06.03.02

 

El chocolate en los tiempos de la

globalización

Dejalma Cremonese *

Recuerdo con nostalgia mi niñez, cuando cada vez que mi padre llegaba del “almacén” (establecimiento comercial del interior) yo corría alegremente hacia él, más bien hacia sus bolsillos, para encontrar alguna golosina (caramelos o chocolatines). Mis favoritos eran el chocolate "Refeição" o el bombón "Amor Carioca" de Neugebauer, o Laka de Lacta, e incluso el "Batom" de Garoto... Los sábados de tarde, cuando íbamos al pueblo, era imprescindible saborear un buen helado, de preferencia el "napolitano" de Kibon...

El motivo principal para escribir este texto no son las preferencias de mi paladar ni los recuerdos de antaño de mi vida en el interior. Lo que me lleva a escribir son las mencionadas marcas de chocolate y helado que, como decenas de otras marcas y razones sociales de productos brasileños, han sido compradas por empresas multinacionales.

Para citar un ejemplo, acaba de llegar la noticia de que el grupo suizo Nestlé, de alimentos, anunció la compra de la compañía Garoto; el monto de la operación comercial no se informó, pero se comenta que ronda los mil millones de reales. Nestlé, que tenía el 31,4% del mercado de chocolate en Brasil, con la compra de Garoto, pasa ahora a controlar más del 50% del mercado. Garoto era una empresa familiar, con más de 70 años de existencia en el ramo, que exportaba sus productos a 40 países del mundo; era el único gran fabricante de chocolates brasileños que quedaba, porque Kraft Foods, una división de Philip Morris, ya había comprado Lacta en 1996, y la estadounidense Hershey compraría Visconti el año pasado. Asimismo, Parmalat compró Neugebauer y Unilever adquirió Kibon.

Las grandes fusiones no sólo ocurrieron en el sector de alimentos, sino también en el sector de aviación, financiero, automovilístico y telecomunicaciones, entre otros... Por ejemplo, Boeing compró a su competidora McDonnell Douglas, gigante mundial en la fabricación de aviones, y ya anuncia el despido de 48 mil empleados. Exxon, que en 1998 compró Mobil por US$ 61 mil millones, convirtiéndose así en la petrolera más grande del mundo, pretende despedir a 9 mil empleados (el 7% del total). Deutsch Bank se convirtió en el banco más grande del mundo, en diciembre de 1998, al comprar el norteamericano Bankers Trust por US$ 10 mil millones, y también ya anunció que va a deshacerse de 5.500 empleados. El grupo francés PSA Peugeot Citroën inauguró su nueva fábrica en Río de Janeiro anunciando un programa de retiro anticipado para cortar cerca de 8.300 puestos de trabajo en los próximos cinco años. El grupo sueco Ericsson, de telecomunicaciones, el tercer principal fabricante mundial de aparatos de teléfono, informó que pretende cortar 11 mil puestos de trabajo en dos años.

Dichas compras y fusiones de grandes empresas se inscriben en la lógica de la política económica neoliberal globalizadora, cuya prioridad exclusiva es la internacionalización de la economía y la circulación y expansión japonesas, lo que acarrea despidos, desempleo y miseria a los trabajadores.

... Ya que hablamos de chocolates, que la muchachada preste atención este año, porque el conejito de Pascua viene del exterior y tiene un acento un poco raro... Después de la comilona, no vale llorar por el “dolor de barriga...”.

Dejalma Cremonese:

Profesor Universitario de la UNIJUÍ - RS (Brasil)
 dcre@main.unijui.tche.br

http://www.unijui.tche.br/~dcre/

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