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37 Reunión del Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA

Discurso de clausura

de Guillermo Rivera

  

Fue una oratoria desde la evocación, la rebeldía y la emoción. Una nota alta en el cierre de la reunión del Comité, donde el presidente de SINTRAINAGRO se destacó por lo que dijo y por cómo lo dijo. Recordó la región de Urabá cuando era la esquina más peligrosa del mundo, donde cientos de trabajadores bananeros fueron masacrados en la balacera cruzada entre los grupos armados ilegales. Expuso la magnitud y alcances de la Campaña Internacional de la UITA en 1996, en aquellos tiempos en los cuales la pólvora era el incienso cotidiano y la población civil el principal objetivo militar. Por último, llamó la atención sobre los nuevos desafíos que presenta ahora la defensa de Urabá, que deberá ser conducida en cooperación con todos los actores de la sociedad civil. Éstas fueron las palabras del compañero Rivera.

 

 

“Agradezco la presencia de todos ustedes, compañeros y compañeras, que han caminado mucho y han pasado varias fronteras para llegar hasta Colombia. Lo tomo como un verdadero gesto solidario, muy valioso para nosotros en un momento complicado para el país. Ustedes ya pudieron escuchar varios puntos de vista sobre la coyuntura colombiana, en la cual nosotros tendremos que continuar luchando con todas nuestras fuerzas en la defensa del sindicalismo.

 

SINTRAINAGRO nunca ha renunciado a enfrentar los grandes problemas que hemos tenido en momentos extremadamente arduos, en los cuales nos jugamos la vida…  y muchos cayeron.

 

No olvidamos lo que fue aquello, así como nunca olvidaremos a la familia de la UITA y su amplia solidaridad. Cuando no creíamos ser capaces de enfrentar la arremetida combinada de los empresarios, del gobierno, de los grupos paramilitares, de la guerrilla de las FARC, encontramos el respaldo de la UITA, incluso aunque en esos momentos no éramos afiliados. Esa solidaridad nos hizo sentir fuertes, sentimos que no estábamos solos, que había mucha gente que sabía muy bien lo que estábamos padeciendo.

Cuando no creíamos ser capaces de enfrentar la arremetida combinada de los empresarios, del gobierno, de los grupos paramilitares, de la guerrilla de las FARC, encontramos el respaldo de la UITA

 

Hoy me siento orgulloso de ser dirigente de la UITA, de integrar su Comité Ejecutivo Latinoamericano, pero más orgulloso estoy de tener el apoyo y la solidaridad de ustedes y de organizaciones como las que ustedes representan en diferentes países de América Latina y del mundo.

 

Han escuchado aquí a compañeros de la Central Unitaria de Trabajadores quienes plantearon, por ejemplo, el tema de los obreros petroleros: 35 mil operarios tienen trabajo precario. Hay sólo 6 mil trabajadores con contrato indefinido en el sector petrolero, y apenas 2.700 tienen derecho a la Convención Colectiva. En la última negociación que hizo COPETROL acordó una Convención a cinco años sin incrementos salariales. ¿Qué significa esto? Que acabaron con una organización histórica en Colombia.

 

Quiero agradecerle al compañero Gerardo Iglesias, que ha sido un hombre incansable, agradecerle por su entrega y compromiso. Lo conocimos en los momentos más difíciles en la región de Urabá, y no se me olvida: un día nos reunimos en Bogotá y él me contó sobre su primer viaje a nuestra región. Quien habla volvía de Ginebra (Suiza), de firmar un Convenio de Cooperación con la UITA y con Luis Anderson, en aquel entonces secretario general de la ORIT.

 

Y la pregunta que nos hicimos fue: ‘¿Qué hacemos?’ ¡Un colegio en el Barrio Obrero!, decidimos. En ese lugar donde vivían unos 25 mil trabajadores desplazados de las fincas bananeras donde antes tenían sus casas, el 23 de enero de 1994 las FARC masacraron a 35 personas.

 

Y de nuevo, gracias a la solidaridad internacional de la UITA, de la Unión General de Trabajadores (UGT), de España, construimos el Colegio que hoy alberga a más de 3.500 niños donde se imparte educación primaria y secundaria.

 

Ese colegio es el mejor de la región de Urabá, y ahí está, en el Barrio Obrero, y ahí está también la UITA.

 

Esos niños y esa gente nunca olvidarán a la UITA y a SINTRAINAGRO.

Gracias a la solidaridad internacional de la UITA, de la Unión General de Trabajadores (UGT), de España, construimos el Colegio que hoy alberga a más de 3.500 niños donde se imparte educación primaria y secundaria

 

¡Qué bueno poder recordarlo hoy, en condiciones tan diferentes! Y quiero decirles que me siento más orgulloso todavía de ver el gesto que ustedes hacen de llegar a Colombia, porque sería mucho más fácil ir a otro país. Créanme que esta reunión la compartiremos con los trabajadores para seguir dando aliento y la fuerza necesaria para continuar adelante.

 

Hoy tenemos una esperanza, tenemos a un hombre en la Vicepresidencia de la República, como es Angelino Garzón. Cuando fue Ministro de Trabajo no se olvidó de SINTRAINAGRO, y estuvo atento para ayudarnos y echarnos una mano en cada negociación de nuestra Convención. Ahora, como Vicepresidente de la República, nos sigue apoyando. Hace unos días los empresarios bananeros le pidieron a Garzón que los ayudara a atrasar dos años la negociación del Convenio, que tiene fecha de abrir negociaciones para el próximo año. Como el Estado no subsidia a los empresarios, ellos piensan que nosotros tenemos que subsidiarlos atrasando en dos años la negociación y quedándonos ese tiempo con el mismo salario.

 

En una reunión conjunta entre SINTRAINAGRO y los empresarios, Angelino Garzón expresó que el problema de Urabá no es el salario de los trabajadores. ‘En Urabá tenemos que hablar de cosas más importantes que no se resuelven quitándole una libra de arroz a un obrero’, les dijo.

 

Y también afirmó: ‘En Urabá hay que hacer cosas, y yo les propongo una agenda de trabajo para que empecemos a hablar de los problemas sociales, de la seguridad, de la vivienda, la educación, salud, transporte'… Angelino Garzón les propuso instalar este mes una Mesa de Trabajo que él mismo va a liderar, junto a empresarios y a SINTRAINAGRO. Y ayer, cuando nos visitó en esta reunión, manifestó que ahí también quiere a la UITA, porque todo el mundo en Urabá sabe muy bien el papel que ella jugó en la pacificación de la región.

 

Queridos compañeros: para terminar, les agradezco su presencia, su respaldo, y sepan que el apoyo solidario de ustedes tiene mucho valor y no hay con que pagarlo. Muchas gracias”.

                                                    

 

 

En Bogotá, Giorgio Trucchi

Rel-UITA

15 de noviembre de 2010

 

 

 

 

 Fotos: Rel-UITA

 

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