México

La maquila,

un sueño perdido

 

La fila de espera era larga, como todos los viernes. Decenas de hombres aguardaban, a la entrada del salón de baile Corona, la llegada de las mujeres para pagar la entrada, ellas eran entonces las obreras, con trabajo estable y sueños promisorios: tendrían modo de sacar adelante a su familia, comprar una casa, aprender y organizarse.

 

Algo más: Habían salido de sus pueblos y comunidades del sur a la frontera de México con Estados Unidos, querían transformar su vida y llenarse de experiencias positivas. Cambiar su condición tradicional de mujeres oprimidas.

 

Así era en Matamoros, Tamaulipas, en la frontera occidental de México y Estados Unidos, en 1997. En esa ciudad y en Ciudad Juárez, Chihuahua nació hace 40 años la maquila, autonombrada industria maquiladora de exportación (IME), que dio empleo preferencial a las mujeres, con salarios superiores a otros trabajos femeninos, con posibilidades de capacitación y estabilidad.

 

"Nuestras manitas eran lindas", recuerda Margarita, una mujer de la maquila Nogales, estado mexicano de Sonora. "Los empresarios tenían una imagen clara de lo que éramos: abundante mano de obra, jóvenes y baratas. Hoy somos escasas, viejas y caras", añade.

 

La industria rápidamente creció, su mano de obra era 90 por ciento femenina en 1980. Pero el sueño se extinguió; en 2007 el trabajo femenino en las empresas maquiladoras es de 51 por ciento y el 49 por ciento corresponde a hombres. Existe competencia feroz entre ambos en capacidades y habilidades. Escasean las posibilidades, las oportunidades y los beneficios sociales.

 

Con la mayor de las crisis económicas en México, fracasado el modelo exportador, al comenzar el siglo se instaló el trabajo temporal y de tiempos parciales. Desaparecieron los contratos colectivos de trabajo y la sindicalización. Además, a las mujeres se las confinó a los centros de confección de ropa.

 

Agustina, que trabajó en una empresa en Izúcar de Matamoros, Puebla (centro del país) muestra las manos ajadas luego de 20 años de antigüedad, gana menos, trabaja 12 horas diarias, en lugar de 40 a la semana, y asegura que tiene graves daños en su salud.

 

"Terminé dejando el trabajo porque era muy presionado, tuve que ir al doctor para que me diera algo para los nervios", relata. Matamoros Garment era una empresa coreana, ahora la administra, como ella dice, "un gringo".

 

Los cambios en las empresas que pasaron de la confección de ropa, a la industria electrónica, las partes automotrices y arneses para torpedos de la industria militar de Estados Unidos, fueron desfavorables para las mujeres. Ellos son operarios, supervisores, mecánicos, y ellas están como al principio, en la línea de producción.

 

María Eugenia de la O, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y la doctora Cirila Quintero, directora del Colegio de la Frontera Norte coinciden, en sendas entrevistas con SEMlac, en que hoy el trabajo en la maquila es semejante a todos los trabajos de las mujeres: segregado, precario y sin prestaciones sociales.

 

Cirila lo plantea así: "la maquila ya no es un trabajo para mujeres, pues cada vez el hombre participa más. Las últimas estadísticas indican que en las IME laboran casi parejo hombres y mujeres. Aunque hay matices por regiones, en Matamoros, Tamaulipas (fronteriza), siguen siendo mayoría mujeres, como el 70 por ciento".

 

Además, las mujeres siguen segregadas a las posiciones más bajas, con escasa posibilidad de avanzar, y son las mayormente afectadas con la pérdida de empleos desde el año 2000, especialmente las más viejas.

 

Solamente entre 2003 y 2006 se perdieron 122.000 empleos en la IME, los hombres fueron afectados en 17,6 por ciento, las mujeres en 21,2 por ciento, agrega Eugenia de la O.

 

¿Realmente hay un nuevo rostro? ¿Ha cambiado la situación histórica?, interrogo a Cirila. "Si te refieres con nuevo rostro a que las plantas son más bonitas, más limpias, más atentas a seguridad e higiene, sí; pero, si te refieres a la segregación y discriminación de la mujer, no, esto no ha cambiado y la mujer sigue ocupando el escalón más bajo de la maquila", explica.

 

El panorama

 

Actualmente las empresas maquiladoras de exportación en México, pasaron de la frontera al centro y occidente del país. Existen más de 3.500 establecimientos y, según el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación, se ubican en 17 entidades de la República, de Tijuana a Yucatán.

