Honduras y ahora Colombia

Dole, otra vez, y van...  

"Motivados por el imperativo del lucro, el sistema trata a las personas como una fuente de infeficiencia y se desprende rápidamente de ellas en todos los niveles." 1

 

El 20 de marzo del pasado año, luego de 10 meses de intensas negociaciones y a dos días del inicio de la huelga legal, se logró la firma de un nuevo Contrato Colectivo entre el Sindicato de Trabajadores de la Industria de las Bebidas y Similares (STIBYS) y la Cervecería Hondureña S.A., donde DOLE ostenta el mayor paquete accionario. Desde hace varios años, la Empresa se ha empecinado en terminar con el Sindicato. En 1989 creó una Asociación Solidarista, superado este problema a través de una cláusula del Convenio Colectivo, constituyó una Asociación de Empleados de Cervecería Hondureña. En el año 2000, la Empresa decidió unilateralmente deducir la cuota sindical a quien ella entendía conveniente, no obstante el trabajador hubiera solicitado por escrito el descuento de la cuota por planilla. También en ese año, pretendió designar a trabajadores cubiertos por el Convenio Colectivo como "empleados de confianza", de esta forma se arrogaba el derecho de decidir, entre otras cosas, quienes se beneficiaban con el Plan de Viviendas establecido por Convenio Colectivo (para lo cual la Empresa creó un Fondo paralelo violando el Convenio) y quienes se beneficiaban del Fondo Médico (creando otro fondo paralelo). Como puede observarse, la Empresa no escatima esfuerzos con el objetivo de profundizar su política antisindical y no le interesa si en el intento, viola el Convenio Colectivo, leyes nacionales o Convenios de la OIT.

Hace algunas semanas, DOLE volvió a la carga cerrando la fábrica en La Ceiba, que dejó sin empleo a 150 trabajadores. A finales del pasado año, la Empresa no ahorraba elogios a la hora de ponderar la calidad del producto y el esfuerzo realizado por sus trabajadores de la citada planta. Sin embargo, cuatro meses más tarde, La Ceiba, la misma que diera nacimiento a la Cervecería Hondureña, era cerrada. ¡Sonó extraño y olía a venta!

Hoy sabemos que el cierre de la planta (DOLE lo denomina "Reajuste de Personal", vaya eufemismo), forma parte del plan de venta de la Cervecería Hondureña. Con esta sorpresiva decisión y haciendo gala de su inveterada intransigencia, DOLE consideró que tamaña provocación, comportaría una desatinada respuesta por parte del STIBYS y sus medidas de lucha producirían un tremendo desgaste y el desahucio de la organización. Entonces, sin el sindicato, ni convenio colectivo, y los 150 despedidos (asistimos hoy a un escenario donde los anuncios de despidos, fascinan a los accionistas mucho más que las ganancias), las acciones de la transnacional incrementarían su valor en el mercado. ¡Pero DOLE, se equivocó! STIBYS, haciendo alarde de su imaginación y osadía, diseñó un plan de acción demostrando una vez más, que mucho es lo aprendido en sus casi 47 años de vida.

Ahora, nos llegan noticias desde Colombia 2, y nos encontramos con otra situación que tiene el sello DOLE. En la finca San Pedro ubicada en el municipio de Sevilla, en Magdalena, el Sindicato presentó un pliego de peticiones en los primeros días del mes de abril. ¿Quieren saber cuál fue la respuesta de DOLE? Despedir 40 trabajadores y no efectuar incremento salarial durante 2 años, esto a cambio de mantener la producción. Como podrán imaginar, el Sindicato rechazó la propuesta e hizo una denuncia pública por atropello al derecho de negociación colectiva y asociación sindical. DOLE, por su parte, respondió planteando el cierre de la finca y ofreciendo un plan de retiro voluntario con indemnización, ante la circunstancia de no poder despedir trabajadores por el fuero circunstancial que la ley otorga cuando se está en negociación colectiva.

El Sindicato de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO), se negó a aceptar el plan de retiro voluntario y logró un acuerdo ante el Ministerio de Trabajo, mediante el cual los trabajadores asumían la administración de la finca y la venta de la producción. DOLE menospreció a SINTRAINAGRO, de la misma forma que desestimó la capacidad de resistencia y lucha del STIBYS, y firmó el acuerdo en la convicción de que los trabajadores no lograrían sacar adelante a la finca. ¡Y DOLE se volvió a equivocar! En la actualidad los trabajadores mantienen la administración y la venta de la producción bananera, a través de una comercializadora nacional llamada SOPROBAN. 

DOLE pretende ahora el pago de US$ 1.500.000 por la finca, a lo cual SINTRAINAGRO ha respondido negativamente. Guillermo Rivera, Vicepresidente de SINTRAINAGRO, destacó: "sí DOLE, quiere la finca, no hay problema. Que pague los US$ 300.000 que adeuda a los trabajadores por concepto de salarios y prestaciones sociales y acuerde con SINTRAINAGRO un nuevo convenio colectivo, entonces sí nosotros devolvemos la finca. De lo contrario, la gente continúa al frente".

DOLE... ¿no será hora de ponerle el cascabel al gato?  

Autor: 

Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

NOTAS


1 David C. Korten

2 Información suministrada por Luis A. Pedraza , Oficina UITA - Colombia y Guillermo Rivera, SINTRAINAGRO.  

 

 

 

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