De
los once ministros del máximo órgano
judicial brasileño, cinco se
pronunciaron a favor de la
extradición (una ministra modificó
su voto) y dos en contra. Uno, que
ya había votado en contra, suspendió
ayer la audiencia para rever su
posición. Otros dos todavía no se
expidieron. En caso de empate,
define el presidente del STF.
Coronel Manuel Cordero.
Una decisión
del STF,
favorable a su
extradición.
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La decisión del
Supremo Tribunal Federal (STF) de
Brasil sobre la extradición del
coronel Manuel Cordero tuvo ayer un
trascendente giro, cuando el
vicepresidente Cézar Peluso se
pronunció por la extradición, la
ministra Cármen Lúcia cambió su voto
anterior y lo acompañó, al igual que
otros dos ministros, y el ministro
Eros Grau, quien inicialmente
también había votado en contra,
pidió vistas para volver a estudiar
el expediente y pospuso una
definitiva decisión.
Cordero había salido
favorecido en 4 votos contra 1 de
los once ministros que integran el
STF cuando el máximo órgano judicial
brasileño comenzó a tratar el tema
en su sesión del pasado 11 de
setiembre, pero luego de la sesión
de ayer la correlación de fuerzas
cambió a 5 a 2 a favor de la
extradición, cuando faltan conocerse
2 votos y, en caso de empate, debe
definir el presidente del organismo,
ministro Gilmar Mendes. La
posibilidad de que Cordero sea
finalmente extraditado resulta ahora
muy probable, si se tiene en cuenta
que el ministro Eros Grau, quien
pidió ayer la posposición, había
votado en contra, por lo cual sería
presumible que su pedido para releer
el expediente implique modificar su
posición. Grau es un reconocido
jurista que ocupó cargos de
arbitraje a nivel internacional, por
lo que su inicial pronunciamiento
había sorprendido. Finalizada la
sesión de ayer, quedaron a favor de
la extradición los votos de los
ministros Ricardo Lewandowski (había
votado en la anterior sesión), Cézar
Peluso, Cármen Lúcia, Joaquim
Barbosa y Carlos Ayres Britto. Y en
contra de que Cordero sea enjuiciado
en Argentina o Uruguay, los votos de
Marco Aurelio de Mello (relator del
caso) y Carlos Alberto Menezes,
quien ya se había pronunciado el 11
de setiembre.
El
factor Simón
El elemento que
comenzó a cambiar la posición de los
miembros del Supremo Tribunal
Federal brasileño fue el caso de
secuestro del niño uruguayo Simón
Riquelo, quien permaneció como
desaparecido entre 1976 y 2002, en
el marco de la coordinación
represiva conocida como Plan Cóndor,
por la que la justicia federal
argentina fundamentó su requisitoria
sobre el militar uruguayo. El caso
de Simón Riquelo ya había sido
insinuado por el ministro
Lewandowski cuando en setiembre votó
por la extradición de Cordero.
Entonces, alegó que existían casos
de niños desaparecidos, que muchos
de ellos habían podido ser
recuperados y, por tanto, no se
podía considerar que todos los
desaparecidos habían muerto y se
tratara de delitos de homicidio que
hubieran prescripto. Al reiniciarse
ayer el análisis del caso, el
vicepresidente Cézar Peluso se
pronunció por la extradición de
Cordero al entender que no se podía
aplicar la presunción de muerte
sobre los desaparecidos, ya que no
hay pruebas materiales ni
individualización de la acción que
pudo cometer Cordero en esos casos.
Peluso dijo que para admitir la
muerte por presunción se necesita
una sentencia judicial que
establezca fecha al fallecimiento.
En su voto, el vicepresidente del
STF también indicó que aunque no
defendía la imprescriptibilidad de
estos crímenes no podía negar la
extradición y subrayó que el indulto
que Cordero había recibido del
presidente argentino Carlos Menem
(argumento de la defensa) había sido
revocado por inconstitucional por la
Corte Suprema de Justicia de
Argentina.
Cambios de voto
La exposición del
ministro Peluso provocó un inmediato
cambio en la percepción de los demás
integrantes del Supremo Tribunal
Federal y llevó a la ministro Cármen
Lúcia a cambiar el voto que había
realizado el 11 de setiembre, para
decidirse a acompañar la posición
del vicepresidente. Lúcia expresó
que seguía sin tomar posición en
torno a la ley de Amnistía brasileña
de 1979, que sigue jugando como
trasfondo del caso. También se
pronunciaron a favor de la
extradición los ministros Joaquim
Barbosa y Carlos Ayres Britto, con
el argumento de que la sustracción
de menores constituía un crimen
continuado de secuestro que sólo
había cesado cuando Simón Riquelo
recuperó su identidad en 2002. Quedó
por conocerse la posición que
adoptarán los ministros Celso de
Mello y Ellen Gracie, quienes
votarán en la próxima audiencia. El
estudio del caso en el Supremo
Tribunal Federal continuaría antes
de fin de año, según el tiempo que
necesite el ministro Eros Grau,
quien anunció que analizará el
pedido de extradición de Cordero a
la luz de un documento redactado por
la Orden de Abogados de Brasil (OAB)
llamado "Alegato del Incumplimiento
del Proceso Fundamental" relacionado
con la legalidad de la Amnistía
brasileña de 1979.
La polémica Ley de
Amnistía que impuso la dictadura
brasileña, equiparando a víctimas y
victimarios de violaciones a los
derechos humanos, es el explícito
trasfondo del caso Cordero según
reconoció el ministro Marco Aurelio
de Mello al votar en contra de la
extradición. El tema es seriamente
discutido hoy en Brasil ante
advertencias de organismos
internacionales que podrían llegar a
sancionar al Estado brasileño. Entre
las personalidades que ya se sumaron
a la campaña, se destacan Joao
Vicente Goulart, hijo del ex
presidente de Brasil, el escritor
Julio Campos Avila de Chile, el
maestro Miguel Soler desde
Barcelona, la investigadora J.
Patrice McSherry de Estados Unidos y
el cantautor uruguayo Daniel
Viglietti, entre cientos más. Los
miembros de STF recibieron el
mensaje desde Alemania, Australia,
Bélgica, Brasil, Canadá, Chile,
Colombia, Dinamarca, España,
Francia, Holanda, Hungría, Israel,
Italia, México, Nicaragua, Noruega,
Perú, Polonia, Sudáfrica, Suecia,
Suiza, Estados Unidos, Uruguay y
Venezuela.
Roger Rodríguez
Tomado
de La República
Uruguay, 31 de octubre de 2008