| 
  
  
Flexibilización, 
subcontratación, desregularización y precarización son conceptos que han venido 
imponiéndose en los análisis del mercado laboral mundial, generando la 
preocupación de las organizaciones sindicales ante una nueva ofensiva del 
capital globalizado versus la fuerza de trabajo. Analizar a fondo de qué se 
trata y adoptar las medidas necesarias para contrarrestar esta ofensiva, son los 
desafíos más urgentes para el movimiento sindical latinoamericano y mundial. 
  
Sobre estos temas, que fueron 
ampliamente discutidos durante la 3ra. Reunión del Comité Ejecutivo de la 
Federación Latinoamericana de Trabajadores de Coca Cola (FELATRAC), 
que se realizó en Honduras, Sirel conversó con Gerardo Castillo, 
consultor de la UITA y especialista en temas laborales. 
  
-¿Cuál es la situación que 
estamos viviendo en América Latina con respecto a la flexibilidad laboral? 
-Es el elemento que más está 
golpeando, erosionando y debilitando al movimiento sindical. Es su talón de 
Aquiles, y hay que comenzar a analizarlo y discutirlo a fondo. 
  
Además, no se trata solamente 
de la flexibilidad laboral, sino de un modelo económico que se expresa en el 
mercado del trabajo, flexibilizando, subcontratando, desregulando y 
precarizando. 
  
Por múltiples razones, los 
trabajadores están frecuentemente volcados a su lucha cotidiana y no tienen la 
oportunidad de analizar cómo sus problemas corresponden a lógicas más amplias, 
que van más allá de una empresa o de un país. 
  
Son lógicas y conceptos de un 
modelo que el trabajador debe aprender a analizar y manejar, para ir 
esclareciendo sus mecanismos de control, elaborar una defensa y lanzar una 
ofensiva. 
  
-Son conceptos que muchas 
veces se entrelazan, se confunden o se usan como sinónimos… 
-Es importante manejar los 
conceptos y la plasticidad que los caracteriza, así como ver las diferencias o 
las similitudes. Aclarándonos,  podemos tener suficiente orientación para 
elaborar una estrategia que necesariamente debe estar operando a nivel nacional 
e internacional. 
  
Una estrategia que debe prever 
cambios sustanciales en el movimiento sindical. No podemos seguir con tanta 
división, fragmentación o con un sindicalismo personalizado. 
  
Las grandes empresas 
transnacionales siguen globalizándose, subdividiéndose y ramificándose con 
figuras jurídicas distintas, pero con la misma estricta lógica de producción. 
Una lógica que obedece al mismo producto. Manteniendo la unidad brinda más 
autonomía a sus secciones. 
  
En este sentido, la afiliación 
supranacional es fundamental para el movimiento sindical, sin olvidar las 
diferencias que existen en cada región y país. 
  
-¿Cómo está reaccionando el 
movimiento sindical ante esta ofensiva del gran capital? 
-Se está dando un cambio, pero 
no con la misma velocidad de los acontecimientos económicos y tecnológicos del 
mundo moderno.  
  
Con la globalización económica, 
el sustento de la nueva tecnología, la total abertura de fronteras y la 
descentralización productiva, los ejecutivos de las transnacionales ya no 
necesitan estar presentes en todos los países para manejar sus negocios. 
 
  
El movimiento sindical va muy 
lento. Necesitamos de un nuevo sindicalismo, de dirigentes con conceptos nuevos. 
En el futuro, el trabajador con contrato formal va a ser minoría, y si no 
salimos de los clichés será difícil que podamos ajustarnos a los grandes cambios 
que se están dando. 
  
-Un cambio radical de 
mentalidad y acción, entonces… 
-Así es. Las empresas son muy 
flexibles, mientras que los sindicatos siguen siendo muy rígidos, centralizados 
y muy personalizados.  
  
Hay que modificar la cultura 
sindical y el ejercicio de la democracia interna. No es posible, por ejemplo, 
que hablemos de democracia afuera y no la tengamos adentro. 
  
El mundo moderno ya es otro. 
Hay empresas distintas, con profesionales que manejan el tema y lo hacen con un 
pensamiento argumentado, razonado y sólido. Nosotros tenemos que entenderlo para 
ver cómo desarmamos esta ofensiva. 
  
-¿Cómo hacerlo? 
-Tenemos que reagrupar fuerzas, 
incluyendo a esa gran cantidad de trabajadoras y trabajadores subcontratados y 
precarizados, que están quedándose fuera de los esquemas de organización que 
tenemos actualmente.  
  
Hay que revisar nuestras 
estructuras, descentralizar, volver a la afiliación masiva, hacer un cambio de 
cultura en la visión de participación internacional, y apuntar a un movimiento 
sindical económicamente autosuficiente. 
  
En este sentido, abordar estos 
temas en el marco del Ejecutivo de la FELATRAC, ha sido un gran acierto 
de la Rel-UITA. 
  
  
 |