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ESPECIAL    1º de Mayo                                        

Colombia

 

 

      ¡Primero de Mayo:

      por toda la verdad,

      todas las garantías

      y toda la democracia!

 

 

 

 

Hoy, Primero de Mayo, los trabajadores y los pueblos del mundo celebran su Día Internacional. Conmemoramos los 121 años del sacrificio de los héroes de Chicago, la efemérides que año tras año se encarga de recordar a la humanidad que detrás de cada derecho laboral, de cada avance social, de cada conquista popular, de cada reafirmación de la soberanía nacional, hay una estela de lucha, de sudor y de sacrificio que la sustenta y la hace posible.

 

Millones y millones de personas en el mundo realizarán gigantescas manifestaciones y concentraciones en la mayoría de las ciudades del planeta, que  condenarán la globalización neoliberal, la agresión del imperialismo norteamericano a las naciones y pueblos pobres del orbe, y las recetas económicas del capitalismo salvaje que, lejos de resolver las angustias de la población, han incrementado a niveles insospechados los índices de pobreza, miseria y desempleo.

 

En nuestro caso particular, en Colombia celebramos el Primero de Mayo en medio de una profunda crisis política, sin precedentes en la historia reciente, cuya esencia son los estrechos y permanentes lazos entre altos funcionarios del gobierno, parlamentarios y otros dirigentes del uribismo, transnacionales norteamericanas, agencias estatales de diferente nivel, incluyendo secciones y oficiales de las fuerzas armadas, con el paramilitarismo.

 

No se trata en esta fecha sólo de reiterar las graves consecuencias para la vida del pueblo y la producción nacional de la aplicación a rajatabla, por casi veinte años, del modelo neoliberal impuesto por los organismos internacionales de crédito para beneficio del capital extranjero. Ni de alertar a la Nación sobre el arrasamiento de la riqueza nacional, el empleo y el nivel de vida de la población que sobrevendría de la aprobación y puesta en marcha del TLC. Ni de denunciar el atraco a las regiones, a la educación y a la salud que se realizará con la aprobación del proyecto oficial de dar un nuevo zarpazo a las transferencias establecidas en la Constitución que, de los ingresos de la Nación, deben ir a los gobiernos departamentales y municipales.

 

Se trata, principalmente, que pese a las maniobras oficiales para engañar a la opinión pública, ésta comprenda que en Colombia está planteado un pulso entre el presidente Álvaro Uribe, dispuesto a impedir mediante la intimidación, la calumnia y la fuerza del Estado que se destape el verdadero fondo de la crisis actual, y las fuerzas democráticas, con los trabajadores a la cabeza, resueltas a que aflore toda la verdad. Del desenlace de esta confrontación, librada alrededor de los nexos del actual gobierno con el paramilitarismo, depende que se mejoren o se deterioren las condiciones para seguir librando la batalla contra las medidas, reformas y leyes neoliberales y por las transformaciones avanzadas y progresivas que necesita el país.

 

Las políticas centrales de la administración uribista han fracasado estrepitosamente.  En lo económico, la revaluación merma substancialmente los ingresos de las exportaciones y estimula el incremento de las importaciones y del déficit de cuenta corriente. El desempleo, la miseria y la pobreza presentan porcentajes vergonzosos dentro del contexto latinoamericano. Las privatizaciones prosiguen entregando valiosas empresas del Estado al capital privado a precios de feria; y el costo de la vida, disparado en lo corrido del año, se ha tragado ya gran parte de los irrisorios aumentos salariales de diciembre. En cuanto a la seguridad democrática, ni ha traído la paz y la seguridad a los colombianos, ni ha satisfecho las metas del Plan Colombia.  Día a día crece el clamor y la exigencia de la sociedad entera del intercambio humanitario y la solución política al conflicto armado.

 

El entorno internacional, que influye en la situación nacional más de lo que usualmente se admite, es favorable a las fuerzas democráticas. La política imperial del presidente Bush, está afectada severamente por el fracaso de su agresión militar en el Medio Oriente, millones de iraquíes claman por su autodeterminación nacional y el cese de la violencia que han desencadenado las tropas gringas de ocupación. La derrota electoral a manos del Partido Demócrata le ha traído una reducción sustancial de su capacidad de maniobra en el Congreso que se comprueba con la dilación en la aprobación del TLC con Colombia y el congelamiento de una parte importante de la ayuda militar. El mapa latinoamericano atestigua la presencia mayoritaria de gobiernos que en mayor o menor grado se resisten a la coyunda norteamericana, defienden la soberanía de sus naciones, repudian el credo neoliberal y en su agenda incluyen mejores condiciones de vida y trabajo para sus compatriotas. 

 

La crisis política en curso intensificará la contienda por el predominio electoral en octubre, en las elecciones que renovarán gobernadores, alcaldes, asambleas y concejos. Es evidente que la consolidación del proyecto uribista requiere que sus fuerzas, las legales y las arropadas por la Ley de Justicia y Paz, ganen esas elecciones. Y, si bien es cierto que esas fuerzas están debilitadas, aún conservan el poder que concede el control de la mayoría de las entidades estatales, sus inmensas riquezas y la capacidad intimidatoria que en su pasado reciente ejercieron sobre la población en amplias zonas de la geografía nacional. Por ello, las fuerzas de la oposición, a quienes cabe el mérito de haber desentrañado la esencia de la crisis, no deben adoptar la táctica de fragmentar sus fuerzas sino la contraria, la de unir todas las corrientes y personalidades que se oponen a la fascistización de la vida nacional.

 

¡Que la movilización social que se intensifica mes a mes contribuya sustancialmente a descubrir toda la verdad! ¡Qué Colombia entera participe en el Paro Nacional del 23 de mayo! ¡Que el desarrollo de los acontecimientos, para bien de la Nación y del pueblo, fluya en el sentido que reclama la democracia y el progreso! ¡Que la oposición se una, se inspire en los vientos del sur y conquiste en octubre posiciones cruciales para la transformación nacional!    

 

Gran Coalición Democrática, GCD

Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT

Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC

Confederación de Pensionados de Colombia, CPC

 

 

© Re-UITA

 4 de maio de 2007

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