La Sociedad Apícola
del Uruguay (SAU) exige, desde fines del
año pasado, que se prohíban las aspersiones con
Fipronil, que han provocado la muerte de miles
de colmenas en el país. La Red de Acción en
Plaguicidas y sus Alternativas para América
Latina (RAP-AL Uruguay) acompaña el planteo de
la SAU.
Esta Red viene denunciado los peligros del
Fipronil desde el año 2004.Además se exige la
realización de estudios de impacto ambiental de
este y otros insecticidas. El Fipronil fue
establecido como sustituto del Mirex (para
combatir hormigas) por el Ministerio de
Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en
el año 2004, cuando en Francia ya se
había suspendido la venta del producto.
RAP-AL denuncia que esta sustancia afecta
particularmente a las abejas, pero también a
peces y aves, y que es nociva para la salud
humana y animal en general. Entre 2005 y 2008,
las importaciones de Fipronil se multiplicaron
veinte veces en Uruguay.En el mes de
diciembre pasado, hubo una plaga de langostas en
varios departamentos del país.
Según la coordinadora de RAP-AL Uruguay, María Isabel
Cárcamo, el gobierno recomendó el uso del
Fipronil para combatirlas. Para RAP-AL esto "fue
una aberración terrible porque mató a miles de
colmenas a lo largo y ancho del país".Los
departamentos mas afectados fueron Colonia,
Florida, Paysandú y Flores. Recién a fines de
febrero de 2009 la Dirección General de
Servicios Agrícolas (DGSA) resolvió una
restricción parcial del uso del Fipronil,
prohibiendo su uso "en floración de cultivos,
praderas y campos naturales".
RAP-AL entiende que aunque esto pueda
considerarse un "avance", "es a todas luces
insuficiente". Según Cárcamo, la restricción
"nada dice de que no pueda seguir usándose en
otros cultivos donde no haya floración".