A propósito del 1º de mayo:

La violencia del trabajo infantil

Según estudios de la UNICEF y ONG que promueven el término del trabajo infantil, entre 70 y 250 millones de niños trabajan en el mundo. La mayoría lo hace bajo formas de esclavitud tradicional, otros laboran en plantaciones agrícolas y fábricas recibiendo salarios que incluso pueden representar menos de 1/5 de lo que recibe un adulto.

Las cifras duelen el alma: en América Latina uno de cada cinco niños entre los 5 y los 14 años, "debe" trabajar; en África y Asia los fríos números son aún peores; uno de cada tres y, uno de cada dos niños trabaja, respectivamente, bajo formas de esclavitud y explotación sin límites.

El modelo necesita de este "ejército de pequeños" para aumentar sus ganancias y utilidades. La mano de obra infantil es "más barata" y "sumisa": la inmensa mayoría de los niños desconoce sus derechos y, para los empresarios locales y grandes multinacionales, es más "fácil" explotarlos.

En América Latina trabajan unos 18 millones de niños "por menos de un dólar al día": en la agricultura, las minas, el comercio ambulante, la pesca, la prostitución, las labores domésticas, etcétera; muchos, con la connivencia de sus propios padres, la tranquilidad de empresarios y la indiferencia de gobiernos y políticos.

Cadenas del modelo

En las últimas décadas, ha aumentado el trabajo infantil gracias a la urbanización, creciendo el número de niños que trabajan en comercios, servicios y fábricas. Aún la mayor parte del trabajo infantil se encuentra en la agricultura: según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un 90%. Según estudios de esta organización dependiente de Naciones Unidas, los niños trabajadores pierden dos años de escolaridad en promedio. Así, cuando son adultos, percibirán un 20% menos de salario. "Posee menos estudios", será la explicación, sin dar cuenta del círculo vicioso que encierran esas palabras.

Las cadenas del modelo, de esta forma, no se romperán: los padres -que fueron niños trabajadores- se verán "obligados" a enviar al trabajo a sus hijos, pues sus precarios salarios no les alcanzarán para vivir. Trabajadores que ganan menos porque trabajaron desde niños, niños que ganarán menos cuando sean adultos porque no tienen mayores estudios. Una investigación de la UNESCO (1990) señala que en el mundo un 20% de los niños no reciben enseñanza básica, o sea que: "probablemente trabajan".

La principal causa del trabajo infantil es la pobreza. ¿Quién rompe esta cadena si sus eslabones están sellados por un sistema económico al que sólo le importa la eficiencia y el dinero? ¿Qué oportunidades tendrán esos niños en un futuro que no les pertenecerá?

Parias del neoliberalismo 

Cuarenta millones de niños viven en la calle en América Latina. Son los parias del modelo neoliberal que ha destruido el tejido social, empujándolos sin escapatoria a la miseria y el hambre. Las jornadas laborales extenuantes muchas veces ni siquiera sirven para obtener un salario y solo significan, en la mayoría de los países de América Latina y el mundo, un plato de comida o un lugar "donde estar".

¿Quién controla lo que ocurre en el trabajo doméstico o las redes de prostitución de menores? El tráfico sexual ocupa un lugar privilegiado en el "comercio mundial", tras el narcotráfico y la venta de armas. Los sindicatos y organizaciones sociales deben presionar a las autoridades para que éstas incorporen en las legislaciones nacionales los Convenios internacionales que protegen a los niños que trabajan. Al mismo tiempo, se debe eliminar las formas más abusivas del trabajo infantil, pavimentando el camino para su erradicación total.

Millones de niños son obligados a trabajar en angustiosas condiciones que afectan su desarrollo físico, mental y moral. El trabajo infantil provoca más explotación y abusos, marginalidad y pobreza, y muchas veces -la mayoría de las veces-, violencia.

1. ¿Qué es el trabajo infantil?

La OIT establece una definición de trabajo infantil, determinando que es la labor realizada por niños menores de 15 años, excepto el efectuado en casa de los padres (siempre que se trate de ayudar y que los niños puedan ir a la escuela).

Se indican una serie de criterios para juzgar si el trabajo se vuelve una forma de explotación:

  • Si es realizado por niños demasiado jóvenes: niños de menos de 6 años que trabajan en la fábrica;

  • Si las jornadas son demasiado largas: niños que trabajan más de 8 horas diarias;

  • Si los ingresos son insuficientes: niños que trabajan toda la semana sin ganar nada o al máximo unos dólares;

  • Si las condiciones son peligrosas: niños que trabajan en minas o canteras o con productos químicos peligrosos;

  • Si son obligados: niños que trabajan forzosamente, obligados por padres o terceros;

  • Si peligra su integridad síquica o moral: niños que trabajan en la prostitución.

2. Cifras y Convenios

  • En Chile, según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), 47.000 niños y niñas de 6 a 14 años trabajan "ocasional o regularmente", lo que representa un 1.9% de la población nacional entre 6 y 14 años. 15.000 niños de entre 6 y 11 años trabajan en nuestro país.

Según el "Panorama Social 1998. Avances y Retrocesos con Respecto al Trabajo Infantil", elaborado por CEPAL, Chile se ubica entre los países que muestran los índices más bajos de trabajo infantil en la región (menos de un 3%). Al analizar la evolución del trabajo infantil en la última década se observa que como Argentina, Bolivia, Ecuador, Panamá y Costa Rica, han disminuido sus cifras, en cambio Chile sólo las ha mantenido.

  • El Convenio Nº138 de la OIT, señala que la edad mínima para trabajar es de 15 años: el gobierno de Chile lo ratificó en 1997. El artículo Nº32 de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en noviembre de 1989 y ratificada por Chile ese año, establece que los niños deben ser protegidos de la explotación económica, trabajos nocivos y se debe garantizar su educación y salud, velando por su desarrollo integral: físico, espiritual, moral y social.

  • La 87° Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en Ginebra en 1998, convino "erradicar las peores formas de trabajo infantil". Ningún menor de 18 años debe desempeñar formas extremas de trabajo infantil. Es decir: "Todas las formas de esclavitud, venta y el tráfico de niños, trabajo forzoso u obligatorio; el reclutamiento de niños para utilizarlos en conflictos armados, en prostitución o producción de pornografía; el reclutamiento o la oferta de niños para que realicen actividades ilícitas, como la producción o el tráfico de estupefacientes; cualquier otro trabajo que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. Si un menor es sorprendido en este tipo de trabajos debe ser apartado inmediatamente, y se le debe asegurar su reinserción social por medio de la educación básica gratuita".

Autor:

Arnaldo Pérez Guerra

El Siglo / La Insignia, 29 de abril del 2002

Convenio La Insignia - Rel-UITA

 

 

Comuníquese con Nosotros

UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel/Fax (598 2)  900 7473 -  902 1048 - 903 0905