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El 
pasado 16 de junio, el gobierno de Ricardo Martinelli, 
homologó la Ley 30 (popularmente conocida como “ley 
Chorizo”)que atentaba contra derechos laborales, libertades 
sindicales y derechos humanos. 
  
Luego de una violenta represión desatada contra el pueblo de 
Changuinola que en forma pacífica reclamaba la derogación, 
la controvertida Ley 30 pasó a una instancia de revisión que 
llevó tres meses.  
  
El pasado 10 de octubre la Mesa de Diálogo Tripartita 
instaurada para modificarla llegó a un contenido final que 
resulta contradictorio: se derogaron algunos de los 
artículos más lesivos para las organizaciones sindicales, 
pero quedan vigentes otros que lesionan los derechos humanos 
de los panameños. 
  
Sirel 
conversó con Alejandro John, secretario general del 
sindicato de trabajadores de la bebida (SITRAFCOREBGASCELIS), 
para conocer su análisis sobre el mencionado proceso. 
  
-¿Cuál fue el resultado de la revisión de la Ley 30? 
-Luego de que fuese a revisión esta Ley -que provocó una 
manifestación sin precedentes en Changuinola y que costó la 
vida de varios panameños y centenas de heridos y lisiados- 
el pasado 10 de octubre tuvo un desenlace que califico como 
mínimo contradictorio. 
  
Se derogaron algunos artículos, como el 373 que refería al 
descuento de la cuota sindical, pero lo que refiere al 
derecho a la huelga, aún queda a la libre interpretación del 
empleador. 
  
Se le va ha 
permitir a los empresarios que algunos directivos puedan 
entrar en el período de huelga además de personal 
administrativo y operarios para el mantenimiento de la 
maquinaria y esto es un retroceso teniendo en cuenta que 
antes se permitía el cierre total de la planta durante la 
huelga. 
  
Por otra 
parte mantiene vigencia de la denominada 
Ley Carcelazo, 
que legitima el uso de la fuerza por parte de la Policía, 
dejando al descubierto una grave falencia de la legislación 
del país y que afectará directamente a los trabajadores. 
  
En lo 
referente al tema ambiental, se logró establecer que se 
realicen los estudios de impacto ambiental. 
  
-¿Qué análisis te merece todo este proceso, desde que fue 
impuesta la Ley 30 en junio de este año hasta hoy? 
-Personalmente considero que los grandes damnificados en 
todo este proceso fueron los trabajadores y el pueblo de 
Changuinola, porque no se logró el objetivo principal que 
era la derogación total de esta Ley.  
  
-¿Cómo van a reaccionar ante esto? 
-Estamos preparando un pronunciamiento desde el 
Consejo 
de Trabajadores Organizados (CONATO) 
en relación a nuestra disconformidad con el desenlace que ha 
tenido esta revisión, pero esta ya es una ley definitiva. 
  
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