Transgénicos

25/02/02

Nueva Amenaza Para Los Pueblos

Indígenas

 

La Fundación para Investigaciones Ambientales de los Estados Unidos, publicó en su último boletín un artículo de Peter Montagne, del Sindicato de Periodistas del citado país. En su Trabajo, Montagne advierte sobre los peligros que comportan los cultivos modificados genéticamente, para la supervivencia cultural de los pueblos indígenas y la seguridad alimentaria de la humanidad.

La supervivencia de los pueblos indígenas, dentro de los E.U.A y todo el mundo, está siendo amenazada de manera directa por los cultivos modificados genéticamente.

En septiembre de 2001, los científicos descubrieron maíz modificado genéticamente en 15 lugares en el estado de Oaxaca, en el sur de México, un país que ha prohibido el uso comercial de todos los cultivos de ingeniería genética [1]. Nadie sabe cómo llegó allí.

En los E.U.A, el maíz modificado genéticamente, ha sido cultivado comercialmente desde 1996 y ahora 26 por ciento de todo el maíz cultivado en los E.U.A. lo es. La remota región de Oaxaca donde fue descubierto el maíz ilegal de ingeniería genética es considerada el corazón de la diversidad del maíz del mundo. Los científicos habían esperado mantener la gran diversidad del maíz de Oaxaca libre de variedades modificados genéticamente contaminantes, debido a que Oaxaca conserva la riqueza de las variedades genéticas desarrolladas durante 5500 años del cultivo indígena del maíz. Ahora los científicos dicen que variedades agresivas de maíz de ingeniería genética, liberadas en Oaxaca, pueden llevar a la extinción a la especie autóctona, causando la pérdida de otras variedades de cultivo irreemplazables.

No está claro si el maíz modificado genéticamente, fue llevado a esta zona remota de México por aves, o si fue dispersado allí de manera intencional por corporaciones o por gobiernos que promocionan los cultivos de ingeniería genética.

Todas las variedades del maíz de ingeniería genética son propiedad de corporaciones transnacionales y son patentadas por las mismas. La única manera legal de adquirir tales semillas es comprárselas a la corporación que tiene la patente. Tales patentes son llamadas "propiedad intelectual" y su cumplimiento según la ley internacional ha sido una de las metas principales de los acuerdos de "libre comercio" en años recientes. La Organización Mundial del Comercio (OMC) contiene protecciones estrictas para los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Trade Related Intellectual Property Rights, TRIP), y las formas de vida patentadas, tales como los cultivos de ingeniería genética, están explícitamente cubiertas por los TRIP.

Según las reglas de la OMC, los gobiernos nacionales están obligados a proteger los derechos de propiedad intelectual de las corporaciones. En los E.U.A y Canadá, los agricultores se han quejado de haberse convertido en víctimas de la deriva génica, o contaminación genética, al haberse desviado los cultivos de ingeniería genética a través de las fronteras de las propiedades, contaminando así los cultivos convencionales con variedades patentadas de ingeniería genética. La deriva génica de los cultivos de ingeniería genética hacia los sembradíos que no lo son,  ha sido bien documentada, e incluso las corporaciones de ingeniería genética y sus reguladores en el gobierno reconocen que es un problema serio. Ahora, sin embargo, Monsanto, un importante proveedor de semillas de ingeniería genética, ingeniosamente le ha 'volteado la tortilla' a las presuntas víctimas de contaminación genética, demandándolas a ellas por robar los genes patentados de Monsanto. En el primer caso que fue a juicio, en Canadá en 2001, Monsanto demandó a Percy Schmeiser, un agricultor orgánico que se quejó de la contaminación genética. Monsanto dijo que después de trabajar durante 40 años en cultivos orgánicos, Schmeiser cambió de idea y decidió comenzar un cultivo de ingeniería genética robando los genes patentados de Monsanto. Monsanto ganó y Schmeiser debe pagarle. Con esta importante victoria en su haber, Monsanto ahora tiene pendientes demandas similares contra agricultores en Dakota del Norte, Dakota del Sur, Indiana y Louisiana [2]. Así que los agricultores víctimas de la contaminación genética pueden resultar demandados por violar los derechos de propiedad intelectual de una corporación y ser obligados a compensar al contaminador genético.

El propósito de patentar las semillas es evitar la antigua práctica indígena de guardar semillas de la cosecha de este año para sembrar el cultivo del siguiente año. Los agricultores que compran semillas de ingeniería genética firman contratos que exigen -bajo pena prevista por la ley- que no guarden semillas de una cosecha para la siguiente siembra. Así que los agricultores que utilizan semillas de ingeniería genética tienen que comprar semillas año tras año, haciéndolos dependientes de cualquiera que sea la corporación transnacional que tenga la patente. Los agricultores que no puedan comprar las semillas cada año sencillamente no tendrán permiso para sembrar. En las sociedades de libre mercado, tales agricultores desplazados son libres de mudarse a una ciudad donde tienen la libertad de estar desempleados.

Los cultivos de ingeniería genética de la actualidad no pueden garantizar que los agricultores no guarden las semillas. Las corporaciones que decidan evitarlo tienen que contratar agentes que viajen de granja a granja, reportando cualquier cultivo sin licencia. Este tipo de control es costoso.

