El mismo contó con la participación de representantes del
Grupo Ecológico de Young, Grupo Eco Tacuarembó, Vecinos del
Cinturón Chacrero de Mercedes, Vecinos de Mercedes,
Redes-Amigos de la Tierra, Vida Silvestre,
Rel-UITA,
Grupo Guayubira, Movimiento Mundial por los Bosques, Grupo
Ñandubay de Gualeguaychú, Vecinos de Gualeguaychú, Foro
Ecologista de Paraná, Red Socioambiental de Entre Ríos y
Uruguay, quienes emitieron un comunicado, llamando la
atención ya que entienden que "la zona sería afectada en
caso de que se instalaran plantas de celulosa a la vera del
Río Uruguay".
Según se afirma, entre los posibles impactos de esta
industria estarían el incremento de la forestación
indiscriminada "que ya está provocando efectos negativos en
lo económico, social y ambiental", provocando la posible
desaparición "de puestos de trabajo en el turismo de la
región, en la actividad rural, en la apicultura y otras
actividades, por efecto de la contaminación". También "la
salud se vería seriamente afectada -se informó- por la
emisión de dioxinas y furanos y otras sustancias tóxicas,
causantes de enfermedades respiratorias, cáncer y afecciones
derivadas de la lluvia ácida, que no se perciben a corto
plazo".
Instaron además a no creer "a ciegas todas las promesas de
los inversores tratando de ganarse el apoyo de la población.
La experiencia muestra que emprendimientos similares en
otros países de la región han provocado graves impactos
sobre el ambiente y la salud y al mismo tiempo un incremento
de la pobreza. Estos emprendimientos no presentan un modelo
sustentable, que ofrezca mejor calidad de vida a sus
habitantes. Llamamos a los ciudadanos a que no se deslumbren
con las promesas de inversiones millonarias, cuando las
mismas empresas necesitan convenios, exoneraciones y zonas
francas para seguir con sus proyectos". Finalmente se
preguntaron: "si son tan buenas ¿por qué quieren cubrirse
tanto?".
Muere trabajador forestal
El Grupo Guayubira denunció también la muerte de un
trabajador forestal, ocurrida el 5 de agosto pasado en
Tacuarembó, en una plantación de la empresa Cofusa. En un
comunicado el Grupo Guayubira relató que "Carlos María
Ducasse Monzón, de 44 años de edad, casado y padre de cuatro
hijos, resultó mortalmente golpeado en la cabeza por la
caída de un árbol”.
Su muerte nunca debió haber ocurrido. Las condiciones en las
que estaba trabajando el señor Ducasse eran
"lamentablemente, las mismas en las que se desempeñan
numerosos trabajadores forestales a lo largo y ancho del
país". Puntualizando que "la empresa Cofusa contrató a una
empresa subcontratista (unipersonal de la señora Iris
Cardozo) para realizar tareas de poda, raleo y talado de
árboles. Esta empresa no proveyó al fallecido (ni a los
demás trabajadores de la cuadrilla) de los medios de
protección personal requeridos por ley (casco, pantalón de
seguridad, botas, guantes). El señor Ducasse se desempeñaba
como motosierrista y al momento del accidente no tenía ni
siquiera un casco puesto. Cuando ocurrió el accidente, la
velocidad del viento era alta, lo que desaconsejaba efectuar
tareas de talado de árboles, debido a que no era posible
controlar su caída. Sin embargo, se siguió trabajando".
El mismo informe agregó que "para peor, en el lugar de
trabajo no había vehículo para proceder a un traslado de
emergencia, estando la localidad más cercana situada a más
de 30 km del lugar donde ocurrió el accidente. Tampoco había
medios de comunicación disponibles ni botiquín de primeros
auxilios. Por todo eso decimos que esta muerte nunca debió
haber ocurrido. En este caso hay una responsabilidad muy
clara de las dos empresas involucradas (Cofusa y la
unipersonal de Iris Cardozo), pero el problema de fondo a
abordar no se limita a estas dos empresas, sino que es mucho
más profundo y tiene que ver con el tema de la
subcontratación en el sector forestal".
Al tiempo que reiteró las "Diez propuestas en torno al tema
de las plantaciones forestales", realizadas por este grupo
ecologista, que como primer punto, establece "el problema
más agudo del sector forestal lo constituyen las condiciones
de vida y de trabajo de los trabajadores y trabajadoras
forestales. El problema se origina fundamentalmente en la
tercerización de las tareas forestales a manos de
contratistas".
En ese sentido, la propuesta de Guayubira es "que las
empresas propietarias de las plantaciones contraten
directamente a los trabajadores y que se hagan enteramente
responsables del cumplimiento de la legislación laboral".
Por lo que Guayubira entiende que "ese sería un punto de
partida esencial para generar condiciones que hagan posible
la erradicación de los flagelos que afectan al trabajo
forestal: informalidad, inseguridad, salarios de hambre,
malas condiciones de alojamiento, trabajo semiesclavo,
exposición a accidentes y muertes como esta, que todos
lamentamos".
Diario La República
23 de agosto de 2004