Argentina

Declaración del XXIIIº Congreso General

de Delegados del S.A.T.I.F.

 

Huerta Grande, Córdoba, 21 al 23 de abril de 2004

 

 

 

 

Sindicato Argentino de Trabajadores

de la Industria Fideera y Afines

 

 

Hace exactamente un año, este Congreso General de Delegados, órgano soberano del Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera (SATIF), emitió una Declaración en la que se analizaba el nuevo escenario que se abría, a partir de un proceso electoral que debía terminar con la designación del nuevo Presidente de todos los argentinos.

 

Manifestábamos en aquélla oportunidad que la etapa democrática posterior a la dictadura militar, sólo le había deparado a los trabajadores frustración tras frustración. Ello nos permitía calificarla como una democracia “formal”, es decir, aparente, ritual, pero sin una auténtica participación del pueblo en las grandes decisiones.

 

El proceso electoral al que nos referimos mas arriba fue absolutamente atípico, ya que legalizó la designación de un Presidente con un escaso caudal de votos. La deserción de uno de los candidatos llevó a que asuma el Poder Ejecutivo Nacional el Dr. Néstor Kirchner, con cierta debilidad política, ante la falta de la legitimidad que otorga el voto mayoritario de los ciudadanos.

 

A escasos días de que se cumpla un año de gestión del actual gobierno, estamos en condiciones de hacer un primer balance. Y no seríamos justos si no destacáramos enfáticamente, que las medidas adoptadas hasta la fecha parecen marcar un punto de inflexión, con relación al proceso de flexibilización laboral y degradación de los derechos de los trabajadores, que soportamos durante mas de una década.

 

Aumentos de los salarios y las jubilaciones, como parte de una política de redistribución del ingreso nacional; derogación y sustitución de la nefasta ley 25.250, o ley “Banelco”; mejoras en las indemnizaciones por despido; restitución de la “ultraactividad” a los convenios colectivos de trabajo; descabezamiento de la Corte Suprema de Justicia; política de reconocimiento de los derechos humanos; etc., nos hablan del inicio de una nueva etapa histórica en el país, que aplaudimos y apoyamos.

 

Pero también expresamos que todavía estamos muy lejos de haber alcanzado la reparación histórica que demanda la clase trabajadora, despojada impunemente de sus derechos desde 1976 en adelante. Exigimos que se haga un balance de todos los derechos y conquistas sociales que fueron quedando en el camino, pisoteados por el modelo social y económico neoliberal que nos impusieron.

 

Es importante destacar, que si bien los aumentos salariales otorgados por el gobierno han servido para paliar la situación económica de los trabajadores, al tratarse de aumentos generalizados, han provocado la suba de los precios, disminuyendo el poder adquisitivo de dichos aumentos.

 

Con esta demanda no pretendemos un retorno automático a la legislación de mediados de la década del ’70, ya que el mundo del trabajo cambió. Queremos debatir un modelo de relaciones laborales para el siglo XXI, moderno y justo. Pero nos oponemos a que la base de la que se parte sean las ruinas que nos dejó la dictadura militar y la traición de los gobiernos democráticos posteriores.

 

Es por ello que mantenemos nuestro compromiso de no esperar que los cambios sociales que reclamamos, nos lleguen de la mano de conductores políticos iluminados. Por ello deberemos trabajar para que se pongan en marcha las negociaciones colectivas de trabajo y luchar para obtener en ellas mejores salarios y condiciones dignas de trabajo. La experiencia recogida nos demuestra que los trabajadores debemos ser los activistas de esos cambios, sin esperar soluciones mágicas, ni aceptar falsas promesas.

 

Es por todo ello que, reiteramos, apoyamos la gestión del actual gobierno, en la medida que ha dado los primeros pasos para romper el molde neoliberal que nos estaba sofocando. Pero también le decimos que no nos conformamos con lo hecho hasta el presente, sino que demandamos la construcción de un nuevo orden social, mas justo y equitativo. Y que nos mantendremos expectantes, vigilantes y movilizados.

 

 

Huerta Grande, 23 de abril de 2004

 

 

 

Emilio C. Romero

Presidente Congreso

 

Victorio Di Ciero

Vicepresidente

  

Mabel Altfater

Secretario

 

Leonardo Chazarreta

Secretario

 

 

10 de mayo de 2004

 

 

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