Para evitar la necesidad del seguimiento, y para ganar 100 por ciento del control sobre los agricultores, las corporaciones han desarrollado una nueva tecnología -los genes "terminator". Los genes terminator impiden que un cultivo se reproduzca, a menos que se apliquen al cultivo ciertos químicos "protectores". Todo agricultor que use semillas terminator tiene que comprar químicos "protectores" cada año. A medida que la tecnología terminator se extienda por todo el mundo, acabará con la agricultura indígena y también con gran parte de la biodiversidad. Se calcula que unos 1,4 mil millones de indígenas actualmente tienen sus propios cultivos de subsistencia en todo el mundo [3]. En muchos casos, sus tierras están en la mira del "desarrollo" corporativo y la tecnología de los cultivos de ingeniería genética ofrece una manera legal de separar a los pueblos indígenas de sus tierras.

El Grupo ETC (www.etcgroup.org) de Winnipeg, Canadá, reveló la semana pasada que durante el año 2001, a dos de las compañías de ingeniería genética más grandes del mundo -DuPont y Syngenta (antiguamente Astrazeneca)- se les concedieron nuevas patentes de semillas "terminator", manipuladas para que fuesen estériles. En 1999, el Director de Investigación y Desarrollo de Syngenta (entonces Astrazeneca), afirmó que todos los trabajos sobre la tecnología terminator habían cesado en 1992, pero el Grupo ETC encontró que el Director, o bien estaba errado o estaba fingiendo: la última patente terminator de Syngenta fue solicitada el 22 de marzo de 1997 y fue concedida el 8 de mayo de 2001.

"La [tecnología] terminator es un peligro real y actual para la seguridad de los alimentos y para la biodiversidad a nivel universal - los gobiernos y la sociedad civil no pueden permitirse que 'semillas suicidas' se deslicen por debajo de su radar", dijo Hope Shand, Director de Investigaciones del Grupo ETC [4].

A pesar de las sombrías consecuencias sociales que probablemente sigan a la adopción generalizada de los cultivos modificados genéticamente, pocos científicos han puesto en duda la seguridad de la tecnología en sí. Por 15 años las principales corporaciones de ingeniería genética han insistido en que su tecnología se entiende a fondo, es confiable y segura, y los reguladores del gobierno han estado de acuerdo (o por lo menos se han quedado callados).

Ahora un nuevo reporte, publicado este mes, afirma que la teoría científica que respalda la industria de la ingeniería genética es peligrosamente anticuada y está errada [5]. El nuevo reporte, por el Dr. Barry Commoner de Queens College, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, dice: "Los cultivos de ingeniería genética actuales representan un enorme experimento sin control cuyo resultado es intrínsecamente impredecible. Los resultados podrían ser catastróficos", dice el reporte.

Actualmente, 68 por ciento de la siembra de soya en los E.U.A, 26 por ciento de nuestra siembra de maíz y más de 69 por ciento de nuestra siembra de algodón han sido manipuladas genéticamente. "Dada la magnitud de nuestra ignorancia, tarde o temprano todo sistema genético alterado artificialmente debe traer consigo consecuencias inesperadas y potencialmente desastrosas", dice el nuevo reporte.

Las garantías de seguridad de la industria de la ingeniería genética están basadas en la premisa científica de que un gen controla una característica. Si esto es cierto, entonces extraer un gen de una especie e insertarlo en una nueva especie le dará a la nueva especie una nueva característica, ni más ni menos.

Desafortunadamente, la teoría de que un gen único controla una característica única, como hubiera podido parecer hace 40 años atrás, hoy en día se sabe que es errada:

1) Los genes están compuestos de segmentos de ADN, una molécula larga enrollada dentro del  núcleo de cada célula.

2) La teoría, que tiene 40 años (formulada por Francis Crick, quien, junto con James Watson, descubrió el ADN en 1953), dice que el ADN controla exclusivamente la producción de ARN, que a su vez controla exclusivamente la creación de proteínas que dan lugar a características heredadas específicas. Debido a que el ADN es el mismo en todas las criaturas, esta teoría dice que un gen producirá una proteína particular (y una característica particular) sin importar en qué especie se encuentre -haciendo de esta manera posible para las corporaciones de ingeniería genética afirmar que insertar genes de una especie en otra no traerá sorpresas o efectos colaterales peligrosos.

3) De todas las cosas, fue el Proyecto Genoma Humano el que reveló más crudamente que la teoría de Crick estaba errada. Existen aproximadamente 100.000 proteínas diferentes en un ser humano y, si Crick estuviese en lo cierto, debería haber 100.000 genes que produzcan estas proteínas. Sin embargo, el Proyecto Genoma Humano anunció en febrero pasado que los seres humanos sólo tienen unos 30.000 genes. (Ver muchos artículos en SCIENCE Feb. 16, 2001.) Así que debe haber algo más que simples genes controlando la creación de proteínas y las características resultantes.

