Tradicionalmente el desarrollo de la minería y de la
industria de transformación de los metales ha estado
ligado en México a la explotación sin control de los
recursos minerales y de la mano de obra. Esta
situación, sin embargo, se ha intensificado durante
los últimos 12 años, por la falta de una política de
racionalidad y de respeto a los derechos humanos, de
la cual nuestro país cada vez se aparta más.
La ambición desmedida de algunos empresarios y la
complicidad de los gobiernos municipales, estatales
y federal ha propiciado esa terrible evolución.
Hoy existen más accidentes de trabajo en las minas y
plantas del país que hace dos sexenios.
Las condiciones inhumanas cada vez se extienden más,
hasta convertir la actividad industrial de este
importante sector en una frecuente acción de
terrorismo empresarial en contra de los derechos
laborales y humanos de los trabajadores y de la
población en su conjunto.
Hay casos claros y evidentes de la protección y el
encubrimiento oficial hacia algunas empresas, que
resulta no sólo lamentable por el servilismo del
gobierno, sino totalmente deshonesto.
Ese triste y descarado papel lo han jugado los
secretarios del Trabajo Francisco Javier Salazar,
con Vicente Fox, y Javier Lozano Alarcón
bajo las órdenes de Felipe Calderón. Ese tipo
de burócratas han pervertido la responsabilidad de
esa secretaría, la han convertido en un botín al
beneficiar a unos cuantos y reprimir a la gran
mayoría de los trabajadores y sindicatos
democráticos e independientes del país.
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El Grupo Peñoles ha tenido durante los
últimos dos años más de 20 muertos y 40
heridos graves en sus minas y plantas,
además de que ha utilizado a grupos
paramilitares. |
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Hoy ambos, apoyados por el Partido Acción Nacional y
por los empresarios a los que abyectamente han
servido, buscan ocupar una posición en el Senado de
la República, desde donde, de llegar, continuarán
traicionando y dañando al país, elaborando o
modificando leyes para servirles cínicamente mejor a
sus jefes.
Mientras, la explotación de los trabajadores
continúa. El Grupo Peñoles ha tenido durante
los últimos dos años más de 20 muertos y 40 heridos
graves en sus minas y plantas, además de que ha
utilizado a grupos paramilitares, traidores y
golpeadores cuando los trabajadores han protestado,
como fue el caso del asesinato con tubos y palos del
trabajador minero Juventino Flores Salas, en
Fresnillo, Zacatecas, el 10 de junio de 2009. Hubo
también otros heridos graves y la destrucción de
vehículos, sin que ninguna autoridad haya actuado,
cuando esos crímenes se persiguen de oficio.
Peñoles lleva también muchos años contaminando con
plomo, zinc y otros metales el medio ambiente y las
aguas residuales, lo que produce daños irreversibles
a la salud de cientos de niños, comunidades enteras
y a los propios trabajadores en sus plantas de
Torreón, Coahuila, y en otras regiones del país.
El Grupo Acerero del Norte, GAN, ha
cometido las mismas o peores faltas en Monclova y en
la región carbonífera de Coahuila, sin que ningún
gobierno estatal o federal lo investigue y lo
sancione con todo el peso de la ley.
Además de reprimir y utilizar porros y
golpeadores para controlar y humillar a los
trabajadores e imponer contratos de protección, los
directivos de GAN se han dedicado a corromper
a una camarilla de traidores para desvincular a los
trabajadores de su organización sindical, para
mutilar sus contratos colectivos y entregarle a
sindicatos espurios los derechos y conquistas
acumulados durante más de 60 años, en complicidad
abierta con la CTM y los gobiernos del estado de
Coahuila. Sin duda están preparando el terreno para
entregar la empresa a sus socios coreanos de la
firma Pohang Iron and Steel Company, al costo
del sacrificio y la sangre de sus propios
trabajadores.
Por supuesto que la joya de la corrupción y del
cinismo es Grupo México, considerado en el
mundo como una de las 10 empresas menos éticas, ya
que nunca protege la vida o la salud de las
personas.
Dondequiera que opera, siempre lleva destrucción y
muerte, como lo hace en Perú con su filial
Southern Perú Copper Corporation, o en su ex
empresa matriz American Smelting and Refining
Company, Asarco, de Estados Unidos,
y como lo ha demostrado en Pasta de Conchos y las
demás minas y unidades que explota en el país y en
el extranjero.
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La joya de la corrupción y del cinismo
es Grupo México, considerado en el mundo
como una de las 10 empresas menos
éticas, ya que nunca protege la vida o
la salud de las personas.
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Del año 2006 a la fecha, en que los accionistas y el
cuerpo directivo de Grupo México decidieron agredir
al sindicato minero, han tenido más de 100
trabajadores muertos y alrededor de 200 heridos.
Tan sólo en Cananea desde el 6 de junio de 2010,
cuando ocuparon ilegalmente la mina después de una
obvia simulación jurídica con todo el apoyo del
gobierno y más de 4 mil elementos de la PFP, de la
policía estatal e incluso del Ejército, han muerto
más de 20 contratistas sin ninguna capacitación, y
ha habido más de 100 heridos, no sólo de esos
esquiroles que reclutan hasta en Centroamérica, sino
inclusive de elementos de las mismas fuerzas
policíacas.
Grupo México, al igual que Peñoles o GAN, han
convertido sus minas y plantas en verdaderos campos
de concentración donde reprimen, torturan y humillan
sistemáticamente a los trabajadores, como si fuera
un esclavismo moderno disfrazado.
Por contraparte, deslumbran al gobierno panista con
nuevos montos de inversiones adicionales. A
partir de esa sobrexplotación del trabajo humano y
de un crecimiento sin precedente de la minería,
Germán Larrea, de Grupo México, y Alberto Bailleres,
de Peñoles, han llegado a ser el segundo y tercer
hombres más ricos de México, según Forbes.
Se tiene que poner un alto a esta explotación brutal
en esas minas de sangre, como se las conoce en todo
el mundo. El próximo gobierno está obligado moral,
social y jurídicamente a detener y corregir esa
política absurda de explotación irracional de la
fuerza de trabajo y de los seres humanos, y a
imponer una ley, como lo he venido proponiendo, que
penalice la irresponsabilidad y la negligencia
criminal de las empresas.
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