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            La "alianza 
            estratégica" entre la argentina 
            Quilmes Industrial 
            (Quinsa) 
            y la brasileña AmBev, 
            que significó para esta última un desembolso de US$ 600 millones, 
            fue resuelta en la reunión que 
            Agustín García Mansilla 
            (CEO de Quilmes) y 
            Marcell Telles (presidente de AmBev, expresidente de 
            Brahma y gestor de la fusión de esta con Antárctica para crear AmBev) 
            celebraron el 1º de mayo en el hotel Woldwide Plaza, ubicado en la 
            octava avenida de Nueva York. Las conversaciones habían comenzado un 
            año antes, pero ya hacía por lo menos dos que otras cerveceras 
            también se mostraban interesadas por adquirir 
            Quilmes, 
            entre ellas la chilena 
            Compañía Cerveceras Unidas
            (CCU) 
            que produce la marca 
            Budweiser y 
            la socia de Quilmes, 
            con 15% de participación, 
            Heineken de 
            Holanda.  
            La competencia de
            Quilmes 
            en Argentina 
            reaccionó de diversas formas. Por ejemplo, 
            Pablo Piccardo, 
            gerente general de 
            Isenbeck manifestó que "las grandes concentraciones 
            nunca son buenas, porque terminan ocasionando un perjuicio para el 
            consumidor". La mejor forma que encontró 
            Isenbeck de 
            defender a los consumidores fue una campaña publicitaria que, 
            tomando en cuenta la histórica rivalidad entre Argentina y Brasil en 
            el fútbol, aprovechó el inicio de la Copa del Mundo para publicar en 
            los diarios argentinos un anuncio en el que con el fondo de la 
            bandera brasileña, a la cual se le sustituyó el círculo azul por una 
            tapita de cerveza Quilmes (patrocinadora oficial de la selección 
            argentina) se lee: "Los brasileños compraron Quilmes. ¿Justo antes 
            del Mundial? ¿Cómo se decía vendido en portugués?".  
            Pasada la 
            pirotecnia de la fiesta llegaron los números. En el primer trimestre 
            del año, AmBev 
            registró un lucro líquido 9,2% menor que en el mismo trimestre de 
            2001, fundamentalmente por la pérdida de participación en el 
            mercado, que en el período cayó de 68,5% a 67,5% en 
            Brasil y en
            Argentina 
            bajó 8,4%.  
            Para 
            Quilmes, el 
            primer trimestre de 2002 arrojó una disminución en sus ventas de 
            49%, con un perjuicio de US$ 23,5 millones, frente al lucro de US$ 
            21,6 millones en el mismo período del año anterior. Las ventas en
            Argentina, 
            el mayor mercado de la compañía, cayeron a 2,28 millones de 
            hectolitros, en comparación con los 2,72 millones de hectolitros de 
            un año atrás. En el resto de los países de 
            América del Sur, 
            en la mayoría 
            Quilmes registró disminuciones en sus ventas o, en 
            el mejor de los casos, las mismas se mantuvieron iguales. 
             
            Para complicar aun 
            más las cosas, el 9 de junio 
            Heineken 
            (seguramente resentida por haber sido ignorada por quien es su socio 
            desde 1984) ingresó con un pedido de arbitraje en la 
            Cámara Internacional de 
            Comercio en 
            París, 
            destinado a impedir la fusión entre 
            Quilmes y
            AmBev. 
            El objetivo de la acción es claro: "Heineken intenta hacer 
            prevalecer el acuerdo de accionistas con el que Quinsa que garantiza 
            a Heineken la preferencia de compra en el joint-venture", 
            manifestaron voceros de la empresa. Simultáneamente, 
            Heineken 
            solicitó a la justicia de 
            Luxemburgo, 
            sede legal de Quinsa, 
            un amparo hasta que el tribunal de arbitraje de París se pronuncie.
             
            Estas noticias no 
            son nada alentadoras para los trabajadores y las posibles 
            consecuencias podrán encontrarse a continuación, cuando analicemos 
            el caso de la canadiense 
            Molson en
            Brasil.
             
            
            Molson: garantizando el lucro
             
            
            por cualquier medio
             
            El pasado marzo, 
            la canadiense Molson, 
            en sociedad con 
            Heineken, adquirió por US$ 765 millones la 
            cervecería Kaiser. 
            Con esta operación, Molson que desde octubre de 2000 poseía la marca
            Bavaria 
            (no confundir con su similar colombiana) también perteneciente a
            AmBev, 
            pasó a vender más en el exterior que en Canadá, donde capta cerca de 
            45% del mercado. El número de sus fábricas en 
            Brasil pasó 
            de las 5 cervecerías pertenecientes a 
            Bavaria a 
            13, luego de la compra de 
            Kaiser.
             
