Condiciones
de trabajo y uso de
agrotóxicos
en viveros de
Eufores
(Ence)
y FOSA (Botnia) |
RAPAL
Uruguay ha dado a conocer los resultados de su reciente investigación sobre
"Condiciones de trabajo y uso de agrotóxicos en
viveros forestales”. La misma se centró en los viveros de las dos mayores
empresas que realizan plantaciones de eucaliptos en Uruguay:
Eufores
(Ence-España) y
FOSA
(Botnia-Finlandia).
Un primer
hallazgo importante fue que en ambas empresas la gran mayoría de los
trabajadores son tercerizados y que el sistema de subcontratación
adoptado resulta perjudicial para los intereses de los trabajadores. Por un
lado, porque los divide y por otro lado porque condena a los contratados a
la inamovilidad funcional (serán siempre “peones comunes”), a la zafralidad
y a la inseguridad laboral. Por más años que trabajen o especialidad que
desarrollen en su trabajo nunca lograrán subir de escalafón.
En cuanto a la
generación de empleos femeninos, sobre el que tanto insisten las
empresas forestales, se pudo constatar que si bien es cierto que ambos
viveros ocupan un porcentaje importante de mujeres, casi todas ya realizaban
tareas asalariadas fuera del hogar y que en los viveros la mayoría solo
puede desempeñarse como “peones comunes”, pese a realizar tareas
especializadas tales como la clonación de eucaliptos.
En materia
salarial, si bien la remuneración es algo superior a la de otros empleos
disponibles a nivel local, ello no significa que los salarios sean buenos,
puesto que, según los trabajadores, apenas dan “para sobrevivir” y deben
estar largas horas fuera del hogar. En el caso de la mujer esta situación se
ve aun más agravada, ya que en general es ella la que además de estar largas
horas fuera del hogar (entre 10 y 12 horas) llega a casa a cuidar los hijos
y a ocuparse de las tareas de la casa.
A causa de las
condiciones de trabajo en ambos viveros, las trabajadoras embarazadas
se ven forzadas a salir de licencia pre-natal entre los 4 y 6 meses de
embarazo, ya que ninguna ha podido seguir trabajando hasta los 7 meses y
medio de embarazo, que es el plazo considerado normal. Al ser consultadas
del porqué de esa decisión, todas respondieron que era “por razones de
salud” y por trabajar en condiciones poco aptas: temperaturas que pueden
llegar arriba de 40 grados y/o estar sentadas o paradas durante largas
horas. Tales condiciones les imposibilitan seguir trabajando hasta los 7
meses y medio de embarazo.
En relación a
la salud, las mismas afecciones se repiten en ambos viveros: alergias
en la piel, ojos e hipertensión. En uno de los viveros las trabajadoras
comentan que arriba del 90% de los niños nacidos con madres trabajando en el
vivero sufren de alergias, espasmos y tienen problemas de asmas.
En ambos viveros la aplicación de agrotóxicos (en particular de
funguicidas) se realiza en forma casi permanente. La vida media de estas
sustancias varía enormemente, pudiendo permanecer en el ambiente por un
corto tiempo o alcanzar una persistencia de meses. Esto significa que los
trabajadores están permanentemente expuestos a los efectos asociados a la
toxicidad de los productos aplicados, y que los efectos residuales de los
mismos se van acumulando. Aunque estas sustancias sean aplicadas en horas en
que los trabajadores no se encuentran en los viveros, esta medida solo evita
los efectos de la exposición directa, pero no los efectos de la exposición a
las sustancias con alta persistencia acumuladas en el ambiente de trabajo.
Así lo constatan los propios trabajadores, que sienten el olor de los
productos al día siguiente de su aplicación.
Con respecto a
los agrotóxicos utilizados, se destaca que en ambos viveros, se utiliza el
funguicida Captan. Es importante señalar que esta sustancia fue
prohibida en Finlandia por la división de plaguicidas de ese país en agosto
2001, por ser extremadamente tóxica. Es oficialmente considerada como
cancerígena por el gobierno del Estado de California. Contamina suelo y
aguas subterráneas, es altamente tóxica para los peces y afecta ranas,
pájaros y aves. Resulta por lo tanto insólito que Forestal Oriental,
propiedad de la empresa finlandesa Botnia, utilice en Uruguay
un agrotóxico prohibido en su país de origen.
Se constató
también que la empresa Eufores utiliza dos agrotóxicos que no
están permitidos por el organismo que le otorgó la certificación (el
Forest Stewardship Council - FSC). Uno de ellos es el funguicida
Fundazol, cuyo principio activo es el Benomil. El Fundazol no es aceptado
por el FSC por ser un disruptor endocrino y producir mutaciones
genéticas y la EPA lo cataloga como posiblemente cancerígeno para
humanos. El otro funguicida es el Flonex, cuyo principio activo es el
Mancozeb, que no es aceptado por el FSC por ser cancerígeno.
Al mismo
tiempo, llama poderosamente la atención la discrepancia existente entre los
listados de agrotóxicos entregados a RAPAL por las dos empresas y los
aportados por los trabajadores, donde aparecen 3 funguicidas, 1 insecticida
y 1 hormona no mencionados por las empresas.
A ello se
agrega que FOSA no realiza ningún tipo de monitoreo de la salud de los
trabajadores expuestos a los agrotóxicos y que los trabajadores de
Eufores no confían en el monitoreo realizado por la empresa, por lo que
sería importante que el Ministerio de Salud Pública tomara cartas en el
asunto y adoptara las medidas necesarias para asegurar la salud de los
trabajadores.
En definitiva,
de la investigación realizada se concluye que estas dos empresas
certificadas no demuestran para nada ser “ambientalmente apropiadas,
socialmente beneficiosas y económicamente viables” (tal como lo define el
mandato del FSC). Por contrario; usufructúan
de este sello a costa del trabajo y de la salud de los trabajadores y del
medio ambiente de todos los uruguayos.
María
Isabel Cárcamo
RAP-AL Uruguay
3 de setiembre de 2007
La
investigación completa está disponible en:
http://www.chasque.net/agrotoxicos/Uruguay/Viveros.pdf
(*)
Investigación encomendada por el Grupo Guayubira
|