Después de dos años
consecutivos de debates, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT,
celebrada anualmente, ha adoptado una importante Declaración sobre “justicia
social para una globalización equitativa".
Después de dos años
consecutivos de debates, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT,
celebrada anualmente, ha adoptado una importante
Declaración sobre “justicia
social para una globalización equitativa". La adopción de esta Declaración
demuestra un compromiso conjunto para construir un mundo basado en la justicia
social.
La Declaración
estipula una revisión regular, por parte de la OIT, de los componentes del
trabajo decente, actualmente codificados como inseparables e interrelacionados.
Consta específicamente de numerosos párrafos que confirman el mandato de la OIT
(derivado de su Constitución) de examinar las políticas económicas, comerciales
y de los mercados financieros, al tener todas ellas un impacto sobre el empleo.
El papel de la OIT consiste claramente en evaluar dichos impactos a fin de
lograr que el empleo y el trabajo decente se sitúen en el corazón de las
políticas económicas. Para ello será necesario que la OIT ejerza un impacto
fuerte y eficaz sobre las actividades y políticas propuestas por el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del
Comercio.
El sindicalista
sudafricano Ebrahim Patel, representante de los trabajadores durante las
negociaciones, afirmó: "Esta Declaración es formidable. Es un manifiesto sobre
el presente y sobre el futuro, sobre la ayuda para crear un mundo en el que la
justicia social se encuentre en el corazón de la economía global, y el trabajo
decente sea la herramienta para lograrlo.”
Otras secciones de
la Declaración resaltan la igualdad de género y la no discriminación, y exigen
la implementación homogénea de un nuevo paquete de normas internacionales del
trabajo, en particular de las normas de "gobernabilidad", incluyendo el
tripartismo, la política de empleo y la inspección laboral, además de las normas
centrales del trabajo. La libertad sindical y el derecho de negociación
colectiva están ya formalmente codificados como los derechos que conducen a la
realización de un Trabajo Decente para todos.
Los gobiernos son
avisados de establecer programas por país, que sean efectivos, a fin de alcanzar
el trabajo decente. Se destaca el papel de la OIT para conseguir la extensión de
la protección social para todos, así como una paga básica para los necesitados,
un salario digno mínimo y condiciones laborales seguras y sanas.
En la próxima
reunión del Consejo de Administración de la OIT, que se celebrará en noviembre
de 2008, se discutirá un plan de implementación de seguimiento.
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