Argentina 

Declaración del XXXIº Congreso General Ordinario del  SATIF

 

 

 

S.A.T.I.F.
Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera

 

El orden social
y económico vigente
está deslegitimado

 

El orden social y económico vigente en la inmensa mayoría de los países está en crisis. Probablemente la mayor crisis que el sistema capitalista haya pasado desde 1930.

 

Los trabajadores argentinos no podemos ignorar lo que está ocurriendo con los trabajadores de la zona del euro; en este mundo globalizado, las olas del tsunami económico y financiero que ellos padecen tarde o temprano llegarán a nuestras costas.

 

Mientras bancos, banqueros y mega empresas son socorridos con billones de dólares que salen de las arcas estatales, o sea que son parte del patrimonio social de los pueblos, los trabajadores de Grecia, Italia, Irlanda, España, Portugal y otros países europeos son despojados de sus derechos y conquistas, al igual que los sectores más vulnerables de la sociedad.

 

Reaparecen palabras que -quizás con cierta ingenuidad- creíamos archivadas en el arcón de los recuerdos: austeridad, desregulación, flexibilidad laboral, ajuste estructural, rebajas salariales, reducción de beneficios provisionales, eliminación de subsidios a los grupos sociales marginados, privatización de empresas públicas, recortes en los presupuestos destinados a la salud y la educación, contratos laborales temporarios, incremento de la “productividad” laboral, etc. En definitiva, una mayor explotación de la clase trabajadora, y un nuevo despojo a los sectores populares.

Los sectores sociales dominantes parecen decir que no sólo no es posible reemplazar el sistema capitalista, sino que tampoco es necesario, o posible, darle un rostro humano.

 

El llamado “Estado de Bienestar” con el cual el capitalismo intentó neutralizar la amenaza del comunismo está siendo desmontado con prisa y sin pausa. Los sectores sociales dominantes parecen decir que no sólo no es posible reemplazar el sistema capitalista, sino que tampoco es necesario, o posible, darle un rostro humano.

 

No obstante, creemos que la actual coyuntura histórica también merece una lectura diferente. Los datos a nuestro alcance son más que elocuentes: en el mundo hay 1.000 millones de personas que sufren hambre y desnutrición, lo que podría superarse con el 1 por ciento de lo que se gasta en armas y guerras.

 

La desigual distribución de la riqueza ha llevado a la pobreza y a la marginación a enormes sectores de la población mundial, y a países y regiones enteras del planeta, mientras que los minoritarios sectores sociales favorecidos hacen una obscena ostentación de su nivel de vida.

 

Si a ello sumamos que la ciencia y la tecnología, al servicio del poder económico, están llevando al mundo a un desastre ecológico, entonces podemos decir, sin exagerar, que lo que se observa se parece más a una crisis civilizatoria que a una crisis cíclica del capitalismo.

El orden social vigente está claramente deslegitimado. El paradigma neoliberal de relaciones sociales y económicas está deslegitimado, y la actual coyuntura histórica se nos presenta, en realidad, como el choque entre ese paradigma y el que viene a reemplazarlo y está en plena gestación, aunque aún no tenga forma ni nombre.

Lo que parece estar ocurriendo es una colisión de paradigmas -verdadero motor de la historia- en la cual el viejo se resiste a morir y el nuevo no termina de nacer.

 

Lejos de estar viviendo “el fin de la historia” con un triunfo definitivo del capitalismo, lo que parece estar ocurriendo es una colisión de paradigmas -verdadero motor de la historia- en la cual el viejo se resiste a morir y el nuevo no termina de nacer. Por lo tanto, son épocas de confusión y de violencia.

 

A la existencia de varios gobiernos latinoamericanos que, aún con sus contradicciones, están comprometidos con la defensa de los intereses de sus pueblos, hay que sumarle las revueltas populares de los países árabes y los movimientos de protesta en varios países industrializados. Todo ello nos impulsa a rechazar el realismo cínico que invita a no hacer nada, como los intentos gatopardistas de cambiar algo para que todo siga igual.

