93 municipios
han acogido ensayos al aire libre de un maíz
transgénico que daña la fertilidad de ratones.
En España se han cultivado solo en este
año 98 campos experimentales con un maíz
transgénico cuyos daños sobre la salud han sido
recientemente demostrados. 93 municipios de todo
el país han albergado ensayos al aire libre con
este transgénico, lo que plantea graves riesgos
de contaminación. Amigos de la Tierra exige la
retirada de los transgénicos ya aprobados y el
fin de los ensayos experimentales al aire libre.
En España este maíz (conocido como NK603
x MON810) ha sido cultivado de forma
experimental al aire libre desde 2004 por parte
de las empresas Monsanto, Pioneer
y Limagrain Ibérica, en más de cien
campos experimentales de Cataluña, Extremadura,
Madrid, Galicia, Navarra, Castilla y León,
Castilla La Mancha, Aragón y Andalucía. Un total
acumulado de casi medio millón de metros
cuadrados cultivados con este transgénico
durante los últimos años, con el riesgo que
plantea de contaminación de otros campos de
maíz.
El Ministerio de Medio Ambiente dio luz verde a
estos ensayos alegando que: “Se considera que en
el estado actual de conocimientos y con las
medidas de uso propuestas, los ensayos no
suponen un riesgo significativo para la salud
humana y/o el medio ambiente.”
David Sánchez,
responsable de agricultura y alimentación de
Amigos de la Tierra afirmó: “Si no tenemos los
conocimientos suficientes como para garantizar
la seguridad de estos cultivos antes de
liberarlos al medio ambiente, es una auténtica
irresponsabilidad autorizarlos”.
El pasado 11 de noviembre se presentaba en un
seminario científico en Viena un estudio
encargado por los Ministerios de Sanidad y de
Agricultura de Austria sobre los efectos de los
transgénicos en la salud. Esta investigación,
una de las pocas realizadas sobre impactos a
largo plazo del consumo de transgénicos,
concluyó que la fertilidad de ratones
alimentados con el maíz modificado genéticamente
NK603 x MON810 se vio seriamente dañada. Este
maíz está aprobado para su importación en la
Unión Europea para uso en alimentación
humana y animal.
“Ahora que se ha demostrado que este maíz supone
un riesgo para la salud, todo el proceso de
aprobación queda en entredicho. No nos podemos
sentir seguros con los transgénicos que hay en
el mercado. No podemos seguir tolerando que las
transnacionales experimenten con nuestra salud
con el visto bueno del Gobierno y de las
autoridades europeas” añadió Sánchez.
Tomado de
Ecoportal
24 de noviembre de 2008