Uruguay

 

¡Ni un eucalipto más!

Productores y organizaciones sociales reclaman suspensión de la plantación de eucaliptos

  

Productores agropecuarios, organizaciones sociales y ONGs

provenientes de diversos puntos del país se reunieron recientemente en la localidad de Paso Severino, a 100 kilómetros de Montevideo, para deliberar acerca de las consecuencias negativas del avance arrollador del monocultivo forestal con eucaliptos. El encuentro -en el que participó la Rel-UITA- culminó con una declaración que reclama la suspensión inmediata de la plantación de eucaliptos en Uruguay, y el propósito unánime de consolidar un movimiento nacional contra el monocultivo forestal

 

Unos 20 kilómetros antes de llegar a la ciudad de Florida, ubicada al norte de la capital uruguaya, se encuentra el paraje Paso Severino, donde durante la dictadura se construyó una represa sobre el río Santa Lucía que abastece de agua dulce a Montevideo y gran parte de la zona metropolitana.

 

Este lugar fue elegido como un emblema del drama que padece una cantidad creciente de pequeños y medianos productores agropecuarios, cuyos predios se encuentran en el entorno de grandes plantaciones de árboles: la sequía absoluta de sus pozos de agua. Con la asistencia de decenas de grupos, desde chacreros, ganaderos y agricultores, hasta asociaciones comunitarias y ambientalistas, algunos de los productores rurales expusieron sus testimonios sobre la realidad que viven desde hace años.

 

Washington Lockart, del Movimiento de Chacreros del Ejido de Mercedes, capital del departamento de Soriano ubicada sobre el litoral del Río Uruguay, muy cerca del emplazamiento de la planta de celulosa de Botnia, relató que desde 1994, cuando comenzó el auge de la forestación en la zona y se empezó a sentir la merma de las fuentes subterráneas de agua, los habitantes del lugar comenzaron a reunirse. “Cuando eso ocurrió -recuerda Lockart- ya veníamos asistiendo con preocupación a otro proceso alarmante: la emigración creciente de los productores y sus familias que vendían sus tierras a las empresas forestadoras”.

 

Se presentaron ante la intendencia local reclamando “que nos devuelvan los que nos robaron: el agua”. Desde entonces hay productores morosos porque se endeudaron para profundizar sus pozos de agua -a un costo de 120 dólares el metro- teniendo que llegar en algunos casos hasta 60 y 70 metros cuando antes bastaban menos de diez metros para alcanzar excelentes vetas acuíferas. “A más de uno le remataron su predio por no poder pagar una deuda asumida para paliar las consecuencias del robo que había padecido”. No obstante, otros muchos no quisieron endeudarse sabiendo que nunca podrían asumir el costo de la amortización de los créditos. Para estos, la intendencia municipal implementó un servicio de asistencia con base en camiones cisterna que les distribuye agua en la puerta de sus predios.

 

“Una familia debe subsistir con el contenido de tres o cuatro tarrinas durante una semana, diez días o el tiempo que se le ocurra a la intendencia hasta fletar otra vez el camión. Esto ya es denigrante, pero además este sistema se ha corrompido porque si uno le da una docena de huevos o unos kilos de tomate al chofer, entonces obtiene agua para sus necesidades domésticas y también para riego mientras otros se queda sin nada”. A pesar de que la región se está despoblando, en el año 2000 la cantidad de familias asistidas por camiones cisternas eran 60, y hoy son 150, mientras que por lo menos otras 50 familias están paliando el problemas por otros medios, pero también carecen de agua.

 

“Los más ancianos recuerdan la seca histórica de fin de la década del 40, y en esa oportunidad lo que ocurrió fue que los pastos se secaron, pero las vertientes de agua siguieron manando. Hoy es imposible encontrar vetas de agua a menos de 70 metros, y tenemos casos en los que se debió llegara los 100 metros de profundidad”. Otros productores de esa misma zona expresaron la preocupación de que centenares de miles de hectáreas queden en manos de “un par de empresas transnacionales”, comprobando que en Soriano, donde se encuentran las tierras más fértiles del país, los predios donde antes se plantaba trigo, maíz, sorgo y otros cultivos alimentarios, hoy están ocupados por monocultivos de eucaliptos.

