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Secretario General de la Confederación 
Sindical de Trabajadoras y Trabajadores 
de El Salvador (CSTS), Julio Flores, 
analiza la gestión del gobierno de 
Mauricio Funes, del Ministerio de 
Trabajo y recala en la situación del 
movimiento obrero salvadoreño: 
 
en sus luces y en sus oscuras sombras. 
 
   
Julio Flores 
fue reelegido secretario general de la
CSTS en el último congreso 
confederal realizado el 16 de octubre 
del actual. Su organización de base, el
Sindicato de Obreros de la Industria de 
la Construcción, Similares y Conexos de 
El Salvador (SOICSCES), 
donde también es el secretario general, se afilió 
en 1989 a la Internacional de la 
Construcción y la Madera (ICM), cuando
Pablo “Pablito” Arocemena era su representante regional en aquellos años de plomo y guerra. 
  
Luego de abordar la coyuntura política, Julio,
como con un viejo pescador, 
va separando las corvinas de las 
anguilas enganchadas en el espinel 
sindical salvadoreño. Historias que 
algunos creen que la mayoría ha 
olvidado, pero están ahí, siguen ahí, a 
la vuelta de la esquina. 
  
-¿Cómo evalúas la gestión del gobierno 
de Mauricio Funes? 
-Nosotros desde el principio tuvimos claro que 
esto iba a ser un proceso largo, que las 
transformaciones no iban a llegar de la 
noche a la mañana, pero hasta ahora, y 
sobre todo para los trabajadores, no 
hemos visto cambios sustanciales. Las 
expectativas que teníamos con este 
cambio de gobierno no se han visto 
colmadas.  
  
-Sin embargo, es otra situación en el 
ministerio de Trabajo. ¿No es cierto que 
se han creado 105 sindicatos en 16 
meses? 
-Sí a nivel de libertades sindicales y derechos 
de los trabajadores se ha avanzado 
bastante. Eso es inobjetable. Al frente 
del Ministerio se puso a la 
Dra. Victoria Marina de Avilés,
que es muy 
capaz, gente que entendió que su tarea 
era la defensa y protección de los 
trabajadores, dedicándose a orientar y 
facilitar la organización sindical.
 
  
El desafío ahora es que esos sindicatos puedan 
llevar adelante negociaciones 
colectivas, este es la mayor restricción 
que están teniendo las nuevas 
organizaciones, con lo cual se continúa 
violentando el Convenio 98 de la OIT.
 
  
Pero el crecimiento en el número de 
organizaciones es importante, en un país 
como El Salvador donde solo un 3 
por ciento de la población 
económicamente activa está 
sindicalizada. 
  
-¿Las razones? 
-¡Múltiples! Pero podemos aseverar que todas las 
administraciones de ARENA  ̶ 20 años 
en total ̶   han beneficiado 
abiertamente a los empresarios y en ese 
escenario fue extremadamente difícil 
organizar sindicalmente.  
  
Esto ha sido muy perjudicial, incluso para las 
pocas organizaciones ya constituidas, 
que no pudieron ir a más: a sindicatos 
por ramas de actividades como proponemos 
desde nuestra Confederación. 
  
-Pocos sindicatos y pocos convenios 
colectivos de trabajo vigentes… 
-En la actualidad hay 27 contratos vigentes, de 
los cuales 17 los tienen sindicatos 
afiliados a la CSTS. Pero ahí 
vamos, intentando dar la lucha. 
  
-A pesar de todo en el sector de la 
alimentación se notan algunos avances. 
-Sí, es verdad. El apoyo de la UITA y del
Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL), 
es fundamental para explicar el 
crecimiento y cómo se ha logrado 
mantener con vida a otras organizaciones 
del sector.  
  
-En otro orden, la Confederación 
participó en un comienzo del proceso que 
dio formación al Movimiento de Unidad 
Sindical y Gremial de El Salvador (MUSYGES).
 
¿Qué pasó allí? 
-La CSTS siempre ha impulsado la necesidad 
de aglutinar fuerzas y dar término a 
tanta dispersión. La unidad del 
movimiento es vital para nuestra 
Confederación. 
  
Por eso, en un principio, formamos parte de ese 
movimiento. Sin embargo, terminamos 
encontrando en el MUSYGES a la 
misma gente que históricamente se ha 
aprovechado de los trabajadores para su 
beneficio; personas públicamente 
asociadas a políticas de derecha. 
 
  
Por eso tomamos la decisión de retirarnos de ese 
espacio. Entendimos que quedándonos 
estábamos legitimando una forma de 
actuar que va en contra de lo que 
nuestra Confederación pretende para los 
trabajadores. 
  
Tal vez nosotros fuimos un poco ingenuos en creer 
que esa gente podía cambiar, podía 
manejarse de otra manera. Incluso 
habíamos llegado a la firma de un 
protocolo en donde nos comprometíamos a 
que las acciones y operaciones del 
MUSYGES fueran realizadas con total 
transparencia. Eso nos dio esperanza y 
nosotros confiamos, pero una vez más la 
realidad nos demostró que nada había 
cambiado y que los intereses de esa 
gente seguían siendo los de siempre. 
  
Desde dentro vimos que esta situación no iba a 
mejorar y que el movimiento no iba a 
lograr las metas que se habían 
prometido, así que tomamos la decisión 
de alejarnos del MUSYGES. 
  
-Es verdad que mucha de esa gente 
incluso salió a pedir públicamente que 
no se 
 votara por el Frente… 
-¡Sí, claro! Un ejemplo: el señor Freddy 
Vásquez, uno de los encargados de 
movilizar gente en la campaña para 
ARENA. Y fuera del ámbito político 
tuvieron otras actitudes que demuestran 
su verdadera esencia: muchos de ellos 
apoyaron una supuesta reforma para que 
en las maquiladoras (zonas francas) se 
pasara a trabajar 12 horas. Esto último 
lo hicieron como MUSYGES. 
 
  
-Alguien muy querido, me dijo una vez: 
¡La unidad, no son todos!, lo cual 
corroboro muy  
a menudo… 
-¡Tiene razón! Fue intolerable que ellos 
estuvieran llevando adelante estas 
acciones, mientras nosotros luchamos por 
una reducción horaria en las 
maquiladoras. Son actitudes nocivas para 
los trabajadores y nosotros como 
Confederación no podíamos tolerarlas. 
Por eso, reitero, tuvimos que salirnos.
 
  
-Cómo avanzar en este escenario un poco 
más favorable, ¿es el gran desafío de la 
CSTS? 
-Nuestro objetivo principal es el de 
fortalecernos como organización. Somos 
una de las Confederaciones más 
representativas del país, como ya lo 
mencioné, tenemos el mayor número de 
sindicatos con contratación colectiva.
 
  
Por otro lado, nuestras organizaciones, en su 
mayoría, están afiliadas a las 
Federaciones Sindicales Internacionales: 
a la UITA, ITF, UNI, 
ISP y la ICM. 
  
Desde la CSTS tenemos el desafío de 
aprovechar esta coyuntura política y 
lograr que nuestras reivindicaciones 
sean escuchadas. Si no aprovechamos esta 
oportunidad, en otro escenario, va a ser 
muy difícil. 
  
  
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