Los Sindicatos N^o1, N^o2 y de Vendedores de SOPROLE, se encuentran movilizados por diversos temas sobre los que acaban de difundir una denuncia pública que implica a varias empresas propiedad de la transnacional láctea FONTERRA. Sirel dialogó con Aldo Lezana, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de Empresas Lácteas de Chile (FENATRAL), quien aportó más datos al respecto.
 

-¿Cómo se llega a esta situación conflictiva?

-Esto es una consecuencia de la falta de comunicación de la empresa con los Sindicatos. Ella está tomando medidas unilateralmente y varias están fuera del marco legal.

-¿Puedes poner algún ejemplo?

-En primer lugar podemos citar que desde hace muchos años tenemos un derecho adquirido por el cual los tres primeros días de licencia médica los pagaba la compañía, y ahora decidieron poner un tope de dos eventos de enfermedad anuales.

Nosotros rechazamos esta imposición y seguramente llegaremos a los tribunales para defender este derecho. El Sindicato N^o 2 ya ha sentado jurisprudencia al respecto en una acción anterior, y hemos enviado ahora copia de ese dictamen el Ministerio del Trabajo.

-¿Qué otra preocupación tiene?

-La accidentabilidad nos está preocupando mucho, por ejemplo, creemos que los incentivos están mal otorgados. Los equipos de autogestión que están en producción tienen incluidos dentro de sus bonos de productividad los eventos de accidentes laborales.

-¿Qué significa eso?

-La productividad del trabajo de una máquina es medida cada tres meses, y si en ese periodo hubo un accidente eso bajará el promedio del bono que debería percibir el trabajador. Nos parece que no se debe vincular un estímulo económico con la seguridad y la salud laborales. 

Asimismo, hay accidentes que se esconden, que no son derivados al sistema mutual de salud donde quedarían obligatoriamente registrados, sino que son derivados al ISAPRE* que cuando percibe que se trata de un accidente laboral no atiende al trabajador y lo deriva hacia el sistema mutual. El accidentado pasa de un lado a otro con perjuicio para su salud y con costos para el Sindicato.

Hemos advertido reiteradamente, además, que ya no alcanza solamente con ser previsores ante los accidentes, sino que tenemos que asumir los casos de enfermedades profesionales. Existen trabajadores que se han dañado seriamente con hernias, tendinitis (lesiones por esfuerzos repetitivos), problemas de columna y largas licencias médicas a raíz de esfuerzos desmedidos y reiterados por malas condiciones laborales.

Nuestro reclamo es que se debe contratar a un técnico en ergonomía que analice las tareas que se realizan y detecte aquellas que pueden derivar a corto, mediano y largo plazo en una enfermedad profesional, y si eso ocurre, que se asegure que el trabajador reciba una asistencia adecuada y no como ahora que nadie se hace cargo.

Se tiene que entender que ya no solo se debe poner el foco en la producción, sino que también hay que ponerlo en las condiciones de salud y seguridad de los trabajadores.

-¿Qué otro problema están enfrentando?

-Estamos asistiendo a situaciones de persecución sindical. Tenemos el caso de un compañero del sur del país que fue amonestado por hacer uso del permiso sindical. En la capital, Santiago, también tenemos un dirigente a quien no se le está pagando el salario por la misma razón. 

A pesar de que estamos en una empresa que lidera el mercado lácteo chileno, nos preocupa mucho que se esté creando un mal clima laboral innecesariamente, ya que sólo es cuestión de sentarse a dialogar, reconocer que las políticas que se han implementado en estos temas son erróneas, y ponernos a trabajar en conjunto para acordar una “carta de navegación” en común que nos permita ir resolviendo las adecuaciones necesarias a mediano y largo plazo.

Pero la compañía está aplicando la política del avestruz, que es esconder la cabeza con la esperanza de que pase la crisis. Y mientras tanto ejerce su autoridad de manera unilateral. Le hemos enviado una nota al presidente del Directorio de la empresa advirtiéndole que estas políticas, en vez de sumar comenzarán a restarle, porque los trabajadores se están cansando de ser ellos quienes llevan en su espalda el peso del éxito empresarial a costa de su propia salud.

-¿Este clima es el habitual en la relación con Fonterra o es una situación reciente?

-Es probable que ellos hayan quedado molestos después de las negociaciones en las plantas del sur del país, especialmente por la huelga realizada en la fábrica de Osorno a mediados de este año. Como represalia directa a uno de nuestros compañeros de la Directiva, a su regreso a Santiago luego de finalizada la huelga que él estuvo apoyando, le fue retenido el sueldo lo que motivó una denuncia por nuestra parte ante la Inspección de Trabajo. Esta situación aún no está completamente aclarada y es una clara expresión de un revanchismo que nos molesta.

Nosotros siempre estamos dispuestos a conversar porque pensamos que la comunicación el diálogo y la negociación son los caminos positivos para ambas partes.

-¿Qué pasos darán a continuación?

-Esta semana es muy probable que estemos iniciando una acción judicial por el tema de los tres días de licencia por enfermedad; también estamos pidiendo una reunión con los servicios mutuales de salud para que ellos pongan un técnico en ergonomía que compruebe que algunas de las tareas que se realizan son potencialmente generadoras de enfermedades y accidentes laborales.

Somos conscientes de que si la compañía tiene una posición de liderazgo en el mercado es también gracias al profesionalismo y calidad técnica de los trabajadores, por lo que nos parece injusto el trato que se les está dando así como a su organización que son los Sindicatos.