En el marco del Foro Social Uruguay, celebrado en Montevideo
a fines de setiembre, la Comisión Nacional de Defensa
del Agua y la Vida, con el apoyo de organizaciones no
gubernamentales (ONG), que promueve la reforma
constitucional, realizó en el interior del país un
ciclo de conferencias denominado "Las canillas
abiertas de América Latina", en el que se
expusieron "lecciones y desafíos de la lucha
internacional contra la privatización del agua".
Los conferencistas señalaron en esas ocasiones la importancia
de Uruguay desde el punto de vista hídrico, ya que por
su ubicación geográfica su territorio constituye una
boca de succión del acuífero Guaraní, que comparten
los cuatro países del Mercosur. Coincidieron también
en que impedir la privatización de la distribución de
agua a través del apoyo a la reforma constitucional
tendría una relevancia estratégica y constituiría un
ejemplo para otros pueblos del continente enfrentados
a similares riesgos.
En el ciclo de charlas expusieron delegados de organizaciones
ambientalistas de Argentina, Bolivia, Paraguay, Chile
y Uruguay, que se comprometieron a coordinar acciones
a nivel regional para enfrentar con éxito a los
poderosos intereses que pretenden apropiarse de este
recurso vital.
En la actualidad 1.100 millones de personas carecen de acceso
al agua potable, y cinco millones mueren cada año por
enfermedades asociadas a aguas contaminadas. Como
consecuencia de la contaminación y el uso ineficiente
de los recursos hídricos se asiste a la degradación
general de los ecosistemas terrestres y de los
sistemas hidrológicos y a crecientes procesos de
desertificación, lo cual reduce la disponibilidad de
las aguas a nivel mundial.
Las organizaciones financieras internacionales, como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario, a través de la
Asociación Global del Agua (Global Water Parternship),
se han interesado fuertemente en el tema, en una línea
de impulso a la participación privada en la propiedad
y la distribución de este recurso sobre todo en los
países subdesarrollados. Esas organizaciones
participan en el Foro Mundial del Agua, creado en 1996
y liderado por el Consejo Mundial del Agua (World
Water Council), que tiene como cometido declarado
"intercambiar visiones, ideas y experiencias sobre los
recursos hídricos". En el Foro también intervienen ONG
internacionales vinculadas a las grandes empresas del
agua, tales como la Asociación Privada Internacional
del Agua, el Foro Europeo de Servicios y la Coalición
de Industrias de Servicios de Estados Unidos.
El Consejo Mundial del Agua propone la privatización de la
potabilización y distribución del agua como la única
vía para mejorar el suministro, la tecnología y la
calidad ambiental. En esa dirección, recomienda a los
gobiernos realizar reformas legales que garanticen la
participación de los inversores privados en el sector.
La
resistencia
Ciudadanos y organizaciones sociales han creado a nivel
internacional el Foro Alternativo del Agua, que se
opone a los planes del Foro de los poderosos y que
basa su accionar en cuatro postulados:
1)
El
agua debe mantenerse como patrimonio común y como bien
público.
2) Debe
estar disponible para las comunidades humanas y para
la conservación de los ecosistemas.
3) El
agua no es una mercancía: no debe ser privatizada, ni
dejada a especulaciones del mercado.
4) El
agua debe ser excluida de las reglas del sector
bienes, servicios en inversiones de la Organización
Mundial del Comercio o de los acuerdos de comercios e
inversión.
Cristian Escobar, ingeniero civil e integrante de la ONG
Sobrevivencia-Amigos de la Tierra de Paraguay, expresó
en el ciclo de conferencias llevado a cabo en Uruguay
que el Consejo Mundial del Agua y otras organizaciones
y empresas vinculadas al Banco Mundial le asignan al
agua un valor económico en razón de su proyectada su
próxima escasez.
“Es cierto –dijo– que de toda el agua del planeta el agua
dulce en condiciones de utilizarse es sólo el 3 por
ciento, y que más de dos tercios se encuentra
congelada en los casquetes polares. Pero no es tan
cierta la certeza que maneja las Naciones Unidas en
cuanto a que para 2025 la demanda de agua será un 56
por ciento mayor que la oferta”. Esa proyección sería
correcta –agregó– de continuarse con la expansión de
los plantíos de soja y eucalipto, que requieren
grandes volúmenes de agua y grandes obras en
infraestructura (hidrovías, ferrovías, gasoductos) que
afectan el sistema hídrico del cual proviene el agua
que consumimos.
Es en ese contexto que el agua se vuelve escasa y el acuífero
Guaraní adquiere importancia estratégica. "La única
manera de cuidar este acuífero es cuidar lo que hay
arriba, y si nuestros pueblos pudieran medir sus
necesidades de agua esos números cambiarían y no se
justificaría el valor económico que se le pretende
dar", concluyó Escobar.
Carlos Caillabet
© Rel-UITA
6 de octubre de 2004