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El senador 
Robledo es un referente en la reflexión y el debate sobre la 
problemática y los desafíos de la soberanía alimentaria en 
Colombia. Un país que se está convirtiendo en un laboratorio 
de la agricultura transnacional del futuro, donde el modelo 
de producción es otro factor de violencia que también 
asesina, desplaza gente y mantiene de rehén a toda la 
población.  
  
  
-¿Cuál es la situación de Colombia en materia de soberanía 
alimentaria? 
-El país está perdiendo a pasos agigantados su soberanía 
alimentaria. Cuando Álvaro Uribe llegó a la 
Presidencia en 2002, Colombia 
importaba 4,5 millones de toneladas de alimentos, sin contar 
los procesados, y a final del año pasado estábamos 
importando 8 millones de toneladas. 
La producción 
de cebada desapareció, el trigo quedó en reductos muy 
pequeños de algunas zonas; en maíz estamos en más de 3 
millones de toneladas, o sea que las pérdidas son bárbaras. 
  
Si hoy Colombia cerrara las importaciones quedaría en 
una severa crisis alimentaria, porque no tendríamos pan, 
pasta, cerveza, pollos, huevos… y en buena medida estaríamos 
sin carne de cerdo. O sea que la situación es gravísima, en 
un país que tiene tierras de todo tipo y agua limpia 
suficiente como para producir y exportar. 
  
-Toda esta situación se agudiza aún más con el plantío de 
palma aceitera, tendiente a la producción de 
agrocombustibles.  
-Sí, esa es la otra parte más grave del asunto. Como una 
especie de propuesta demagógica y atendiendo a ciertos 
intereses, el gobierno firmó el TLC con Estados 
Unidos haciéndole un daño inmenso al agro nacional. En 
esos acuerdos se prioriza la producción de palma africana y 
de caña de azúcar, y como una manera de ganar respaldo 
político se mete en la producción de agrocombustibles, que 
en nuestro caso se producen para el mercado interno y el 
externo. Pero Colombia no es competitiva en el 
comercio internacional, entonces estamos perdiendo recursos 
inmensos que deberían ir para la producción de alimentos, 
para subsidiar ciertos sectores como forma de protegerlos 
(dicho esto entre comillas) contra el TLC y el libre 
comercio. Lo que sí es cierto es que tras el escandaloso 
plantío de palma africana, se oculta una política claramente 
antiagraria y anticampesina. 
  
-Además, provoca un fuerte impacto social negativo, ya que 
una hectárea de palma africana genera menos empleo que la 
misma área de banano, por ejemplo. 
-¡Seguro que sí! Se trata de grandes plantaciones; el 
espacio que queda ahí para la producción campesina es muy 
pequeño, y con otro detalle que es importante señalar: el 
negocio grande de la palma está en el procesamiento de la 
producción, por lo tanto es bueno mirar en detalle cómo 
afecta socialmente el negocio que se está impulsando. 
 
  
-Habrá que esperar mayor desplazamiento de población rural, 
siendo que un 10 por ciento de la población total del país 
ya ha sido desplazada. 
-Digamos con franqueza que el desplazamiento rural obedece a 
dos grandes hechos que afectan a todos los productos: un 
proceso de violencia muy grave y otro de desplazamiento por 
la crisis económica, porque las importaciones de productos 
agropecuarios generan un desplazamiento grandísimo. Además, 
creo que aún más que la palma africana, el fenómeno más 
importante del sector rural en Colombia es la 
ganaderización del sector rural; la palma ha crecido 
bastante, pero mucho más el área ganadera. Y hagamos esta 
advertencia: con el TLC Colombia pactó 
importaciones muy grandes de carne de res y de leche, lo que 
agravará el problema del empleo rural. 
  
-La reforma agraria aparece como una necesidad 
impostergable… 
-En Colombia hay una disputa por la tierra desde toda 
la vida, pero el grado de concentración de la propiedad 
rural en los últimos años ha sido en buena medida producto 
de la violencia clásica, de la violencia económica y de toda 
esta expansión del paramilitarismo. Ello produjo una contra 
reforma agraria que justifica la gran rebelión indígena de 
este momento, que está vinculada a un problema de tenencia 
de la tierra y de desplazamiento. 
  
-¿Se espera algún cambio con el resultado de las elecciones 
en Estados Unidos?  
-Recordemos que Estados Unidos es un Imperio, que la 
política de Estados Unidos es bipartidista, demócrata 
y republicana. Aún cuando haya matices no veo grandes 
cambios en los discursos de Obama.  Recordemos 
también que la negativa que el Partido Demócrata le ha dado 
al TLC con Colombia no tiene razones 
económicas sino políticas, en virtud de la violencia contra 
el sindicalismo, por ejemplo. Pero el nuestro es un TLC 
idéntico al que el Partido Demócrata le aprobó a Perú. 
Realmente, no me hago ilusiones. Puede haber algunos 
cambios, pero no de fondo. 
  
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