Es una tecnología muy peligrosa y no regulada; podría salirse de control,
explica el experto Jim Thomas. Por otra
parte empresas y gobiernos involucrados
buscan su inmediata comercialización
El Grupo ETC renovó su demanda de una moratoria a la
liberación y comercialización de
organismos artificiales, enfatizando que
no hay regulación ni debate social en
torno a la biología sintética. La
insistencia en la moratoria ocurre en el
contexto del anuncio que hiciera el
equipo de investigación de J. Craig
Venter, de haber logrado sintetizar
artificialmente un genoma del tamaño del
de una bacteria, utilizando secuencias
de ADN ordenadas por correo.
El equipo del Instituto Venter nombró al genoma sintético
Micoplasmagenitalium JCVI-1.0, que es
similar a su contraparte natural, una
bacteria que habita en los genitales
humanos, con el genoma conocido más
pequeño de cualquier organismo vivo.
El anuncio no es tan impactante puesto
que hay noticias previas de este
trabajo, el Grupo ETC ya había lanzado
la alerta sobre las investigaciones de
Venter hace unos meses, cuando se supo
que tramitaba una patente para una
bacteria sintética (13-6-2007
Los microbios de Pandora
)
aunque los detalles no se publicaron hasta el 25 de enero en
la revista Science, Venter
reclama derechos absolutos sobre la tira
de ADN sintético más larga del mundo,
pero el tamaño no lo es todo. La
pregunta importante no es ¿qué tan
largo? sino ¿qué tan inteligente es?,
dice Jim Thomas del Grupo ETC.
"Mientras que la biología sintética
avanza rápidamente en los laboratorios y
en el mercado, el debate social y las
reglas de operación están muy retrasados
y no existe ninguna discusión
significativa o incluyente sobre cómo
controlar esta tecnología de manera
segura y justa. Los industriales se
aprovechan de la falta de vigilancia, y
en busca de ganancias juegan con los
bloques de construcción de la vida para
su beneficio privado. Es inaceptable."
"El Instituto Venter, que llama a esta forma de vida
artificial "versión1.0", reconoce que no
funciona del todo. Sin embargo, la
sociedad no debe esperar a que aparezca
una versión mejorada, pues lo que se
juega es muy serio", explica Kathy Jo
Wetter del Grupo ETC. "Significa que
los científicos se encuentran a un paso
de construir un organismo vivo que
tendría graves implicaciones sociales,
económicas y ecológicas y la sociedad no
está preparada para ello en absoluto."
El objetivo inmediato de Venter es diseñar un genoma,
sintetizarlo e insertarlo en una célula,
de modo que sobreviva y se replique como
una especie nueva, que el Grupo ETC
apodó "Sintia". En el último
número de la revista Science no se
informa sobre Sintia, sino de la
molécula más grande de ADN que se haya
logrado construir a partir de ADN
disponible comercialmente.
El equipo de Venter ensambló 582.970 pares base -el
record anterior era de 32.000 pares
base). Según el texto de Science, no se
ha logrado trasplantar el genoma a una
célula viva. Los únicos genomas
artificiales que se han logrado
reconstruir son de virus, incluyendo
patógenos mortales como el virus de la
polio y el virus de la influenza de
1918. El genoma de cualquier organismo
viral que se encuentre en la lista de
"agentes selectos" puede construirse en
laboratorio usando secuencias de ADN
sintetizado que puede solicitarse por
correo. (Los agentes selectos son
aquellos que están en una lista del
gobierno de Estados Unidos de
patógenos y toxinas mortales producidos
por organismos vivos).
El Grupo ETC creó el cartel
La historia de Sintia para
explicar la creación de
formas sintéticas de vida.
El barbudo con probeta en
mano es Craig Venter:
“Asegura que su compañía
está construyendo el primer
organismo vivo, cuyo
genoma... está hecho de ADN
sintético”. También se
pueden consultar otros
carteles de ETC (por ahora
en inglés), uno sobre “el
panorama de la industria
emergente de la biología
sintética” y otro sobre “los
hombres y el dinero detrás
de Sintia”.
www.etcgroup.org
|
El anuncio de este 25 de enero abre la puerta a la
construcción de agentes selectos de
bacterias peligrosas, como la bacteria
que causa el ántrax.
Detrás de
Sintia:
El intento de Craig Venter de construir a Sintia,
el primer organismo con un genoma
totalmente artificial, es el ejemplo de
más alto perfil de la "ingeniería
genética extrema", o biología sintética.
Los biólogos dedicados a esto construyen
secuencias genéticas nuevas y quieren
sintetizar organismos para la producción
de químicos, fármacos y carburantes:
están rediseñando la vida en el
laboratorio para propósitos
industriales.
Por mencionar sólo dos ejemplos: “Craig intenta
transformar desperdicios de las cosechas
en combustible”. Pero si esto se sale de
control, podría poner en peligro la
agricultura. Venter también
quiere transformar el azúcar de caña en
combustibles y plásticos. Así, otra de
las consecuencias podría ser una mayor
competencia por la tierra. Nada de esto
está regulado”, dijo Thomas.
Tampoco se ven intentos de hacerlo.
En términos de madurez tecnológica, la biología sintética
está en pañales, sin embargo, recibe
miles de millones de dólares en
inversiones que demandan su rápida
comercialización.
Esta avalancha de dinero nuevo proviene de gobiernos,
capitales de riesgo y enormes
corporaciones como
British
Petroleum,
Shell,
Cargill,
Dunpont
y el
Virgin
Group.
La semana pasada la empresa
Solazyme de biología
sintética se alió a
Chevron, la séptima corporación más grande del mundo para
desarrollar biodisel de algas
genéticamente modificadas.
Dupont
ya produce un plástico biológico
comercial usando un organismo
artificial.
Brithish Petroleum
es inversionista equitativo en la empresa de Venter, Synthetic
Genomics, Inc. La empresa ya
solicitó patentes de amplio espectro que
le otorgarían monopolio exclusivo sobre
procesos cruciales en esta emergente
industria.
Las compañías involucradas en biología sintética “han
sugerido que las regulaciones sean
voluntarias”.
Ausencia
de debate
La mayoría de los biólogos dedicados a esta rama intentan
soslayar los aspectos éticos y
regulatorios de la ingeniería genética
extrema, encargan evaluaciones e
informes favorables a personas con
intereses en ello. El reporte más
reciente, financiado por la Sloan
Foundation, no hace recomendaciones
políticas, enfatiza la importancia de
las regulaciones voluntarias, no
consulta adecuadamente a la sociedad
civil e ignora muchas preocupaciones
centrales sobre los impactos sociales de
esta tecnología. La respuesta al reporte
de la Sloan Foundation puede
consultarse en la
Web
Tomado de La Jornada Grupo ETC
30 de enero de 2008
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