En Uruguay ha
habido un aumento mayor al 300% en el uso de los
agrotóxicos en la última década. A la cabeza se
encuentra el herbicida Glifosato, aunque también
se aplican otros herbicidas peligrosos como el
2,4, D sal dimetilamina, Paraquat y Atrazina
entre otros. Este aumento se ha debido
básicamente a la expansión de los monocultivos
forestales y los cultivos transgénicos.
Glifosato: el discurso ambiental
El glifosato es un herbicida de amplio espectro,
no selectivo, utilizado para eliminar malezas
indeseables (pastos anuales y perennes, hierbas
de hoja ancha y especies leñosas). El producto
es aplicado en forma líquida sobre la hoja y es
absorbido por ésta, para luego circular por la
planta hasta llegar a la raíz, matando a la
planta en pocos días.
El glifosato ha sido ampliamente promovido como
el agroquímico sin impacto ambiental y se ha
repetido hasta el hartazgo que es “menos nocivo
que la sal de mesa”.
Lamentablemente, dicha visión fue difundida a
través de la revista Plan Agropecuario (mayo –
junio 2001), donde en uno de sus artículos se
afirmó que “el uso del glifosato no afecta al
medio ambiente ni a la salud humana”. El
artículo incluyó las siguientes afirmaciones:
“No contamina las aguas ni el suelo ya que se
inactiva en contacto con el mismo. Su toxicidad
para animales de sangre caliente y para insectos
benéficos es prácticamente nula”. “Además no
penetra por las raíces por lo cual su efecto
residual es nulo. La toxicidad oral es tan baja
(menor a la sal común de mesa, la aspirina o la
vitamina A) la irritación que causa a los ojos
es totalmente reversible siendo menor a la que
causa el champú. En cuanto a la toxicidad
dérmica, provoca una irritación leve en la piel.
Ensayos realizados en ratas han demostrado que
no causan efectos mutagénicos (cambios genéticos
en la descendencia) ni efectos reproductivos
(dificultades para concebir ni deformaciones de
fetos)”.
Glifosato: lo que dice la investigación
Sin embargo, ya se ha demostrado que nada de lo
anterior es cierto. En efecto, de acuerdo con
Kaczewer (2002), recientes estudios
toxicológicos conducidos por instituciones
científicas independientes parecen indicar que
los herbicidas en base a glifosato pueden ser
altamente tóxicos para animales y humanos.
Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos
en todas las categorías estandarizadas de
pruebas toxicológicas de laboratorio en la
mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad
subaguda (lesiones en glándulas salivales),
toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños
genéticos (en células sanguíneas humanas),
trastornos reproductivos (recuento espermático
disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de
anomalías espermáticas en conejos), y
carcinogénesis (aumento de la frecuencia de
tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer
tiroideo en hembras).
A lo anterior se agrega el hecho de que el
glifosato no es utilizado por si solo, sino que
el herbicida contiene, además del glifosato,
otras sustancias (llamadas surfactantes), que
sirven para facilitar la aplicación y la
absorción del producto por parte de la planta.
Es decir, que el producto debe ser analizado en
su conjunto (glifosato más surfactantes) para
evaluar sus impactos sobre el ambiente y la
salud humana.
El nombre comercial del herbicida más conocido
en base a glifosato es Roundup (producido por la
corporación norteamericana Monsanto), del
cual existen varias formulaciones que se
caracterizan comúnmente por contener sal de
glifosato y el surfactante POEA (polioxietil
amina). Esta formulación causa daño
gastrointestinal y al sistema nervioso central,
problemas respiratorios y destrucción de
glóbulos rojos en humanos. El surfactante POEA
está contaminado con 1-4 dioxano, el cual ha
causado cáncer en animales, y daño a hígado y
riñones en humanos.
Más resultados inquietantes sobre el Roundup
Otros estudios sobre el herbicida Roundup
también han demostrado que se trata de un
producto peligroso tanto para el ser humano como
para otros organismos vivos.
El biólogo de la Universidad de Pittsburg,(2005)
Rick Relyea, descubrió que el Roundup es
“muy letal para los anfibios”. Considerado uno
de los estudios más amplios sobre los efectos de
plaguicidas en un entorno natural, los
resultados de Relyea revelaron que el Roundup
provocó una disminución del 70 por ciento en la
biodiversidad anfibia y del 86 por ciento en la
cantidad total de renacuajos.
En otro estudio, un grupo de científicos
dirigidos por Gilles-Eric Seralini, de la
Universidad de Caen, Francia, descubrió que las
células de la placenta humana son muy sensibles
al Roundup en concentraciones menores a
las de uso agrícola. Esto, señalan, podría
explicar los elevados índices de nacimientos
prematuros y abortos observados entre mujeres
agricultoras de los Estados Unidos que utilizan
glifosato.
