Cuando la
comunidad derrota al silencio
Con unos trece mil habitantes, y ubicada en el extremo norte
uruguayo, la ciudad de Bella Unión y sus alrededores
registran el índice de mayor mortalidad infantil por
desnutrición del país y, abundan las alergias, las
enfermedades pulmonares, las leucemias y las malformaciones
en niños. Esta situación condujo a que la médica pediatra
María Elena Curbelo en 2000 hiciera oír su voz de alarma. Se
sospechaba que las causas de estas enfermedades eran las
constantes fumigaciones aéreas y terrestres con agrotóxicos
que se practican en los cultivos (arroz, hortalizas y caña
de azúcar) de la zona, pero la comunidad, rehén de su
situación de pobreza, guardaba silencio.
Como consecuencia de las denuncias de Curbelo se organizó la
sociedad civil para atender las necesidades alimentarias de
la población infantil. Y, poco después, un grupo de
científicos coordinados por la médica neumóloga Liria
Martínez comenzó a investigar los efectos de las
fumigaciones con agrotóxicos sobre la salud humana.
Respaldados por Rel-UITA, REDES-AT, RAP-AL
y el Programa Uruguay Sustentable los
investigadores trabajaron durante dos años y el 3 de
setiembre pasado presentaron los resultados a los vecinos de
Bella Unión.
Estimulada y amparada por fuertes intereses empresariales y
en nombre de la rentabilidad de la producción la utilización
de agrotóxicos a través del tiempo creó un “secreto
comunitario” que ocultaba los efectos nocivos de las
fumigaciones sobre los habitantes de Bella Unión.
Para el grupo de investigadores la comunicación a través del
diálogo en la comunidad hizo que ésta rompiera su “secreto
comunitario”, comenzando a pensar desde lo colectivo: “A
través del trabajo comunitario se ayudó a crear el
protagonismo de esta comunidad en la promoción de salud en
un proceso en el cual ésta tomó la problemática y la hizo
suya. Se apropió del tema y quiso comenzar a tomar medidas
colectivas para cuidarse a sí mismo y cuidar a los otros.”
Método y conclusiones
“El estudio de la problemática de salud fue efectuada
estadísticamente mediante un censo de la zona elegida como
sitio contaminado (Portón de Fierro y Campodónico) y luego
extrayéndose una muestra aleatoria de la misma mediante un
diseño que otorga pesos de acuerdo a variables que indican
mayor exposición a los agrotóxicos, como son la distancia a
los cultivos y la intensidad de la fumigación.
Se observó que las enfermedades más frecuentes son las
respiratorias y cutáneas. También se encuentra que debe ser
prioritario el trabajo en los niños, ya que en ellos es
donde se encuentran las mayores proporciones de estas
enfermedades. En los hombres, mujeres y niños que fueron
seleccionados en la muestra se realizaron dos estudios de
biomarcadores de genotoxicidad: test de aberraciones
cromosómicas y ensayo cometa. Estos estudios muestran en
general una tendencia de índice más elevado de daño en
niños, lo que confirma la prioridad ya indicada. También
muestra que los individuos (mujeres y niños) expuestos en
forma indirecta (cosecha, lavado de materiales contaminados
y vivienda en la zona) presentan un mayor índice de daño
promedio que los trabajadores que están en contacto directo
con los agrotóxicos.
El caudal de información y observaciones, demostradas o
sospechadas, reafirman la necesidad de actuar. La infancia
es más vulnerable a los tóxicos y tiene rutas de exposición
específica (transplacentaria, lactancia). Además existen
momentos críticos del desarrollo fetal e infantil donde el
impacto es mayor. Debe tenerse en cuenta que las vías
metabólicas infantiles son inmaduras y las exposiciones
tempranas en la vida pueden redundar en enfermedades que
aparecerán a largo plazo incluso en la edad adulta.
Estos elementos deben entrar en la consideración de una
estrategia nacional sobre agrotóxicos que considere las
condiciones locales, pero que se desarrolle en el contexto
de iniciativas regionales y globales contemplando la
educación de los sectores profesionales y de la comunidad;
fomentando la investigación e involucrando a todos los
sectores relevantes: salud, medio ambiente y educación y
cuente con un fuerte apoyo político.
Algunos de los componentes de esta estrategia podrían ser:
identificar, analizar e investigar las posibles fuentes de
exposición a plaguicidas y en alimentos, suelo y objetos en
el hogar y la escuela; entrenar al personal de salud sobre
los efectos crónicos de los plaguicidas en la infancia y
alertar sobre las potenciales consecuencias de la
exposición; minimizar el uso de plaguicidas en hogares y
escuelas extremando las medidas de higiene y optando por los
compuestos más seguros; fomentar el manejo integrado de
plagas y la rotación de cultivos, y la adhesión a convenios
internacionales. XE "Equipo de Investigación"
La conclusión principal es alertar a las autoridades
nacionales sanitarias y mancomunar esfuerzos con los
distintos ministerios y todas las fuerzas sociales y
sindicales sensibilizadas con el tema.
El fin último de la metodología es el diseño de un programa
de intervención cuyo objetivo fuere la reducción del riesgo
en salud. Teniendo conocimiento del tipo y cantidad de los
contaminantes; estableciendo las rutas de exposición y los
factores que podrían facilitar la exposición con una clara
idea de la magnitud de la exposición a través del uso de
biomarcadores. Es sencillo proponer las medidas que
disminuyan la exposición y por ende el riesgo.”
Tres médicas
opinan
-¿Como podría resumir las conclusiones de la investigación?
-Las conclusiones son que hay una contaminación del 68 por
ciento en los hogares de Portón de Fierro debido a que se
cocina con productos y utensillos contaminados. La verdura
está contaminada ya que los cultivos son fumigados
semanalmente con agrotóxicos de manera no cuidadosa. Esto
lleva a consecuencias sobre la salud de carácter agudo como
las patologías respiratorias y de piel, así como trastornos
crónicos testeados por los biomarcadores de genotoxicicidad.
Las personas más vulnerables son las mujeres y lo niños. Las
mujeres porque lavan la ropa de sus maridos que trabajan en
el campo y porque entran a los cultivos sin respetar los
tiempos de espera luego que se fumiga y los niños porque
tienen su organismo en desarrollo y juegan en los lugares
más contaminados.
-¿Que es lo que más se precisa en adelante?
-Voluntad política de los gobernantes para continuar con las
investigaciones y delinear estrategias de prevención.
-¿Qué espera a partir de las conclusiones de esta
investigación?
-Mejorar la calidad de vida de los niños de la zona. El 90
por ciento de las internaciones se deben a problemas
respiratorios.
-¿Con qué recursos se cuenta?
-Nosotros trabajamos en centros rurales que son pueblitos en
medio de la nada. Un médico itinerante pasa cada 15 días y
recorre unos 5 centros poblados en un día entre caminos
pésimos. Es una especie de repartidor de remedios. Hay
poblaciones totalmente aisladas.
-¿La sorprenden los resultados de la investigación?
-No. Los efectos de los agrotóxicos sobre la salud humana en
la zona era un secreto a voces.
-¿Cuál es la situación actual en el hospital de Bella Unión?
-No tenemos medicación en el hospital. Somos dos pediatras
para atender una población de 7.200 menores de 14 años. Con
eso le digo todo.
Carlos Caillabet
© Rel-UITA
6 de setiembre de 2005
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