteriores en cadenas de restaurantes hostiles a los sindicatos indican que no es prudente organizar a la gente por lugar de trabajo, ya que eso permite a la firma desmantelar con facilidad cualquier núcleo. El considera que sería más prudente que los empleados de Mc Donald's se afiliaran en forma individual al sugu y se reunieran allí, y que el sindicato pudiera tomar cartas en el asunto ante cualquier problema. Eso también fortalecería la identidad de trabajador gastronómico y el vínculo con el sugu de cada trabajador de la empresa, aun cuando deje de trabajar en ella, apuntó. En la actualidad esa identidad es débil: aunque Mc Donald's insista en que brinda oportunidades de adquirir experiencia laboral, de hecho quienes trabajan allí sólo aprenden a realizar determinadas tareas automatizadas, con determinados implementos, y "después de años no saben hacer un churrasco ni un arroz blanco", ejemplificó.

 

Los casos de sindicalización en Mc Donald's escasean, como se dijo al comienzo, pero algunos factores pueden jugar en favor del intento uruguayo. En nuestro país las leyes laborales aún son relativamente más avanzadas, y eso fortalece el reclamo de que se respete la formación de un sindicato. Reclutar trabajadores jóvenes aquí implica incorporar un gran número de personas con educación relativamente alta y con opiniones de izquierda, y eso aumenta las posibilidades de organización. Los empleados uruguayos de la firma son mucho menos "transitorios" que en otros países, y eso contribuye a que estén dispuestos a "pelearla". Y por último, Oppenheimer dice que se puede y que no habrá represalias.

 

De todos modos, quizás a los flamantes sindicalistas les convenga tener presente la frase del fundador de la cadena de restaurantes, Ray A Kroc, estampada en la contratapa del Manual del Crew: "¡Adelante!

Nada en el mundo puede ocupar el lugar de la perseverancia.

 

El talento no puede: nada es más común que las personas fracasadas con talento.

 

El genio no puede; el genio sin recompensa es casi un proverbio.

 

La educación por sí sola no puede: el mundo está lleno de truhanes educados.

Sólo la perseverancia y la determinación son omnipotentes".

 

 

 

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