Es presidente del Sindicato de la Alimentación de Alemania NGG  participó en la reciente reunión del Comité Administrativo de la UITA. En diálogo con Sirel, Franz-Josef Möllenberg, detalló cuáles fueron en su opinión los aspectos más salientes del encuentro.

-¿Cuáles serán las principales repercusiones de la crisis financiera en los sindicatos de Alemania?

-Esperamos que sea una oportunidad para los sindicatos. Durante los últimos años el sistema neoliberal que nos rigió habló constantemente de desregulación, de flexibilización, de desburo-cratización. Quienes representaban esas ideas -políticos, banqueros, industriales- son los que provocaron esta crisis. Como sindicatos nosotros siempre insistimos en que necesitamos reglas y que no todo puede quedar librado a las fuerzas del mercado. Más allá de la gravedad de esta crisis, ella es una prueba de que nuestra posición era la correcta, de que teníamos razón. Por eso decimos que esperamos que sea una oportunidad.

-¿Cómo se podría concretar esa oportunidad?

-Siempre dijimos que en nuestra sociedad el sujeto, el centro, debe estar en el ser humano. No vivimos para trabajar sino que trabajamos para vivir, y por eso espero que se inicie un proceso en el cual se repiense sobre esto, no sólo en Alemania o en Europa, sino en el mundo entero, para que se entienda que no se puede sacrificar todo en el altar de lo financiero. Este proceso sólo se puede hacer si los sindicatos son fuertes y si además contamos con sólidos asociados: las ONG, las iglesias y otros. Tenemos que mostrarle a la sociedad que nuestra propuesta no es más que justicia distributiva. En los últimos años experimentamos una polarización en la cual los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Esto ocurrió en todo el planeta. Padecimos un sistema de voracidad insaciable, nunca era suficiente. Esto merece una nueva discusión sobre los valores humanos y sociales en la cual la gente comprenda que debe hacer algo para que esta polarización no continúe y se revierta. Esta es la oportunidad que tenemos.

12 - 13 | diciembre | 2008 Mar del Plata | Argentina

-¿Cuál es su evaluación de esta reunión del Comité Administrativo de la UITA?

-Estoy muy agradecido por la hospitalidad que la UTHGRA, organización hermana de Argentina, nos ha prodigado. Quiero destacar la cordialidad de los sindicatos latinoamericanos en general. Creo que fue muy bueno que el Comité Administrativo no haya sesionado en Ginebra y que los sindicatos hermanos de todos los continentes pudieran venir acá para intercambiar sobre los desafíos que debemos enfrentar. Hubo tres partes en esta reunión: una referida a los contenidos, como la explosión de los precios de las materias primas en relación con los alimentos en particular, siendo que más de 900 millones de personas en el mundo sufren de hambre y esto se relacionó con la crisis financiera mundial y qué podemos hacer para contrarrestarla.

Otro punto importante fue qué tenemos como prioridades de acción en cada una de nuestras regionales, cómo nos paramos ante las transnacionales. Hemos hecho ahora algunos acuerdos que pueden marcar el futuro. El tercer eje temático fue el administrativo, ya que debemos atenernos a ciertas formalidades de la gestión y el movimiento sindical necesita recursos para cumplir con sus tareas. A veces tengo la impresión de que cuando se habla de dinero termina la amistad (se ríe), pero también es algo que podemos resolver juntos.

-¿Qué comentarios puede hacer sobre el informe de la Regional Latinoamericana?

-Me impresionó mucho, porque tanto para la industria de la alimentación como en el área hotelera y de restoranes, y en lo referido a los trabajadores rurales se ha señalado con claridad donde están centrados los problemas de cada sector. Si ponemos en la balanza -como lo hizo Gerardo Iglesias en su presentación- cuáles son los tipos de plantaciones que generan empleo y cuáles las que los destruyen, entonces es más fácil decidir qué queremos ponderar.

También ha sido claro que, más allá de la fase de análisis, tenemos que llegar a una acción conjunta, solidaria. Es muy remarcable con qué optimismo y entusiasmo se avanza acá en algunas cosas muy importantes. El trabajo de la Regional Latinoamericana lo evaluaba muy diferente hace diez años. Los compañeros y compañeras latinoamericanos, en el Comité Ejecutivo y en el Congreso de la UITA han contribuido con impulsos muy importantes a la organización general, y por eso estoy sumamente impresionado.