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-¿Cúal fue el resultado de la campaña en 
2007? 
-Cerramos el segundo año consecutivo de campaña, y en los 
últimos meses comenzaron a ser 
cosechados los frutos del esfuerzo. La 
campaña consiguió despertar el interés 
en las 
autoridades brasileñas quienes 
percibieron el caos sanitario que está 
creando el sector avícola en el país. 
Logramos también que los empresarios, 
presionados por nuestra campaña, se 
reunieran y reconocieran -en parte- los 
daños que están causando a los 
trabajadores y trabajadoras, y 
manifestaran una mayor disposición para 
el diálogo en busca de una mejoría para 
este problema. 
No obstante, quiero enfatizar que de nada sirve optimizar, desarrollar el 
sistema de salud de la empresa, tener 
mayores y mejores servicios médicos si 
no se cambia el sistema productivo.
 
  
Nuestro objetivo no es solamente que se atienda mejor a los 
que ya están enfermos, sino sobre todo 
evitar que los trabajadores y 
trabajadoras lleguen a tener daños en su 
salud. 
No se 
trata de que las empresas hagan buena 
letra al final de todo el proceso que 
provoca la enfermedad, sino de 
erradicarla definitivamente del sistema 
de producción.  
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Nuestro objetivo no es 
solamente que se atienda 
mejor a los que ya están 
enfermos, sino sobre todo 
evitar que los trabajadores 
y trabajadoras lleguen a 
tener daños en su salud  | 
 
 
 
  
Hace poco alguien me preguntó cuál era la empresa que tenía 
mejor actitud en relación con las 
Lesiones por Esfuerzos Repetitivos (LER), 
ya que hay compañías que proporcionan 
una buena atención de salud y otras que 
no lo hacen. Mi respuesta fue que hay 
empresas bandidas que matan con bala de 
oro, y hay otras que matan con bala de 
plomo, pero las dos matan. 
En esta 
enfermedad, recibir una atención médica 
correcta después de que se contrajo la 
dolencia no es una solución. Al muerto 
qué le importa la calidad de la bala que 
lo mató.  
  
Otro paso importante que hemos dado es la creación de 
Comisiones Paritarias integradas por 
técnicos designados por el sindicato y 
otros que representan a la empresa. 
Estas Comisiones se reúnen para discutir 
lo qué ocurre dentro de los centros de 
trabajo. Por ejemplo, sabemos que en una 
planta se piensa instalar una máquina 
que sustituye a varios trabajadores y 
que es capaz de producir a gran 
velocidad, pero lo que hay que saber es 
qué ocurrirá al final de la línea, 
porque lo más probable es que quien se 
encuentre en ese lugar tendrá que 
incrementar su ritmo de trabajo. Esto ya 
está ocurriendo en el sector avícola.
La 
introducción de esta máquina, entonces, 
redujo el empleo y empeoró las 
condiciones de trabajo. Por eso queremos 
participar en el análisis de las 
consecuencias en toda la línea de 
producción antes de que se instalen las 
máquinas.   
  
-¿Cuál será el eje de trabajo para este 
año? 
-A partir de marzo próximo defenderemos en el Senado y en la 
Cámara Federal el proyecto de ley que 
hemos elaborado junto a un grupo de 
técnicos, ingenieros, médicos, 
psicólogos entre otros, con quienes 
analizamos las consecuencias generadas 
por las condiciones de trabajo en las 
avícolas. 
Nuestros 
objetivos son mejorar el sistema 
productivo, una reducción de la jornada 
de trabajo que debería pasar de ocho a 
seis horas diarias para que el individuo 
esté menos expuesto a un trabajo 
considerado insalubre, y un incremento 
de las pausas para aliviar una jornada 
que el trabajo intenso hace demasiado 
larga. 
Estos son los puntos más importantes del 
proyecto que intentaremos hacer aprobar 
en el Congreso.  
  
-¿Ese cambio en el sistema productivo 
será consecuencia de la nueva ley? 
-La ley por sí misma no cambiará nada sino que creará 
condiciones para que nosotros actuemos 
como trabajadores organizados. Toda la 
regulación implementada por la ley, será 
respetada si el sindicato reclama y 
vigila su aplicación. Hay leyes muy 
buenas para los trabajadores que nunca 
se ponen en práctica. Será nuestra 
actuación, nuestra acción con el apoyo 
internacional lo que garantizará los 
cambios.  
Por ejemplo, con el apoyo de la UITA estamos 
programando un encuentro de numerosos 
sindicatos avícolas del mundo, de donde 
creo surgirán importantes elementos para 
tener en cuenta en la discusión con las 
empresas brasileñas. Quiere decir que la 
ley ayuda, pero no es la solución. Ella 
surgirá de la actuación del sindicato. 
  
Por otra parte, quiero señalar que en todos estos planos ha 
sido decisivo el apoyo de la UITA, 
y del proyecto con la Lo-Tco (Suecia), 
cuya presencia y participación aportan 
una gran credibilidad al debate. En este 
aspecto tenemos una ventaja sobre los 
empresarios, ya que ellos no tienen una 
organización internacional como sí 
tenemos los trabajadores. Ellos saben 
competir, pero no saben colaborar. No 
tendríamos posibilidades de realizar 
este debate de la forma en que lo 
llevamos adelante, con la envergadura 
que tiene, sin el apoyo de la UITA. 
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