No fueron solamente 80 las hectáreas de monte
nativo clandestinamente taladas en Uruguay en el
último año. Ni solamente la empresa de celulosa
ENCE
la responsable de esos actos. Según el
Ministerio de Agricultura, la superficie de
monte indígena destruida en ese lapso supera las
800 hectáreas.
Cuando este mes se supo que la compañía Eufores,
una filial de la empresa de celulosa española
ENCE, había talado sin permiso estatal unas 80 hectáreas de monte
indígena en el departamento de Paysandú, sobre
el litoral del río Uruguay, el ministro de
Agricultura, Ernesto Agazzi, calificó esa
acción como “desastre ecológico”.
El “desastre”, pues, es diez veces mayor al
previsto. De acuerdo a una información publicada
este jueves 28 por el diario El Observador,
citando fuentes del Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca (MGAP), al menos otras
10 empresas, en su mayoría del rubro forestal,
destruyeron 791 hectáreas de vegetación
autóctona, protegida por ley.
Cada una de las firmas fue sancionada con multas
equivalentes a 37.300 dólares. A
ENCE, que está construyendo una megaplanta de celulosa en suelo
uruguayo, le fueron suspendidos los trámites que
estaba realizando para proceder a plantaciones
de eucaliptos en Paysandú. También podría perder
la “certificación de calidad” de sus cultivos.
Los responsables locales de
ENCE dijeron que se había tratado de “un error” y ofrecieron una
serie de “compensaciones” que el MGAP
aceptó y cuyo cumplimiento se comprometió a
controlar, señala El Observador. Entre esas
compensaciones figura la replantación de las 80
hectáreas destruidas con especies que no pueden
ser de eucaliptos.
La causal de este desastre es ni más ni menos
que la avidez de empresas privadas
(transnacionales y locales) que se están
quedando con las mejores tierras para sacar la
mayor rentabilidad a su inversión en el menor
tiempo, reconocieron al matutino voceros del
ministerio.
“Primero talan y después preguntan qué hicieron
mal”, agregaron, indicando que, además, las
multas previstas “no son intimidatorias”.
La ley que en 1987 promovió la industria
forestal protegió al mismo tiempo a los bosques
naturales, considerados fundamentales para el
cuidado del suelo y del ambiente en tanto
regulan los cursos de agua y protegen fauna y
flora nativas.
Datos del MGAP revelan que existen hoy en
Uruguay unas 740.000 hectáreas de monte
nativo, 100 mil menos que las plantaciones
forestales implantadas desde 1987.