Uruguay

Forestación

Trabajadores en lucha

La empresa forestal Eufores –perteneciente a la multinacional ENCE– continúa con la explotación de sus trabajadores y la persecución sindical a través de contratistas, pese a la intervención de autoridades del gobierno a favor de los derechos laborales de los asalariados rurales.

 

Hace un mes, reunidos en asamblea, una cuadrilla conformada por unos setenta trabajadores de la empresa Eufores resolvió afiliarse al sindicato de la madera (SOIMA). También se decidió reclamar al contratista Álvaro Silva el pago de los haberes adeudados y mejoras en las condiciones de vida en medio de los montes ubicados a unos 80 quilómetros de la ciudad de Paysandú en la localidad de Quebracho donde se desempeñaba esta cuadrilla.

 

Ante la negativa al diálogo de su empleador los trabajadores decidieron cerrar las entradas de camiones en los montes de la zona y permanecer en su campamento. Al enterarse de esta situación autoridades municipales de la administración progresista y ediles de la Junta Departamental de Paysandú concurrieron al lugar de los hechos y luego de constatar las condiciones miserables en que vivían estos trabajadores y la justicia de sus reclamos los ayudaron con alimentos.

 

Gracias a la medida de lucha y a la solidaridad recibida los trabajadores por primera vez lograron que se les realizaran los aportes a Seguridad Social por el monto que realmente corresponde y se les pagaran licencias y salarios vacacionales adeudados.

 

Al poco tiempo y como consecuencia de este conflicto Eufores prescindió del los servicios del contratista Silva y esta cuadrilla quedó cesante.

 

Consultado por Rel-UITA, el abogado laboralista Walter Duarte expresó que existe una verdadera complicidad entre las empresas forestales y los contratistas ya que no se le exige a éstos condiciones adecuadas que aseguren los derechos elementales de los trabajadores que contratan. En definitiva, tanto Duarte como las autoridades municipales del departamento, coincidieron en responsabilizar a Eufores.

 

Por su lado, el diputado oficialista Juan Domínguez, que visitó el campamento declaró a la prensa que la situación ponía al descubierto el “desconocimiento permanente de las leyes laborales” y atribuyó las causas a los gobiernos anteriores que no controlaban las condiciones en que desarrollan sus tareas los trabajadores forestales.

 

Por su lado, Javier Camejo, delegado de los trabajadores, dijo que el contratista Silva les descontaba la ropa y la comida contraviniendo las disposiciones legales al respecto. Otro delegado, Atilio Ferrari, expresó a Rel-UITA que Silva los destrataba, que ante sus reclamos les decía “que si no querían trabajar que se fueran y punto” y que tuvieran cuidado pues Eufores le había pedido una “lista negra” de los trabajadores que participaran en conflictos o efectuaran desordenes.

 

Señalaron estos delegados que cuando se solicitó hablar con representantes de Eufores nunca aparecieron. Silva “no cumplía con ninguno de los derechos de los trabajadores y Eufores no hacía nada”, expresó Camejo.

 

Sin embargo en esa ocasión las cosas se arreglaron, pero por unos días. El lunes 31 de octubre el contratista Silva le comunicó a su cuadrilla que no había más trabajo. Los trabajadores interpretaron la medida como una “clara persecución debido al conflicto sostenido” y decidieron acampar en la entrada de la ciudad de Paysandú donde aún permanecen. De no llegar a un acuerdo los trabajadores manifestaron a Rel-UITA su disposición de marchar hasta la planta chipeadora que Eufores tiene a 120 quilómetros de Paysandú en la ciudad de Fray Bentos e instalar allí su campamento así como realizar gestiones ante las autoridades del Ministerio de Trabajo y difundir la situación que padecen en los medios de comunicación de Montevideo.

 

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

11 de noviembre de 2005

 

 

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