"Aviones
dan vuelta por el pueblo cuando fumigan soja",
dijo
el sacerdote
Denuncian casos de alergias en pobladores de Rafael Peraza
como consecuencia de fumigaciones aéreas en varias
plantaciones de soja en esa localidad de San José.
La doctora Mercedes Barrera, encargada de las
policlínica del Ministerio de Salud y la de la Asociación
Médica de San José en Rafael Peraza, dijo a El País que "los
casos de alergias, irritabilidad ocular y otras son más
frecuentes en Rafael Peraza que en el resto del país por el
importante uso de agroquímicos que hacen productores de
papas y por el manejo en grandes cantidades de heno, de los
cultivos cerealeros".
"Sin embargo, esto no permite inferir que en los últimos
meses se hayan incrementado", aseguró la médica.
El padre Sergio Carrión, reside hace años en esta
localidad, cumple sus tareas de párroco y mantiene un
contacto permanente con la comunidad ubicada en el kilómetro
72 de ruta 1.
Esta semana, Carrión manifestó públicamente su
preocupación y -según dijo- la de varios vecinos, por la
fumigación que desarrollan las avionetas que trabajan en
plantíos de soja, ubicados en algunos casos a pocos cientos
de metros de la planta urbana de la localidad de más de
1.000 habitantes.
"No tengo nada contra los productores, pero sé de la
toxicidad de los productos que se usan. En los últimos
tiempos hemos comprobado que las avionetas que fumigan los
cultivos de soja, próximos a la planta urbana, dan vuelta
sobre el pueblo, porque la proximidad no les da
alternativa", dice. En los últimos tiempos han aumentado los
casos de alergia en Rafael Peraza "aunque no tengo elementos
que me permitan asociar una cosa con la otra", aseguró. "Yo
mismo tengo un problema de ese tipo", afirma el párroco
mientras estornuda reiteradamente.
La maestra Ángela Fajardo, oriunda de la localidad,
hace años que trabaja con sexto año en la escuela Nº 80 e
integra la Red Nacional de Educación Ambiental para el
Desarrollo Humano Sustentable. Coincide con los temores del
padre Carrión, al punto que se apresta a iniciar una
investigación con sus alumnos sobre el tema.
"Hay muchos niños alérgicos y el origen de ello podría estar
en esta situación", dice. El doctor Miguel Donabella
-facultativo hoy jubilado, pero por décadas el máximo
referente médico de la localidad- dice que no sólo hay que
temer por los niños, "pueden verse afectadas personas con
afecciones cardíacas o asma".
La zona de Rafael Peraza y sus adyacencias constituyen el
corazón de la cuenca "papera" del país. José Andrés
Protto, asesor de los principales establecimientos
paperos de la zona, indicó a El País que en estos cultivos
"las aplicaciones de agroquímicos se realizan básicamente en
forma terrestre". La normativa establece que la distancia de
fumigación aérea a los centros poblados no debe ser menor a
los 500 metros. En la fumigación terrestre ese límite baja a
los 300 metros, dijo.
Edwin
Klaassen,
presidente de la Cooperativa Agropecuaria Río de la Plata,
defendió la seguridad del trabajo aéreo. "Los aviones
cierran automáticamente el vertido del producto, entonces,
por más que usen el espacio aéreo de centros poblados no
vuelcan restos sobre ellos, salvo un accidente", dijo.
Otro caso
En marzo de 2006 El País informó que dos personas que
violaron el decreto de no fumigar a menos de 300 metros de
un centro poblado en Palmitas, fueron multadas por el
Ministerio de Ganadería (MGAP). En total eran ocho
las hectáreas plantadas con soja a menos de 300 metros en
esta localidad de Soriano. El ingeniero agrónomo, Hugo
Terrasini, de la Dirección General de Servicios
Agrícolas del MGAP dijo a El País, en ese entonces,
que la cartera no puede prohibir las plantaciones cerca de
un centro poblado pero aplica multas a quienes no cumplan
con la normativa. En el caso de los dos infractores de
Palmitas la pena fue "medianamente grave porque
reincidieron", informó. Desde fines de enero de 2006 a marzo
de ese año, el Ministerio de Ganadería recibió cuatro
denuncias de vecinos de Palmitas por sentirse perjudicados
por los químicos.
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