4) De hecho, los científicos han sabido por muchos años (desde 1981 en el caso de los genes humanos) que después de que el ADN crea el ARN, el ARN puede separarse en varias partes, dando lugar a varias proteínas diferentes y a varias características diferentes. Esto se llama "splicing alternativo" (del inglés 'splicing', que significa 'corte y empalme'). Para 1989 habían sido publicados más de 200 artículos científicos describiendo el 'splicing' alternativo.

5) Cuando las células se dividen y se reproducen, su molécula de ADN también se reproduce, pero a veces ocurren errores en la reproducción del ADN. Estos errores de reproducción son reparados por proteínas especiales, así que la herencia genética no es simplemente cosa de los genes -es una cuestión de interacción entre los genes y las proteínas reparadoras. ¿Funcionarán estas interacciones complejas siempre de manera confiable e idéntica aun cuando se coloque un gen en otra especie con un medio ambiente interno diferente?

6) Las proteínas funcionan de cierta manera debido a dos características: tienen una estructura química (molecular) específica y están plegadas físicamente en una forma particular. La teoría de Crick supone que un gen particular siempre da lugar a una sola proteína químicamente idéntica y que está plegada idénticamente. Sin embargo, ahora los científicos saben que las proteínas resultan plegadas de una manera particular por la presencia de proteínas "chaperonas" adicionales. Más interacciones entre las proteínas y los genes.

7) Además, durante la década de 1980, investigando las causas de la enfermedad mortal de las "vacas locas", los científicos hicieron el sorprendente descubrimiento de que algunas proteínas pueden reproducirse sin involucrar ningún ADN en absoluto -una imposibilidad según la teoría de Crick. Estas proteínas ahora se llaman "priones" y, como señala el Dr. Commoner, ellas revelan que en la genética molecular hay procesos muy alejados de la teoría de Crick que pueden dar lugar a enfermedades mortales.

Así que la teoría básica subyacente a la ingeniería genética de los cultivos está muy errada. Los genes individuales son importantes, pero ellos no dan lugar invariablemente a una característica única en un organismo. La acción de un gen está modificada por el 'splicing' alternativo, por proteínas que reparan errores en su reproducción y por las chaperonas que pliegan la proteína final en su forma activa. En la naturaleza, un sistema como ése funciona confiablemente dentro de una especie debido a que ha sido probado y refinado durante miles de años. Pero cuando un gen individual es extraído de su entorno familiar y trasplantado en una especie extraña, es probable que el nuevo sistema hospedador sea "trastocado de maneras indeterminadas, imprecisas e inherentemente impredecibles", concluye el reporte de Commoner. En la práctica, estos trastornos son revelados por el enorme número de fracasos que ocurren siempre que se intenta trasplantar un gen.

Lo más alarmante, señala el reporte, es que la Corporación Monsanto reconoció en el año 2000 que su soya modificada genéticamente contenía otros fragmentos adicionales de un gen transferido. A pesar de esto, la compañía anunció que "no esperaba que aparecieran proteínas nuevas" en la soya de ingeniería genética. Entonces durante el año 2001, investigadores belgas anunciaron que el propio ADN de la soya había resultado desordenado durante la inserción del nuevo gen. "El ADN anormal era suficientemente largo como para producir una nueva proteína, una proteína potencialmente dañina", concluye el Dr. Commoner.

Así que los cultivos de ingeniería genética amenazan no sólo los sistemas agrícolas y la supervivencia cultural de todos los pueblos indígenas, sino también la seguridad de los alimentos y la seguridad de todos pueblos en todas partes.

 

Autor:

Peter Montague

(National Writers Union, UAW Local 1981/AFL-CIO)

 

 

 NOTAS


[1] Carol Kaesuk Yoon, "Genetic Modification Taints Corn in Mexico", NEW YORK TIMES October 2, 2001, pág. desconocida. Disponible en www.nytimes.com mediante el pago de una cuota.

[2] David R. Moeller, GMO LIABILITY THREATS FOR FARMERS (St. Paul, Minn.: Farmers' Legal Action Group, Inc., November 2001). Disponible en formato PDF en www.iatp.org.

[3] Pat Roy Mooney, THE ETC CENTURY; EROSION, TECHNOLOGICAL TRANSFORMATION, AND CORPORATE CONCENTRATION IN THE 21ST CENTURY (Winnipeg, Canadá: The ETC Group, 2001); disponible en PDF: http://www.rafi.org/documents/other_etccentury.pdf. La dirección del Grupo ETC (antiguamente la Fundación Internacional para el Avance Rural [Rural Advancement Foundation International, RAFI]) es: 478 River Avenue, Suite 200, Winnipeg, MB R3L 0C8 Canadá; Teléfono: (204) 453- 5259, Fax: (204) 284-7871. Este reporte es de "LECTURA OBLIGATORIA" para todos los activistas.

[4] News Release: "Sterile Harvest:New Crop of Terminator Patents Threatens Food Sovereignty", January 31, 2002. Disponible en formato PDF en: http://www.etcgroup.org/documents/new_termpatent_jan2002.pdf

[5] Barry Commoner, "Unraveling the DNA Myth", HARPER'S MAGAZINE (February 2002), págs. 39-47.

 

 

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