 

Las electrónicas ocupan el 33 por ciento de la mano de obra; las del transporte el 22 y las textiles el 14. El proyecto formó parte, en 1965, de un Programa Reindustrialización Fronterizo y, más tarde, la idea fue incrementar el empleo regional, vender en el mercado doméstico, pero el esquema, desde su nacimiento, fue obtener mano de obra barata y lograr estímulos fiscales y facilidades por parte del gobierno, recuerda De la O.

 

El desplazamiento de las empresas de la frontera al sur sucedió en los años ochenta y ello regresó a las mujeres a los esquemas tradicionales de ocupación, donde las obreras fueron consideradas masivamente ocupadas en la línea de producción: monótona y sin capacitación, dice De la O.

 

Pero la presencia masiva de mujeres no cambió el contexto nacional y patriarcal. Hoy los testimonios hablan de la doble fatiga, la doble jornada y un entorno opresivo y patriarcal que no las deja desarrollarse, además de la reestructuración industrial y la globalización, dijo.

 

Salud y derechos

 

La organización Human Rights Watch sostiene que los industriales obtienen 29.000 millones de dólares anuales de ganancia. Y en los talleres de montaje de la ciudad de Tijuana, en Baja California, que colinda con San Diego, California, Estados Unidos, se pudo establecer que los maquiladores violan la ley: todas las mujeres son requeridas para la prueba de embarazo como requisito para obtener un empleo.

 

A su vez, la doctora Mónica Jassis, directora del Centro de Mujeres, en La Paz, Baja California Sur, informó a SEMlac que, en 2005, realizó una encuesta entre 480 trabajadoras de Tijuana y encontró que el riesgo en la salud es alto.

 

Sólo en las empresas electrónicas, ellas están expuestas a diluyentes, ácidos, vapores de soldadura, ventilación difícil, posiciones forzadas (sentadas durante horas, encorvadas o de pie), con trabajos repetitivos, de más de ocho horas. La doctora Jassis detectó que los hijos de estas obreras nacen con bajo peso, al relacionarlos con los otros nacimientos de obreros.

 

Además, una de cada cinco entrevistadas nunca se hizo un examen de salud preventivo y las dos terceras partes no se realizaron el Papanicolau (examen para detectar cáncer uterino).

 

Condiciones laborales

 

Gustavo Castro Soto, del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria, dijo a SEMlac que en Reynosa, Tamaulipas, donde existen más de 170 establecimientos, la miseria en que vive la población es ofensiva. La mayoría son mujeres que viven los infiernos de las maquiladoras, donde no se acepta a personas mayores de 35 años.

 

Incluso hay maquiladoras que contratan a niñas de13 años. A las trabajadoras les exigen la prueba de embarazo al solicitar el empleo y, una vez aceptadas, son revisadas en cada período menstrual para asegurarse que no estén embarazadas. La vida interna es aún peor: no dejan tomar agua para evitar el abandono del puesto de trabajo (además los baños y el agua escasean). La trabajadora sólo tiene permiso cinco minutos para ir al baño, mientras que otra tiene que cubrir el puesto para que la producción no se detenga.

 

Las mujeres tienen que cumplir con una cuota de producción cada día, de no lograrlo son despedidas, refiere por su parte Socorro Chablé, presidenta del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos Laborales. Dice que existen en Yucatán 71 maquiladoras de exportación distribuidas en todo el estado, preferentemente de confección.

 

A diferencia de otros lugares del país, en Yucatán la maquila había ocupado más a hombres que a mujeres, hasta una proporción casi pareja en años recientes. La maquila se introdujo en Yucatán en 1985 y en sus mejores tiempos llegó a haber casi trescientas.

 

Chablé recuerda que hubo un cierre masivo de maquiladoras en todo el país y agrega que las comunidades donde se han instalado las IME quedan en el desamparo, porque no hay otras fuentes de empleo que ocupen a las obreras y obreros desempleados.

 

Chablé, que habla de la situación obrera, remata informando que el acuerdo multifibras que tiene que ver con la liberación de las cuotas (porcentajes) de exportación de China a Estados Unidos, desde 2004, y que fueron restringidas antes al interior de la Organización Mundial del Comercio, colocan a China actualmente como uno de los países más competidores frente a otros.

 

El objetivo del acuerdo multifibras ha golpeado fuertemente a la industria en otras naciones, pero particularmente a México. Y serán las mujeres las primeras en salir.

 

Rel-UITA

             29 de agosto de 2007

 

 

 

 

Fuente: SEMlac 

Imágen: theguardsman.com

Dibujo: osb.org

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