La Comisión
Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio)
descalificó el pasado día 20 en reunión extraordinaria en Brasilia, el laudo técnico que
denuncia la contaminación de plantas
convencionales causada por semillas transgénicas
en el Estado de Paraná, el principal productor
de maíz a nivel nacional. El documento fue
presentado por organizaciones civiles de la
región y tuvo como base un estudio divulgado por
la Secretaría de Agricultura y Abastecimiento de
Paraná (SEAB).
El debate de hoy fue estimulado por
organizaciones de la sociedad civil. "La postura
de la CTNBio era esperada. Las reuniones
son a puerta cerrada, las informaciones tienen
que ser públicas, pero ésto no es el que está
ocurriendo", criticó la abogada de la
organización Tierra de Derechos, Larisa
Packer. La abogada enfatizó "la forma como
la CTNBio viene liberando (la venta de
semillas transgénicas) sin la evaluación y sin
el monitoreo de la sociedad civil".
La asesoría de prensa de la CTNBio no permitió el
contacto con ningún integrante de la reunión.
Además alegó que los datos del laudo no son
detallados y que la pauta "no es parte de las
competencias de la CTNBio", y sí del
Ministerio de Agricultura, Pecuaria y
Abastecimiento (MAPA).
La asesoría se refirió, sin embargo, sólo a la
denuncia de que el MAPA no estaba
fiscalizando la siembra de maíz transgénico en
Paraná, evitando hablar sobre la insuficiencia
del aislamiento establecido por la CTNBio.
El laudo de la SEAB mostró que las normas
de aislamiento editadas por la CTNBio son
insuficientes para evitar la contaminación de
los cultivos convencionales, que ocurre a través
de la polinización. Las normas determinan que
los organismos genéticamente modificados (OGM)
deben ser cultivados a una distancia de sólo 100
metros de las plantaciones de semillas no
transgénicas.
La organización Tierra de Derechos enfatizó que
"el control de los transgénicos es fundamental
para el rotulado obligatorio de los productos
conteniendo OGM". "La CTNBio viene
aprobando, cada vez más, variedades
transgénicas, sin importarle las normas
suficientes y necesarias para la siembra,
monitoreo en relación con la segregación de los
granos y el rotulado de los productos", afirmó
Larisa Packer.
En los últimos años,
la CTNBio permitió la venta de semillas de maíz
MON 810 a la empresa Monsanto. El maíz
transgénico polinizó y contaminó otras plantas y
causó perjuicios a los agricultores que cultivan
maíz convencional, orgánico y semillas criollas.
La SEAB observó que el irrespeto de los
criterios de bioseguridad en Paraná está
causando el cruzamiento entre plantas
transgénicas y no transgénicas a través de la
polinización. La conclusión es el resultado del
monitoreo de cultivos durante la cosecha de maíz
2009, en los municipios de Toledo, Campo Mourão
y Cascavel, que constituyen el "Cinturón de la
Soja y del Maíz" del Estado.
Las denuncias no son recientes en Paraná.
Durante la cosecha de la soja entre 2006/2007,
cultivos convencionales del Estado fueron
contaminadas por soja transgénica, lo que hizo
que los agricultores perdieran contratos de
exportación y el sello de materia prima
diferenciada.
La Ley de Bioseguridad y el Protocolo de
Cartagena (en vigencia en Brasil desde
2004), establece como deber de la CTNBio
realizar el seguimiento del comportamiento de
las tecnologías liberadas para el cultivo de
semillas genéticamente modificadas. La medida
incluye el monitoreo de esas semillas.
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