Llegaron a
Managua el pasado 30 de mayo y se instalaron nuevamente en
los alrededores de la Asamblea Nacional. Levantaron sus
champas de plástico negro, colgaron sus hamacas, sacaron
sus enseres para cocinar los pocos alimentos que llevaban
consigo y comenzaron a esperar.
Son los ex trabajadores y trabajadoras de las bananeras
afectados por el Nemagón, afiliados a la Asotraexdan, que
por quinta vez recorrieron los 140 kilómetros que los
separan de la capital para pedir al gobierno y a los
diputados el cumplimiento de los acuerdos firmados en 2005.
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Hilario Calero y Victorino Espinales |
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Han pasado siete meses y no eran muchos los que, recién
llegados, preveían estar todavía aquí en estos días de
fiestas navideñas, lejos de sus hogares y de sus familias y
con un futuro muy incierto.
Éstos son días para celebrar, pero también para reflexionar y
hacer el punto de la situación, preparándose para un nuevo
año que se perfila muy difícil y lleno de nuevos desafíos.
La “Ciudadela del Nemagón”, como se conoce al campamento
espontáneo que ya es parte de la historia y de la memoria de
esta ciudad capital, se presenta medio vacía. Muchos han
regresado a sus casas en el occidente del país para poder
pasar unos días con sus seres queridos. Muy pronto van a
regresar para dar la misma oportunidad a los demás.
Mantas colgando de los árboles anuncian la presencia de
organizaciones de la sociedad civil que siguen apoyando a
los afectados y a las demandas sin respuesta que fueron
presentadas al gobierno.
En la entrada de la Ciudadela han levantado un arbolito de
Navidad hecho de tela, páginas de periódicos y pancartas.
“Es el Árbol de los Pobres”, comenta Hilario Calero,
dirigente de los ex trabajadores de las bananeras.
“Decidimos hacer algo diferente y construimos este árbol que
refleja todas aquellas problemáticas y acaecimientos que han
caracterizado el año que está por terminar. Reportamos
también el número de los compañeros fallecidos hasta la
fecha del 25 de diciembre, que son 2.006. Es un símbolo de
todo lo que nos ha pasado a nosotros y al país en estos
siete meses que tenemos de estar aquí en Managua, y se funde
con la imagen de la Navidad y de las fiestas que estamos
celebrando”, agrega.
La Noche
Buena ha sido un momento muy fuerte para todas las personas
afectadas. Un momento que ha despertado tristeza por la
falta de respuestas a sus demandas, pero que también ha
permitido sentirse más unidos y convencidos de lo que están
haciendo.
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Daysi Ambota y los afectados |
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“El 24 de diciembre ha sido muy bonito”, continúa Calero.
“Vino gente que nos trajo comida ya cocinada y organizaron
un espectáculo musical para avivar el ambiente de los que se
habían quedado. Nos dividimos en ocho o diez grupos en todo
el campamento y cada uno organizó su comida y celebró con
cantos y bailes. Fue como estar en familia, y por cierto
nosotros somos una gran familia. En mi caso, ha sido la
mejor Noche Buena que he pasado en mi vida”.
También para Daysi Ambota, líder de las mujeres
afectadas por el Nemagón que ha trabajado más de 14 años en
las bananeras del occidente del país, “Esta noche pasada en
la Ciudadela ha sido algo inolvidable. Aunque la comida no
fuera mucha, la compartimos entre todos y no dormimos toda
la noche. La pasamos muy bien, con música y baile. A pesar
de la pobreza y de lo que seguimos aguantando, en el
campamento no hubo tristeza y, al contrario, hubo mucha
alegría”.
Fin de año es también tiempo
de reflexiones
Para Victorino Espinales, presidente de Asotraexdan,
ha sido un año muy difícil. “Después de siete meses aún no
hemos recibido ninguna respuesta de parte del gobierno, pero
la gente se mantiene firme y no nos vamos a mover hasta que
nos atiendan nuestras demandas. Tal vez no sean las 3-4 mil
personas con las que llegamos en mayo, pero estamos seguros
que por lo menos 2 mil personas están dispuestas a llegar
hasta el final de esta nueva etapa de lucha. Ha sido un año
muy pesado, con pocas expresiones de solidaridad hacia
nuestra causa y donde hemos tenido una discreta cobertura
por parte de los medios de comunicación, pero no en términos
de una situación que va más allá de la crónica. Ya hemos
dicho que el tema del Nemagón trasciende lo cotidiano y debe
ser abordado como una emergencia nacional por el nivel de
contaminación que afecta al país y por el número de
fallecidos. El año nuevo viene cargado de mucha presión. Se
acercan las elecciones municipales y seguramente nos vamos a
expresar al respeto. Entre la gente no hay desanimo, sino
más bien indignación por el desinterés hacia nuestras
demandas”, concluyó Espinales.
También para Daysi Ambota la situación es difícil,
sobre todo para las mujeres, “Es decepcionante ver cómo el
gobierno no nos está tomando en cuenta, pero no vamos a
bajar la guardia y seguimos en la lucha. En el campamento
hay bastantes mujeres y no vamos a renunciar a reclamar
nuestros derechos, porque hasta las transnacionales no
quieren reconocer que salimos gravemente afectadas de las
bananeras. No nos quieren respetar y nos tratan como si no
existiéramos”.
Árbol de los Pobres |