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El 8 de julio de 2010, el pueblo de Changuinola fue 
salvajemente reprimido por el gobierno de Ricardo 
Martinelli, mientras manifestaba pacíficamente su 
disconformidad con la Ley 30. Esa ley -popularmente 
bautizada como ley chorizo - que, entre otras cosas, 
pretendía lacerar la actividad sindical. 
  
El Comité Ejecutivo Mundial de la UITA que sesionó en 
Ginebra, Suiza, el 29 y 30 de marzo, aprobó una 
resolución sobre la situación en Changuinola, provincia de 
Bocas del Toro.  
  
La misma contempla presionar en todos los ámbitos 
internacionales competentes para que el gobierno de 
Panamá atienda los justos reclamos de los trabajadores 
afectados.  
  
Sirel 
conversó con Genaro Benett, secretario general del 
Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano y 
Afines (SITRAIBANA), quien comentó que “la resolución 
del Ejecutivo de la UITA llegó para reforzar y animar 
nuestra lucha.  
  
Es muy importante para los compañeros que fueron afectados, 
que la comunidad internacional presione para que el gobierno 
cumpla con los compromisos que asumió luego de la violenta 
represión, que el mismo propició” 
  
Consultado acerca del impacto que causó la noticia en los 
trabajadores, de que su caso haya sido presentado ante la 
OIT y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos 
Humanos de Naciones Unidas, el dirigente manifestó que 
“los trabajadores bananeros de Changuinola, en especial los 
afectados por la represión del 8 de julio de 2010, tomaron 
con mucha esperanza que su caso haya sido llevado por la 
Secretaría Regional a esas instancias.  
  
Los compañeros creen que esta resolución y las acciones que 
de ella deriven, hará que el gobierno cambie su postura, 
además de servir como precedente a la demanda internacional 
que presentarán contra el estado de Panamá en la 
Comisión Interamericana de Derechos Humanos,” concluyó. 
  
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