El viernes 11 de enero el Gobierno de Francia
decidió suspender el cultivo de maíz transgénico
Mon 810, en aplicación de un recurso
preventivo de salvaguarda de la Unión Europea.
El servicio de noticias del Primer Ministro
francés indicó que: "El gobierno entabla el
procedimiento destinado a invocar la cláusula de
salvaguarda para el cultivo de maíz Mon 810
hasta la reevaluación por parte de las
instancias europeas de la autorización de la
comercialización de este organismo genéticamente
modificado”.
La decisión fue tomada después que un comité de
15 expertos científicos anunciaron que se habían
encontrado "nuevos elementos científicos
relacionados con impactos negativos sobre la
flora y la fauna”.
Estos "nuevos elementos científicos” incluyen la
polinización cruzada de maíz transgénico con
maíz no transgénico a nivel local y efectos
negativos sobre insectos, una especie de lombriz
de tierra y micro-organismos.
Una autorización
cuestionada en Uruguay
La introducción del maíz transgénico Mon 810
de la transnacional
Monsanto
fue autorizada en nuestro país el 1 de julio del
2003 por resolución del Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca y del Ministerio de Economía
y Finanzas. Ni los elementos presentados a las
autoridades para la autorización del Mon 810
ni la audiencia pública requerida por la
legislación para su introducción y aprobación
fueron realizados en condiciones suficientemente
claras.
Tanto la Universidad de la República como
representantes del poder político, agricultores
y sociedad civil organizada plantearon desde el
primer momento objeciones a la autorización del
maíz transgénico.
El informe de la Facultad de Agronomía sobre
transgénicos argumentó que el Mon 810 fue
desarrollado para combatir al "European Corn
Borer" (Ostrinianubilalis), especie plaga que no
está presente en Uruguay por lo que no
había razón para que fuese introducido en
nuestro país (Octubre 2002). Ese informe no tuvo
fuerza suficiente para convencer a las
autoridades y tomadores de decisiones del
momento para que optaran al menos por la
aplicación del Principio de Precaución.
En agosto del 2003, el diputado del Frente
Amplio Gustavo Guarino interpeló al
Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca Ing.
Agr. Martín Aguirrezabala con el objetivo
de suspender la autorización de aprobación del
Mon 810. Lamentablemente no se logró la
suspensión.
La DINAMA se
suma a los cuestionamientos
Tal vez se podría pensar que los elementos
aportados por la Universidad (2002) y los
presentados en el parlamento (2003) no eran
suficientes o estaban marcados por una oposición
política al gobierno de la época.
Sin embargo, en julio de 2006 el Proyecto
Desarrollo del Marco Nacional de Bioseguridad de
la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA),
el Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) y el Fondo Global para
el Medio Ambiente (GEF) elaboran un
informe sobre el maíz BT (el Mon 810
es un maíz BT), que aporta elementos
suficientes como para poder revertir o al menos
realizar evaluaciones sobre la liberación del
maíz BT.
En las conclusiones y recomendaciones del
informe presentado por la DINAMA,
organismo dependiente del Ministerio de
Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio
Ambiente (MVOTMA) y responsable del Marco
Nacional de Bioseguridad se argumenta que:
- “El análisis de Riesgos no ha sido conducido
correctamente en ningún de los procesos
aprobados de maíz transgénico en el Uruguay.
Se concurrió a un panel de expertos (CERV)
pero sus informes se limitaron a una
interpretación de los materiales bibliográficos
suministrados por los solicitantes”.
- “El manejo de la incertidumbre no respetó el
Principio de Precaución. De ser así debería
haberse postergado la introducción de los
eventos hasta tanto no se tuvieron datos de
toxicidad de los eventos de maíz introducidos,
sobre las especies propuestas como blanco”.
- “Existen suficiente evidencia al momento
presente para considerar que los eventos MON
810 y BT11 no son los adecuados para
nuestra matriz de plagas.”
Esas son algunas de las consideraciones
presentadas en el informe de la DINAMA.
Es de lamentar que esas consideraciones solo
hayan sido parte de un informe y no se han
tomado en cuenta para realizar una evaluación de
las hectáreas cultivadas en nuestro país de
ambos “eventos transgénicos”. Es importante
recalcar que en ese informe presentado por la
DINAMA, no solo se cuestiona el cultivo del
maíz transgénico Mon 810 de la empresa
Monsanto
sino que también el BT 11 de la empresa
Syngenta
introducido en 2004.
Las dudas y cuestionamientos son muy similares a
los presentados en octubre del 2002 por la
Universidad y en agosto 2003 durante la
interpelación en el parlamento.
Tomar en cuenta
el ejemplo de Francia
La reciente suspensión del Mon 810 en
Francia debería servir para alentar a
nuestros tomadores de decisiones a aplicar el
Principio de Precaución basado en la existencia
de "nuevos elementos científicos" que plantean
numerosas interrogantes sobre el Mon 810.
El maíz transgénico Mon 810 no solo ha
sido suspendido en Francia, sino que es
cuestionado en varios países de la Unión
Europea y también existen serios
cuestionamientos en relación al maíz transgénico
BT11 de la empresa
Syngenta
Es común que en Uruguay se ponga a los
países europeos como ejemplo en regulaciones y
leyes sobre temas ambientales por considerar que
ellos tienen más experiencia en la materia. En
el caso del maíz transgénico, la reciente
decisión de Francia da la razón a lo que
nuestros técnicos han estado sosteniendo desde
hace varios años sobre este tema, pero cuya
opinión no fue tenida en cuenta. La suspensión
del maíz BT en Francia debería
inspirar a nuestros gobernantes a rever la
continuación del cultivo de maíz transgénico en
nuestro país.
Hacemos entonces un llamado a nuestros
gobernantes a reevaluar la continuación de la
autorización del maíz BT y a cumplir con
el Principio de Precaución, poniendo el interés
nacional por encima del interés de las empresas
transnacionales del negocio de los transgénicos.