            En el encuentro 
            anual de accionistas, los ejecutivos de 
            Molson 
            adelantaron sus planes para aumentar las ganancias durante el año en 
            curso en Brasil, 
            aclarando que la mejoría de los resultados se dará por un aumento de 
            los lucros y no por una captación mayor del mercado. El jefe de 
            operaciones en Brasil, 
            Daniel O'Neill, 
            aclaró más el concepto: "la compañía acompañará las fábricas, redes 
            de distribución y la estrategia de marketing para exprimir más el 
            lucro de cada botella vendida". Esto significa, como fue aclarado en 
            el encuentro, "que la compañía estudia cerrar fábricas en el Brasil 
            para impulsar los lucros de la operación en este país".  
            Aquí nos 
            encontramos con un ejemplo claro del significado real de ciertas 
            inversiones extranjeras, en cuyo beneficio nuestros gobiernos 
            flexibilizan cada día más la legislación laboral. En este caso
            Molson 
            y Heineken 
            invirtieron US$ 765 millones, no para producir más, ni con mejor 
            calidad o menor precio. La inversión se justifica con el anuncio de 
            que se "exprimirá un mayor lucro por cada botella". Lo cual se 
            traduce en la pérdida de buena parte de los actuales 3.300 puestos 
            de trabajo y la disminución de los salarios en los que resten vía 
            tercerización, contratos a término y otras formas de exprimir a los 
            trabajadores y no a las botellas.  
            Resulta sugestivo 
            constatar que el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) 
            obligó a AmBev 
            a vender Bavaria 
            para proteger el derecho a la libre competencia, lo cual no está 
            totalmente demostrado en este bastante oscuro caso, en el cual 
            además se encuentran involucradas 
            Pepsi-Cola y
            Coca-Cola. 
            Proteger la libre competencia puede estar bien, pero ¿el derecho al 
            trabajo no debería también protegerse? La Constitución de Brasil, en 
            su artículo 1º, define a la nación como un Estado Democrático de 
            Derecho que tiene como fundamento, entre otros, 
            "los valores sociales del 
            trabajo y de la libre iniciativa", bonito, pero como 
            hemos visto, se trata de letra muerta, pues la libre iniciativa 
            prima sobre el valor social del trabajo.1 
            
            Philip Morris vende Miller
             
            Miller Brewing, 
            la divisón de cervezas de 
            Philip Morris 
            fue adquirida el pasado 30 de mayo por US$ 5.600 millones 
            (que incluyen US$ 2.000 millones de deudas) por la sudafricana
            South African 
            Breweries (SAB). 
            Con la nueva adquisición, que pasa llamarse 
            SABMiller,
            SAB 
            se convierte en la segunda mayor productora de cervezas del mundo, 
            superada apenas por 
            Anheuser-Busch, propietaria de la marca 
            Budweiser.
            Philip Morris 
            mantendrá 36% de las acciones y tres asientos en el consejo 
            de administración de la compañía.  
            Ejecutivos de la
            SAB 
            confían en que la industria de las cervezas continuará en proceso de 
            concentración hasta que el mercado se encuentre dominado por unas 
            pocas compañías.  
            
            
            Bavaria no puede comprar
             
            La colombiana
            Bavaria, 
            que había adquirido la panameña 
            Cervecería Nacional 
            el pasado diciembre, vio impedida la compra de la 
            Cervecería del Barú 
            por la Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor de 
            Panamá, que consideró que con la nueva adquisición se conformaría un 
            monopolio.  
            
            Resultado 
              
              
              La 
              Compañía Cervecerías 
              Unidas (CCU) 
              de Chile 
              totalizó durante el año pasado utilidades por US$ 58,6 millones, 
              lo que representa un crecimiento de 44,7% respecto al 2000. 
              
              
              PepsiCo 
              Inc. 
              anunció que en 
              el primer trimestre del año sus beneficios netos aumentaron 14,2%, 
              a US$ 651 millones, gracias a una mejoría en las ventas que se 
              incrementaron 7,9%. 
              
              El grupo francés
              Danone 
              facturó en el primer trimestre del año US$ 3.189 millones, lo que 
              significa un crecimiento del 4,7% respecto al mismo período del 
              2001. 
            Autor:  
            Enildo 
            Iglesias
             
            © Rel-UITA 
             
            26 de 
            junio 2002
               
            NOTAS 
 
            
            
            1 
            Terminado este informe recibimos la noticia que 
            Kaiser cerró 
            tres fábricas, una situada en 
            Getúlio Vargas 
            (Rio Grande do Sul) otra en 
            Camaçari (Bahia) 
            y la tercera en 
            Divinópolis (Minas Gerais). La medida significa la 
            pérdida de por lo menos 250 puestos de trabajo. Pese a ello, las 10 
            cervecerías restantes recibirán una inversión equivalente a US$ 23 
            millones, que la compañía justifica al estimar que permitirá una 
            economía de US$ 7 millones anuales. Resulta curioso, pero dos (Getúlio 
            Vargas y Camaçari) de las cervecerías cerradas pertenecían a la 
            cervecería Bavaria, 
            pero cuando esta fue adquirida por 
            Kaiser 
            prácticamente se dejó de producir la marca.
            
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