 

En nuestro país, con la llegada del kirchnerismo al poder, se produce un punto de ruptura con el modelo neoliberal que se consolidó en la década del ’90, iniciándose un proceso de recuperación del rol del Estado en el diseño de las políticas públicas. También se adoptaron medidas para mejorar el consumo interno y generar empleo, lo que ha permitido bajar sustancialmente la desocupación. Además, se han recuperado derechos y conquistas sociales que la dictadura militar había eliminado. A ello debemos agregar que, al menos hasta 2011, la negociación colectiva funcionó razonablemente bien, permitiendo cierta recuperación del poder adquisitivo del salario, en un marco de paz social.

 

No obstante, no podemos dejar de alertar sobre lo que parece un cambio de rumbo en ciertos aspectos, quizás como consecuencia de los efectos de la crisis mundial, que ya comienzan a sentirse en nuestro país. Nos referimos en particular al cepo que el gobierno pretende ponerle a las paritarias, sin base legal alguna.

 

La amenaza explícita de no homologar acuerdos salariales que superen cierto porcentaje merece nuestro categórico rechazo. Esta actitud del gobierno significa una inaceptable ingerencia estatal en la negociación colectiva, desnaturalizándola y violentándose así la libertad de los actores sociales.

 

Nuestra organización sindical, que siempre ha actuado con absoluta autonomía respecto a los partidos políticos y los gobiernos de turno, continuará luchando para alcanzar un salario justo, que es aquel que permite a nuestros trabajadores y sus familias vivir dignamente y alcanzar su plena realización personal, y en ese sentido seguiremos bregando para que se universalice el régimen de asignaciones familiares para todos los trabajadores, para que no se discrimine por el nivel de sueldos y se reduzca drásticamente el Impuesto a las Ganancias que atenta directamente contra su calidad de vida.

 

Y si hablamos de calidad de vida no debemos olvidar la salud, factor principal en la lucha que diariamente libra el trabajador para su subsistencia. Las Obras Sociales sindicales brindan los servicios de salud a los trabajadores y sus grupos familiares, pero ¡cuánto mejores serían sus prestaciones si el Estado, a través de sus organismos recaudatorios, no retuviera parte de los fondos que les corresponden a sus legítimos titulares, y cuya restitución el movimiento obrero en su conjunto reclama permanentemente.

 

Pero somos conscientes de que ese objetivo solo podrá alcanzarse con la unidad de los trabajadores y del movimiento obrero. Y ello nos lleva como de la mano a tener que referirnos a la elección de las nuevas autoridades de la Confederación General del Trabajo (CGT).   

 

Entendemos que se ha cumplido un ciclo, y que nuevos compañeros deberán hacerse cargo de su conducción. No para poner a la CGT  al servicio del gobierno de turno, sino para que sea una auténtica herramienta para la emancipación de los trabajadores argentinos. No pueden continuar al frente de la Central quienes han practicado el canibalismo sindical -la rapiña de los trabajadores de otras organizaciones gremiales-, poniendo en cuestión el modelo sindical argentino.

 

Tampoco podemos dejar de referirnos a la expropiación de las acciones de YPF, medida que aplaudimos en cuanto se oriente al desarrollo de la soberanía energética y el autoabastecimiento del país, y no se utilice para la politiquería barata, el acomodo de funcionarios amigos o los negocios turbios.

 

 

Buenos Aires, 9 de mayo de 2012

 

 

 

SATIF

RIO DE JANEIRO 34/36 – (1405) BUENOS AIRES –ARGENTINA

TELFAX. 54-11-4901-6125/4902-3032   E-mail: satif_eterny@speedy.com.ar

Rel-UITA

           15 de mayo de 2012

 

 

 

 

 

Volver a Portada

  

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905