Uruguay
Proyecto
Sucroalcoholero
Con Leonardo de León, de la Rel-UITA
“Un
modelo para cambiar de modelo”
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Como responsable del Departamento de Agroecología de la Rel-UITA
y asesor del Directorio de ANCAP en biocombustibles, nuestro
compañero Leonardo ha estado presente en todas las etapas
del Proyecto Sucroalcoholero que acaba de ser aprobado por
el gobierno uruguayo. Nadie mejor que él, pues, para
anticipar las perspectivas y desafíos del emprendimiento.
-El Proyecto Sucroalcoholero está en marcha ¿Qué viene
ahora, en lo inmediato?
-Esta etapa cumplida del Proyecto Sucroalcoholero abre las
posibilidades para comenzar a desarrollar nuevamente la
producción de caña de azúcar en mayor escala en Uruguay.
Había muchos –inclusive gente progresista– convencidos de
que el azúcar nacional se había ido para siempre, que valía
más la pena traerla de Brasil. En realidad es uno de los
cultivos más estratégicos para el país desde los puntos de
vista de la soberanía alimentaria y la soberanía energética.
Hacia eso está enfocado este proyecto, porque pensamos que
es una manera de alcanzar otros objetivos de largo plazo
como, por ejemplo, diversificar la matriz energética
nacional y el modelo productivo agrícola. Esta actividad
debe generar trabajo de calidad, y también lograr que se
reincorporen centenares de pequeños productores que han
desaparecido, sepultados bajo la crisis social y económica.
El Proyecto debe ser viable productivamente, ecológicamente,
y debe producir un fuerte impacto social positivo.
-¿Cuándo se apreciarán estos cambios?
-De a poco. Se empieza recién a preparar los suelos para que
en otoño haya por lo menos 2 mil hectáreas más plantadas con
caña de azúcar. Esto ya va a impactar en lo laboral porque
los trabajos preparatorios demandan mano de obra y
maquinaria. En 2007 se tendrá una zafra con alrededor de 6
mil hectáreas de caña, pero habrá que incorporar otras
prácticas que aún no se utilizan en Bella Unión, como la
técnica de preparación de los suelos, la eliminación
progresiva del uso de los fertilizantes de síntesis y
herbicidas, entre otras cosas. La gente que va a liderar el
proyecto tiene la certeza y la convicción de que ésa debe
ser la actitud a mantener, de que habrá diversidad de
tecnologías según las características del productor, ya que
puede haber pequeños predios y hasta parcelas con caña, y
también productores medianos con predios más extensos. El
gran desafío que tiene este Proyecto es el de ser “un modelo
para cambiar de modelo”. Me refiero al modelo productivo
agrícola, y para eso, sin duda, habrá que iniciar un proceso
para ir avanzando hacia la diversificación de cultivos.
-Para algunos este proyecto puede sonar como “uno más” de
todos los que ya hubo en Bella Unión y que recibieron
dineros públicos. ¿Qué hay de diferente esta vez?
-Este Proyecto cuenta con el apoyo de los productores, de los
trabajadores y de la gran mayoría de la población de Bella
Unión que tiene una gran expectativa de que se concrete un
proceso de cambio alrededor de esta actividad. También del
Ministerio de Ganadería y Agricultura (MGAP), sin cuya
participación y apoyo esto no habría sido posible. Como ha
dicho el presidente de ANCAP, ingeniero Daniel Martínez, el
emprendimiento tiene que ser eficiente desde el arranque, y
se habla de una eficiencia real, integral, no de la que se
refiere simplemente a una ecuación crematística. La empresa
que está directamente responsabilizada de esto es Alcoholes
del Uruguay (ALUR), que está regida por el derecho privado
pero está integrada por dos empresas del Estado como lo son
ANCAP y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), y
esto ya le da otro carácter distintivo. Asimismo, todo el
emprendimiento estará gestionado por gente que tiene que ver
con esta actividad, que conoce el rubro, y tendrá el apoyo
de una comisión asesora multipartita en la que participarán
los productores, los trabajadores y organismos del estado
vinculados a la actividad. A diferencia, pues, de cuanto se
ha hecho en esta materia hasta el momento, este será un
proceso verdaderamente participativo que incluye al Estado,
actores privados (agricultores) y a los actores sociales
locales.
-¿Cuál será el papel de la UITA de aquí en adelante?
-La UITA viene trabajando hace muchos años en la perspectiva
de promover un cambio de modelo agrícola, y entonces creo
que seguirá jugando un papel importante en torno a este
Proyecto, fortaleciendo la promoción de la agroecología en
Bella Unión, donde desde hace tiempo, fundamentalmente
gracias al trabajo de la UITA, hablar de agricultura
orgánica o agroecología no es para nada extraño. La UITA
continuará manteniendo su fuerte presencia en Bella Unión,
interactuando por medio de convenios con los distintos
sectores vinculados al Proyecto Sucroalcoholero, aportando
sus equipos de asesores que actúan en el ámbito
latinoamericano, el respaldo de especialistas uruguayos,
brasileños, argentinos, cubanos y españoles con los que
viene trabajando desde hace tiempo, lo que significará un
importante apoyo al proyecto y a la población de Bella
Unión.
Carlos
Amorín
© Rel-UITA
1 de
febrero de 2006
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