 

“Nuestra plataforma de lucha es: ¡Ni un eucalipto más! -señala Lockart-, reforma de la Ley Forestal, transparencia en el abastecimiento del agua mientras no se hallen soluciones de fondo y el rechazo a las plantas de celulosa”. En el mismo sentido se fueron expresando productores de zonas como Rocha, en el este del país y Rivera, en el norte, sobre la frontera con Brasil. La creciente merma y desaparición de las fuentes de agua es notoria y adquiere características dramáticas donde las plantaciones de árboles son más extendidas. Asimismo, algunos asistentes al encuentro expresaron su gran preocupación de que este avance explosivo de los monocultivos forestales se ubican sobre el acuífero Guaraní, tanto en Uruguay como en Brasil, Argentina y Paraguay.

 

Después de escuchar los testimonios se inició un trabajo en grupos pequeños donde se elaboraron propuestas concretas para alcanzar una plataforma común sobre la cual colocar las bases de un movimiento social contra los monocultivos forestales.

 

Finalmente, las coincidencias fueron surgiendo y se produjo un documento llamado Declaración de Florida que, esencialmente, denuncia los efectos nocivos de estos cultivos tales como:

 

  • desalojo de la población rural

  • escasas oportunidades de empleo, y el que hay impone condiciones de trabajo inadecuadas

  • concentración de la tierra en manos de grandes empresas nacionales y extranjeras

  • transferencia de cuantiosos recursos económicos de toda la población hacia el sector forestal a través de subsidios directos e indirectos

  • agotamiento y contaminación de los recursos hídricos

  • degradación de suelos

  • contaminación de agua y suelos por el uso masivo de agrotóxicos

  • impactos graves sobre la flora, en particular, sobre el ecosistema de praderas

  • impactos graves sobre la fauna y aparición de plagas que afectan a otras producciones agropecuarias

  • impactos sobre el paisaje típico uruguayo

 

 La Declaración puntualiza varios reclamos:

 

  • Exigimos: la inmediata suspensión de todas las plantaciones forestales de pinos y eucaliptos, salvo aquellas de pequeña escala para abrigo, sombra, leña o insumos de autoabastecimiento del predio rural

  • Que se evalúen en forma seria y completa los impactos sociales, económicos y ambientales de la forestación con la más amplia participación de sectores de la sociedad civil, especialmente los más perjudicados

  • Que en el plan de ordenamiento territorial del país no se incluyan los monocultivos forestales, hasta tanto no se cuente con la evaluación de sus impactos económicos, sociales y ambientales requerida en el numeral anterior

  • Que se revea la actual legislación forestal con la más amplia participación de sectores de la sociedad civil, especialmente los más perjudicados

  • Que se aplique el artículo 47 de la Constitución -que restableció la soberanía del país sobre la gestión de los recursos hídricos- en particular al sector forestal

  • Que se adopte una legislación que impida la concentración de la tierra en manos de grandes empresas nacionales y extranjeras

  • Que se discutan las estrategias de desarrollo local con la más amplia participación de sectores de la sociedad civil, especialmente los más marginados

  • Que se adopten instrumentos legales para garantizar la permanencia y mejora de calidad de vida de las familias del campo

 

Los participantes en el encuentro se pronunciaron finalmente por:

 

  • Sí a la diversidad productiva y no a los monocultivos forestales

  • Sí a la distribución equitativa de la tierra -tierra para quien quiere trabajarla- y no a su concentración en manos de grandes empresas nacionales y extranjeras

  • Sí a la defensa y preservación de los recursos naturales y no a la explotación destructiva del rico patrimonio del país y su entrega a intereses empresariales

  • Sí al bienestar de todos los orientales en armonía con la naturaleza y con la preservación del planeta

 

Como corolario, quedó hecha una amplia convocatoria a todas las instituciones y organizaciones que quieran sumarse a esta iniciativa.

En Paso Severino, Carlos Amorín

© Rel-UITA

7 de mayo de 2007

Carlos Amorín

 

 

 

 


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