Argentina
El Día Mundial contra el Trabajo
Infantil apuntó
a combatir el empleo de chicos
en agricultura
Un mapa del trabajo rural infantil
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Un
relevamiento presentado por la Comisión Nacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil muestra que Misiones,
Mendoza, Chaco y Tucumán son las provincias donde más niños
son empleados en cosechas. Uno de cada 10 menores de 13 años
que trabaja abandonó la escuela
La agricultura en la
Argentina
esconde una realidad vergonzosa: principalmente en las
provincias del Norte y en la región cuyana, pero también en
el conurbano bonaerense y en el valle del Río Negro, se
utilizan chicos y chicas en las actividades de cultivos y
cosechas más diversas. Las únicas provincias que declararon
no tener esta modalidad de trabajo infantil en sus
territorios fueron Chubut, Santa Cruz, Neuquén y Tierra del
Fuego. Entre los chicos que trabajan en el ámbito rural, no
asisten a la escuela uno de cada 10 pibes de 5 a 13 años, y
6 de cada 10, entre los que tienen de 14 a 17 años.
El mapa de
la mano de obra infantil rural fue elaborado en el ámbito
del Ministerio de Trabajo y se dio a conocer ayer en el Día
Mundial contra el Trabajo Infantil, en el marco de un
seminario en el que participaron directores de la OIT,
UNICEF, PNUD y la Comisión Nacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI). La
conclusión más importante del encuentro fue que el trabajo
infantil existe en el país como consecuencia de la pobreza,
constituye un reproductor de la marginación y conspira
contra la educación de los chicos.
El otro
aspecto que quedó en claro es que en Argentina las
niñas sufren por la explotación laboral y, además, la
doméstica, dos factores que agravan su discriminación, según
destacó Carlos Felipe Martínez, coordinador del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. “La gravedad
del trabajo infantil está fuera de discusión”, concluyó la
secretaria de Trabajo, Noemí Rial.
Este año,
el Día Mundial contra el Trabajo Infantil está dedicado a
erradicar el empleo de chicos en la agricultura. Al abrir el
seminario, Rial enumeró que los niños y las niñas en
el campo están expuestos con frecuencia a peligros y riesgos
asociados con la manipulación de agrotóxicos, el uso de
herramientas afiladas, la realización de tareas bajo
temperaturas extremas y el uso de maquinarias de carga
excesiva para su edad. El trabajo a “destajo” –por cantidad–
es la metodología “perversa” que “obliga a que trabaje toda
la familia”, cuestionó la funcionaria.
El primer
mapa del trabajo rural agrícola fue presentado por Pilar
Rey Méndez, titular de la CONAETI. Muestra las
localidades y el tipo de plantaciones en las que trabajan
chicos y chicas, pero no precisa cuántos chicos se
encuentran en esa situación en cada lugar. La funcionaria
aclaró que se confeccionó con información suministrada desde
cada provincia. San Luis fue la única que no brindó datos.
Algunas conclusiones que surgen del mapa:
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Mendoza, Misiones, Chaco y Tucumán se destacan como las
provincias que tienen trabajo infantil rural a lo largo
de todo su territorio.
-
Se
emplean chicos en los cultivos y las cosechas más
diversas: tabaco, yerba mate, algodón, cítricos, té,
hortalizas, arroz, frutas, soja, maíz, trigo, caña de
azúcar, vid, aromáticas.
-
Hay un
corredor de uso de mano de obra infantil que se extiende
por todo el valle del Río Negro, en plantaciones de
frambuesa, manzana, ciruela y frutilla.
-
En la
provincia de Buenos Aires hay chicos en la explotación
agrícola de la zona de Baradero, San Pedro, San Nicolás
y Ramallo; en cultivos de frutilla y verduras en La
Plata y sus alrededores; en los de vid en Berisso.
-
Chubut,
Santa Cruz, Neuquén y Tierra del Fuego declararon no
tener trabajo infantil agrícola.
“No se
puede mantener la estructura económica de una provincia a
costa de la exclusión social”, señaló la secretaria de
Trabajo, al cerrar el seminario.
“El trabajo
infantil es un impedimento para el pleno acceso de los
chicos a sus derechos”, destacó Ennio Cufino,
coordinador de programas de UNICEF Argentina.
Y agregó: “La escuela tiene un rol fundamental para prevenir
el trabajo infantil”. Gerónimo Venegas, secretario
general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y
Estibadores (UATRE), habló en primera persona:
“Empecé a trabajar a los 9 años, por eso sólo tengo hasta
cuarto grado de la primaria” y sumó otro aspecto al debate:
“El trabajo infantil existe donde hay trabajo en negro”.
La
Argentina asumió el compromiso internacional de eliminar
por completo el trabajo infantil del país para el 2015,
entre los denominados Objetivos del Milenio. Para el 2007
debería reducirlo un 3 por ciento, recordó ayer el
representante del PNUD. Existe un plan nacional para
erradicarlo, presentado en 2006 por el ministro de Trabajo,
Carlos Tomada. Pero todavía no existe una estimación
certera de la magnitud de esta problemática en el país. Se
avanzó en el 2004 con la primera encuesta nacional que se
encaró desde el Ministerio de Trabajo, pero su alcance fue
limitado: abarcó el Gran Buenos Aires, Mendoza, Jujuy,
Salta, Tucumán, Formosa y Chaco. El conjunto de chicos
relevados representa aproximadamente la mitad de niños y
adolescentes de 5 a 17 años del país. El estudio contabilizó
que trabajan tanto en áreas rurales como urbanas el 6,5 por
ciento de los chicos de 5 a 13 años y el 20 por ciento de
los que tienen entre 14 y 17 años: 193.095 y 263.112,
respectivamente.
La encuesta
encontró que el porcentaje de niños y niñas que trabajan es
mayor en la zonas rurales: el 8 por ciento entre los que
tienen de 5 a 13 años. Pero esta diferencia aumenta
significativamente en el caso de los adolescentes, donde el
35 por ciento realiza alguna actividad productiva, muchas
veces por un salario ínfimo o ninguna paga.
El
relevamiento encontró que el 10 por ciento de los chicos más
pequeños que trabajan en el ámbito rural no van a la
escuela, y la han dejado el 62 por ciento de los
adolescentes. La repitencia en la secundaria se duplica
entre los estudiantes trabajadores en comparación con los
alumnos que no trabajan.
Las últimas
estadísticas mundiales indican que más de 132 millones de
niños y niñas de cinco a 14 años trabajan y un 70 por ciento
de ellos lo hace en el sector rural. En Latinoamérica y el
Caribe hay 20 millones de chicos explotados laboralmente,
siete millones de ellos en las peores formas de trabajo
infantil como la prostitución, la pornografía y el tráfico
de estupefacientes.
Mariana Carvajal
Tomado de Página 12
14 de junio de 2007
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