Glifosato en cultivos transgénicos
Pese a la creciente evidencia acerca de los
graves impactos del glifosato sobre la salud
humana y sobre el ambiente, su uso continúa
aumentando en Uruguay. En gran parte dicho
crecimiento se explica por la expansión de la
soja y otros cultivos transgénicos. En efecto,
el glifosato se utiliza ampliamente en los
cultivos transgénicos que han sido manipulados
genéticamente justamente para que sean
tolerantes al glifosato. El herbicida elimina
entonces todas las plantas que pueden competir
con el cultivo transgénico, en tanto que las de
éste permanecen vivas después de haber absorbido
el herbicida que se aplica sobre el cultivo.
Desde 1998 en Uruguay se cultiva ampliamente la
soja transgénica RR (Roundup Ready) resistente
al Roundup, siendo ésta una de las
razones por las cuales el aumento de este
herbicida ha sido sustancial. Por supuesto que
no es casual que la misma empresa que produce el
Roundup (Monsanto), sea la que vende la
semilla de soja transgénica resistente al
Roundup. El negocio es así redondo.
También en la
forestación
Dentro del paquete de agrotóxicos usados en la
forestación se encuentra el glifosato, cuyo
objetivo es el de eliminar pastos y hierbas
antes de forestar. Los grandes monocultivos
forestales han aumentado en la última década y
al parecer todo indica que se continuará
forestando y por ende que seguirá creciendo el
uso del glifosato y otros agrotóxicos asociados
a este cultivo.
Para agravar la situación, es común que los
trabajadores forestales que aplican estas
sustancias altamente tóxicas no sean informados
por las empresas acerca de los efectos nocivos
de las mismas sobre su salud y el ambiente donde
lo aplican. Este hecho se repite constantemente
tanto en la forestación como en otras
actividades relacionadas al agro.
Ciudadanos rochenses se oponen
a
aplicación de glifosato por forestales
Durante la primera mitad de enero, pobladores
del paraje Sierras de los Rocha y zonas aledañas
(agricultores, criadores de ganado, apicultores,
etc.), se han reunido en defensa de la vida y
del agua y contra el modelo forestal.
Estos pobladores dieron a conocer a la prensa y
a las autoridades que en 600 hectáreas
destinadas a la forestación ubicadas en las
Sierras de los Rocha sobre las nacientes del
arroyo del mismo nombre se aplicaría glifosato
entre otros agrotóxicos.
Los pobladores comentan que “este hecho
aumentaría peligrosamente la contaminación ya
existente, como consecuencia del monocultivo de
eucaliptos. La agresión que se proyecta
realizar, elimina la cobertura de las praderas
de campo en su forma natural (flora y fauna),
llegando a afectar la zona costera, Laguna de
Rocha y costas marítimas, debido a que estas
sierras forman parte de las vertientes
terrestres de agua hacia el Océano Atlántico”.
Gracias a la movilización de la población, las
aplicaciones de glifosato y otros agrotóxicos no
se llevaron a cabo, pero se continúa en estado
de alerta, ya que éstas se podrían llevar a cabo
en un futuro cercano.
Cabe mencionar que esta zona esta comprendida
dentro de una zonificación marcada en 1999 por
PROBIDES como zona de área protegida y que hasta
la fecha no ha sido decretada por las
autoridades como área protegida.
Es además importante recalcar que estas
plantaciones se harían sobre las nacientes de la
Laguna de Rocha, situación que no debería de ser
autorizada ni por las autoridades
correspondientes del MGAP y ni por el MVOTMA.
Mucho más nocivo que la sal de mesa
El uso masivo de los agrotóxicos ocurre en todo
el país y esto se debe a los grandes
monocultivos tanto forestales como agrícolas
(transgénicos y convencionales). Sin embargo
pareciera que esta práctica se ha aceptado como
modelo de país, sin hacer una evaluación de los
impactos económicos, sociales y ambientales que
está significando para el conjunto de la
población.
La riqueza de nuestras tierras, el agua, la
gente, han pasado a ser elementos que no cuentan
en el momento en que las autoridades hacen las
evaluaciones para permitir este tipo de
monocultivos.
Es tiempo que las autoridades públicas tomen
cartas en el asunto y que comiencen a evaluar
los impactos que estos monocultivos están
causando y en particular sobre el uso masivo y
abusivo que se está haciendo del glifosato, que
ya se sabe es infinitamente más nocivo que la
sal de mesa.
RAP-AL Uruguay
2 de febrero 2007