Hace cinco años la noticia fue recibida con
beneplácito por productores y consumidores.
Luego de casi tres años de debates y denuncias,
la corporación semillera Monsanto
anunciaba en mayo de 2004 que suspendía todos
sus experimentos con semillas de trigo
transgénico y dejaba de lado sus intentos de
desarrollar nuevas variedades.
En aquel momento se habló de victoria ambiental
y de la incidencia que podían llegar a tener los
productores sobre las políticas corporativas,
pero hechos más recientes tal vez demuestren que
sólo se trató de un repliegue táctico.
El martes pasado en las oficinas de Monsanto
en la ciudad estadounidense de Kansas
se anunció la
compra por 45 millones de dólares de una empresa
especializada en estudios genéticos con trigo,
llamada WestBred LLC.
Los ejecutivos que participaron en la
conferencia afirmaron que a pesar de tratarse de
una firma de pequeña escala,
WestBred LLC ha
logrado avances en las investigaciones de este
cereal que finalmente terminarán siendo “muy
rentables” para Monsanto.
Carl Casale,
vicepresidente ejecutivo de Monsanto,
explicó que los planes estarán enfocados en
desarrollar variedades de trigo más resistentes
a la sequía y las plagas, y que la adquisición
generará un “cambio radical en el rendimiento”
de las semillas de trigo. Los nuevos productos
estarán a disposición de los agricultores “a
mediados o finales de la próxima década”, según
anunciaron.
Mientras Monsanto avanza con sus
peligrosos negocios, las señales de rechazo a
sus políticas siguen siendo moneda corriente en
todo el mundo. Días atrás, la autora francesa
del libro “El mundo según Monsanto: de la
dioxina a los OGM”, Marie-Monique Robin,
señaló en una entrevista con el diario mexicano
La Jornada que la empresa estadounidense gasta
fortunas para “desinformar de manera
sistemática”, y que actualmente estamos en una
“guerra de información” contra Monsanto.
En Brasil, en
tanto, están denunciando a los grandes
fabricantes de agrotóxicos por “boicotear” las
revisiones de los productos que fabrican y
venden. Las empresas Bayer, Syngenta, Monsanto y
Dupont están obstruyendo el trabajo de la
justicia ante el temor de que pueda prohibir la
comercialización de algunas variedades de
semillas, según señala un comunicado del Sindicato Nacional de Trabajadores de
Investigación y Desarrollo Agropecuario (Sinpaf
por sus siglas en portugués).
Tomado de
Radio Mundo Real
22 de julio de 2009
|