Lesiones por Esfuerzo Repetitivo (LER)

La pandemia de la globalización

 

 

“Si alguien me preguntara qué son las LER, respondería: las LER son el fruto de la globalización. Y si me preguntaran qué es la globalización, respondería: es la nueva forma de esclavitud a la que está siendo sometida la clase trabajadora. Pero tal vez se reirán de mí, y dirán que la globalización es el más moderno y avanzado modelo económico mundial que sólo genera beneficio para las naciones. Hasta fue eso lo que me enseñaron (y casi me convencieron). Sin embargo, por más que lo intento no consigo ver ningún beneficio en este modelo económico que promueve la competencia deshumana en un mercado animal donde impera la ley del más fuerte.

 

Parecería que viviéramos en una selva en la cual cada día nos vemos obligados a presenciar cómo el más débil es despedazado por el más fuerte, y lo más grave es que asistimos a todo eso pasivamente, para preservarnos (mientras podamos).

 

Es en ese escenario, verdadero circo de los horrores, que aparecen las Lesiones por Esfuerzos Repetitivos, y ellas se agravan más y más a medida que se aumenta el trabajo mientras se disminuye la cantidad de obreros.

 

Es inútil fingir que no vemos lo que sucede, y actuar como si el problema no fuese de todos.

 

Antes que dejarnos llevar por el comodismo deberíamos comenzar a reflexionar sobre el mañana, porque, finalmente, ¿qué será de las próximas generaciones si no hacemos algo? Y no podemos olvidar que las próximas generaciones están compuestas por nuestros hijos y nietos”.

 

Antonia de Fátima de Moraes

 

Fátima, autora de este texto, tiene 46 años y es presidenta de la Asocición de Portadores de LER de Araras, una localidad próxima a São Pablo, Brasil, donde se encuentra emplazada una de las plantas de Nestlé de ese país. Fátima “sirvió” a la Nestlé durante diez años. Ingresó en 1987 y recibió numerosos reconocimientos y distinciones como obrera ejemplar. Pero en 1997 comenzó a sentir los efectos de los esfuerzos repetitivos a los que le obligaba su puesto de trabajo, y entonces, para la empresa, Fátima dejó de ser una trabajadora impecable y se transformó en una molestia indeseable, en un brote leproso que había que aislar.

 

El testimono completo de Fátima, y de otros/as afectados/as por LER después de haber trabajado en esa empresa, está recogido en un libro de próxima aparición, editado por la Re-UITA: “Masacre silenciosa. Enfermedad invisible en la Nestlé de Araras”, del cual se incluye aquí un breve pero significativo pasaje:

 

¿Cómo se producen las LER?

 

La doctora Maeno* define que los factores asociados a la aparición de LER están asociados a la organización del trabajo en las empresas que tienen como objetivos la alta productividad y la calidad del producto en detrimento de la preservación de la salud del trabajador. Esa organización del trabajo incluye una marcada inflexibilidad, la fuerte intensidad del ritmo de trabajo, la presión por la productividad, la ejecución de una gran cantidad de movimientos repetitivos a alta velocidad, la sobrecarga de determinados grupos musculares, la ausencia de control sobre los modos y el ritmo del trabajo y la ausencia de pausas. Asimismo –agrega Maeno– el uso de mobiliarios y equipamientos inadecuados contribuyen a la adopción de posturas inconvenientes. Finalmente, las características psicosociales de los trabajadores y trabajadoras son un elemento que debe ser considerado.

 

Como se ve, no hay una única causa de LER, sino que se trata de la concurrencia de una serie de factores que conjugados provocan la enfermedad.

 

¿Quiénes están expuestos a contraer LER?

 

Cualquier trabajador/a que reúna los factores mencionados con independencia de la zona socioeconómica del planeta en la que se encuentre. Al fin de la década de los 70 el Ministerio de Trabajo de Japón debió instituir un Comité Nacional de Cervicobraquialgia para crear normas sobre el tema, en Australia una epidemia de LER en los años 80 desató un duro debate acerca de la génesis y de los aspectos psicosociales de la enfermedad, en los países escandinavos las LER afectan a un importante contingente de trabajadores, y en Estados Unidos, entre 1981 y 1994 el número de casos aumentó 14 veces implicando a más de 300 mil portadores de LER”.

 

Son muchos los que padecen hoy este daño invisible, y cada día son más los que toman conciencia de que, finalmente, la enfermedad no son las LER, sino como bien lo dice Fátima, la enfermedad es la globalización capitalista.

 

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

22 de julio de 2004

 

 

 

*  Especialista en medicina del trabajo; coordinadora del Centro de Referencia en Salud del Trabajador  (CEREST) de San Pablo, Brasil, en “Un mundo sin LER es posible”, editado por la Rel-UITA en 2003.

 

 

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